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Líder indígena brasileño espera resultados y una nueva perspectiva

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El escritor y activista Ailton Krenak, uno de los líderes indígenas más destacados de Brasil, espera que el Sínodo de la Iglesia sobre la Amazonía dé "resultados" concretos y traiga una "perspectiva nueva" frente a la crisis ambiental que vive la región.

"El Sínodo va a mostrar que la Amazonía es de interés común de la humanidad, que no es una situación particular de Brasil, crea desequilibrios más allá de la propia devastación que está ocurriendo allí", dijo Krenak en una entrevista con Efe en Sao Paulo.

Nacido en la ribera del río Doce, en el estado de Minas Gerais (sureste) hace 66 años, considera "fundamental" que otras voces en el exterior, como la del papa Francisco, "puedan pronunciarse sobre lo que está pasando" en Brasil y darles una "directriz" para saber cómo enfrentar esta "grave violencia" contra la naturaleza.

La Amazonía brasileña, que alcanza casi el 60 % de su territorio, sufrió en agosto pasado los peores incendios forestales de la última década.

Papa Francisco pide cuidar la Amazonía en medio de la amenaza por incendios forestales

IGLESIA. Iglesia católica inicia hoy una cumbre de tres semanas sobre la conservación de la selva sudamericana y la labor pastoral con los pueblos nativos. Propuestas del Pontífice han recibido duras críticas de sectores conservadores.
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Redacción

El Papa instó a los obispos a romper el status quo y proponer formas de cuidar mejor a la Amazonía y a sus pueblos indígenas, en medio de amenazas por los incendios forestales, el desarrollo y lo que describió como las "cenizas del miedo" ideológicas.

Francisco I inauguró una cumbre de tres semanas sobre la conservación de la Amazonía y la labor pastoral a sus pueblos indígenas, enfrentado a críticas de conservadores que se oponen a su visión.

El Pontífice celebró una misa en la Basílica de San Pedro, en un momento en el que la atención del mundo está en los incendios forestales que devoran la selva, considerada por los científicos como un baluarte crucial contra el calentamiento global.

A la ceremonia asistieron representantes indígenas, algunos con el rostro pintado y tocados de plumas, así como más de 180 cardenales, obispos y sacerdotes sudamericanos vestidos de verde, al igual que el Papa.

Los asistentes viajaron al Vaticano para las tres semanas de debates, un sínodo que se ha convertido en uno de los más controvertidos del papado de Francisco I.

Entre las propuestas más polémicas estaba la ordenación de ancianos casados para combatir la escasez crónica de sacerdotes en la región. Ahora los católicos indígenas en zonas remotas de la Amazonía pueden pasar meses sin ver un sacerdote o asistir a una misa.

Otra propuesta controvertida pide a la Iglesia Católica que identifique nuevos "ministerios oficiales" para las mujeres, aunque los organizadores dejaron claro que la ordenación sacerdotal quedaba descartada.

Los críticos conservadores de Francisco I, incluido un puñado de cardenales, describieron las propuestas como "heréticas" y una invitación a una religión "pagana" que idolatra la naturaleza en lugar de a Dios.

Sin embargo, el Papa instó en su homilía a los obispos amazónicos a seguir adelante con valentía, instándoles a ser "prudentes" pero no "tímidos" al buscar nuevas formas de proteger el medio ambiente y atender a los fieles. Distinguió entre el "fuego" del celo misionero y los fuegos que intentan desmontar la selva para dedicar el terreno a la ganadería y agricultura.

En muchos aspectos, el líder católico inauguró el sínodo el año pasado con su visita a la Amazonía peruana, donde exigió que las corporaciones detuvieran su incesante extracción de madera, gas y oro.

Reunido con familias locales en Puerto Maldonado, Francisco I declaró que la Amazonía y sus pueblos indígenas eran "el corazón de la Iglesia" y reclamó que los gobiernos reconocieran sus derechos.

Sin embargo, el sínodo sobre la Amazonía tiene sus raíces mucho más atrás, e incluso antes de la histórica encíclica de 2015 "Alabado sea", en la que el Papa condenó los intereses comerciales que anteponían los beneficios a todo lo demás para destruir la selva.

Cuando el Pontífice era el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio, participó en el borrador del documento final del encuentro de obispos sudamericanos en Aparecida, Brasil en 2007, que identificó a la Amazonía y su pueblos indígenas como amenazados por intereses económicos globales y merecedores de la máxima atención de la Iglesia.

Aunque el número de incendios en la Amazonía cayó de forma drástica el mes pasado, parte de la selva ardió en julio y agosto a un ritmo inaudito desde 2010. Eso avivó el temor al cambio climático en todo el planeta, puso los fuegos en la agenda de la cumbre del Grupo de los Siete acogida por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y dirigió la indignación medioambiental contra Jair Bolsonaro.

"El fuego provocado por intereses que destruyen, como el fuego que recientemente devastó la Amazonía, no es el fuego del Evangelio (que se alimenta) compartiendo, no con ganancias"

Francisco I, Sumo Pontífice

260 personas participan desde hoy en el sínodo por la Amazonia que se desarrolla en el Vaticano.