Chile es uno de los países más envejecidos de América Latina, con 19,3% de su población sobre los 60 años y con una proyección de crecimiento para el año 2050 a un 31% de la población. Y a nivel local, somos la región donde vive el mayor porcentaje de adultos mayores del país, con 23,3% según la Encuesta CASEN 2017, superando incluso la media nacional, que es de 19,3%.
Este proceso de envejecimiento acelerado, junto con una urbanización permanente, hacen urgente abordar una planificación amigable y sustentable de las ciudades. Por ello, en septiembre los alcaldes de nuestra región se sumaron al compromiso liderado por la Primera Dama, Cecilia Morel, de construir Ciudades Amigables para los adultos mayores, en el marco del programa "Adulto Mejor". Hoy, ya van ocho regiones que se han sumado a este desafío.
¿Pero qué significa esto? Trabajar mancomunadamente para que existan espacios adecuados para nuestros adultos mayores, que permitan que estos puedan desarrollarse en un ambiente seguro y donde existan las condiciones para su plena integración y participación social, fomentando el envejecimiento activo y positivo. Porque una ciudad amigable con las personas mayores es aquella que adapta sus estructuras y servicios para que sean accesibles e incluyan a las personas mayores con sus diversas necesidades y capacidades, celebrando la experiencia y conocimiento que estos tienen y potenciando sus habilidades y ganas incansables de aportar a la sociedad.
Para este trabajo, la labor de los municipios es fundamental, ya que localmente se deben realizar diagnósticos participativos, donde los propios adultos mayores sean protagonistas para definir e implementar los proyectos, valores, ideas y planes de acción que busquen generar ciudades amigables. Todo esto, junto a la asesoría de los servicios de Gobierno, que entregarán apoyo técnico a los municipios para que puedan desarrollarse como comunas más amigables con las personas mayores.
En el caso de Valparaíso, capital de nuestra provincia, como lo dice la canción, "es una ciudad de múltiples colores", donde los imaginarios de ciudad se confrontan: el Valparaíso bohemio choca con el que quiere descansar de noche y mantener la limpieza del espacio público; el Valparaíso que es patrimonio o zona típica se enfrenta al que busca nuevas inversiones inmobiliarias en diferentes sectores; el Valparaíso turístico se topa con la necesidad de seguridad de sus pobladores. Esto, bajo la mirada del deseo de desarrollar Ciudades Amigables para los adultos mayores, exige que el municipio, el Gobierno, los actores locales y las redes vecinales, todos juntos, debamos trabajar en forma urgente para generar grandes acuerdos en beneficio de la ciudad, sin colores políticos, sino que apuntando al beneficio de toda la comunidad, niños y niñas, jóvenes, adultos y, por supuesto, nuestros adultos mayores. Yo me sumo a este desafío, ¿y tú?