Cuidemos la democracia
Quien no conoce su historia está condenado a repetirla. Lo que menos necesita Chile hoy es una sociedad dividida por el odio. Más allá de si se está a favor o en contra de la gestión del Presidente Sebastián Piñera, me parece una falta de pudor tremenda tratar de tomar ventajas políticas en un momento tan delicado y crítico como éste.
Hoy más que nunca es necesario mostrar unidad como chilenos, dejar de lado los sesgos y trabajar juntos por superar los problemas que a tantos aquejan. Puesto que, lamentablemente, mientras algunos gritan con dolor, otros se soban las manos pensando cómo obtener provecho de la situación.
Si bien somos un país resiliente, no podemos tomar la democracia y la institucionalidad por sentado. Ambas son lo más preciado que tenemos en estos momentos, cuidémosla y no nos dejemos engañar por falsos mesías y cantos de sirena, que prometen cambios a costa de salidas tramposas y métodos inescrupulosos.
Bárbara Haas Fundación para el Progreso
Sentido común
Con asombro he visto cómo mi país de una se vino abajo. Todo lo logrado por gente de trabajo, con esfuerzo de años, se perdió en un minuto. Viví lo del 73 y por eso estoy aterrada, pero lo más terrible que veo en todo este caos es la clase política que de verdad no entendió nada de nada. Ahora, en vez de estudiar cómo arreglar lo malo, van a dedicarse a realizar acusaciones constitucionales, cuando ellos son los primeros culpables por hacer leyes pauteadas, leyes llenas de vacíos legales. Qué lástima que ni siquiera impere el sentido común, si es que existe.
Marta Ponce Tremolini
Principios en entredicho
Los principios dogmáticos de la izquierda o comunistas, como también los de la derecha, han fracasado en Chile, ya que ambos han producido iniquidad en el pueblo chileno. El comunismo, donde el Estado es el rector de la vida de los ciudadanos, fue finiquitado violentamente en el año 1973, y la derecha, en que el mercado manda, está siendo finiquitado con enormes protestas este el año y hasta que no cambie.
La verdad es que las protestas continuarán y cada vez con mayor violencia, mientras el Gobierno no proceda a fijar de inmediato precios sociales a todo lo que tiene que ver con la salud, como los remedios, entre otros bienes y servicios, y terminar con los precios abusivos en los servicios de primera necesidad, como el transporte, y al mismo tiempo disponer que paguen más impuestos los que ganan más y a la cárcel, sí o sí, a los evasores y los que defraudan al Fisco, ya que sólo con impuestos se pueden satisfacer las prioridades ciudadanas.
Jaime Manuel Ojeda Torrent
Estallido social
Este estallido social despertó de golpe a la anquilosada y acomodada elite política que, acostumbrada a resolver desde la cocina del Olimpo las leyes, no supo ver los signos de molestia y agotamiento por los abusos en pensiones, salud, educación, diferencias en el desarrollo humano, estableciendo guetos y zonas de sacrificio.
Las bases sociales despertaron y se cansaron. Acá no hay intervención de foráneos, no es culpa de Venezuela o Cuba, como el mal análisis de algunos. Trabajadores, profesionales, dueñas de casa y sobre todo jóvenes marcaron con su fuerza y decisión el día 18 de octubre de 2019, como el principio de la primavera de Chile.
Este Chile tiene que construir desde las bases sociales la nueva Constitución que rija los destinos de este país, donde los derechos sociales queden garantizados. Por otra parte, que esta nueva Constitución estipule que el agua, el cobre y el litio sean del Estado.
Jorge Alonso Rodríguez Briones
Desmanes
Esto que estamos viviendo en Valparaíso, Viña del Mar y otras ciudades del país es comparable a un suicidio nacional. Sólo la razón evitará el colapso. Pronto sólo quedarán escombros del Patrimonio de la Humanidad... y nadie fue.
Octavio Quiroz
Gobernadores regionales
Dentro del despilfarro estatal, el más vergonzoso es el de gobernadores regionales. Se crearon los puestos antes de saber para qué serían. Es decir, lo importante es tener más puestos para la clase política, con cargo a los contribuyentes. Pero de qué manera ese puesto beneficiará a la ciudadanía no parece tener relevancia para nuestros legisladores.
Parece un buen momento para revisar no sólo la cantidad de congresistas, sino la eficiencia de todo el abultado aparato estatal.
Juan Pablo Tierno