Un cambio de paradigma en Autismo
"Los cambios suponen un reto, un reto que merece la pena transitar, derribando mitos, y construyendo sueños... promoviendo los apoyos necesarios para desarrollar una vida cargada de propósitos y proyectos vitales" Lilia Siervo Briones, Directora Fundación Apoyo Autismo Chile
Cuando hablamos de autismo, inevitablemente, se nos viene a la mente una serie de prejuicios que están arraigados a la palabra "Autismo", tales como: es una enfermedad, son siempre niños, se golpean, etc., no obstante, nos encontramos en un momento en que se hace necesario romper con las telarañas mentales que nos dificultan el mirar a la persona, más allá del diagnóstico. Para ello, se hace necesario adherirnos a este cambio de paradigma, el cual es denominado modelo social de discapacidad, modelo de ciudadanía o de derecho, el cual invita a mirar a la persona, desde todo aquello que puede ofrecer dentro de su comunidad, por medio de oportunidades reales de participación, en contextos normalizados con el otro, junto al otro. Para ello, el rol de las instituciones que prestamos servicios a las personas con Autismo y sus familias, así como la de los y las profesionales de apoyo, es el de ponernos al servicio de la persona, construyendo juntos sus proyecto de vida deseada, y que sean estos, los protagonistas en la toma de decisiones.
Durante los últimos años, hemos transitado de un modelo médico, al modelo educativo, y actualmente, al modelo social de discapacidad, si bien esto supo un gran reto, así como el movilizar grandes recursos, ( tanto personales como comunitarios), el esfuerzo merece la pena transitarlo, en donde se hace necesario que las personas con Autismo participen de manera autodeterminada en cada aspecto de su propia vida , (de pronto, pareciera que todo aquello que les ocurre, estuviese previamente determinado, y que son otros, quienes deciden por ellos).
El modelo social de discapacidad, por otro lado señala, que son los contextos (poco amigables) quienes gatillan la discapacidad, si bien las personas con Autismo presentan un perfil cognitivo diferente, pero si a esto le sumamos además la desinformación, escasas oportunidades de participación y contribución, así como ausencia de apoyos ajustados; sin duda todo aquello arrastra como consecuencia, la invisibilidad de la persona, como menciona Ignacio Calderón Almendro, profesor de la Universidad de Málaga, "por un lado está la invisibilidad física, por el hecho de no estar presente en lugares, contextos e instituciones. Por otro lado, cuando se les ve, esa imagen está muy condicionada por el proceso de socialización. De esta manera, a pesar de que la persona está presente, sigue siendo invisible: está allí, distante, porque está vaciada por el estereotipo".
Pues entonces, la invitación está puesta, en ofrecer oportunidades reales y valoradas socialmente, en comunidad; transformar las instituciones y los servicios donde el sentido de éstas, sean las personas, y nosotros, los profesionales, (como señalé en una columna anterior en este mismo medio), transformarnos, en compañeros de viaje, esto significa, el crear puentes para la presencia, participación y contribución de la persona dentro de su comunidad (social y educativa), y transformarnos, en activistas y defensores de los derechos de las personas en riesgo de exclusión.
Finalmente, como señalé, los cambios suponen un reto, un reto que merece la pena transitar, derribando mitos, y construyendo sueños... promoviendo los apoyos necesarios para desarrollar una vida cargada de propósitos y proyectos vitales, coherentes con la ética y con la justicia.