Ecuanimidad
Con mucha atención leí el inserto pagado por la Universidad de Valparaíso en este mismo medio de prensa, donde dicha casa de estudios está en todo su derecho de expresar su rechazo a los hechos que han afectado a diversas personas en la movilizaciones y protestas, las cuales enfrentadas con Carabineros han resultado lesionadas, y es posible que algunos de los jóvenes sólo fueran espectadores y terminaron igual reprimidos por Fuerzas Especiales y salieron lastimados ya sea por balines, gases o fuerza física.
Lo que me preocupa es que en ese inserto no exista ni una sola palabra que condene la violencia y destrucción de la propiedad pública y privada, en especial en las comunas donde está inserta esta prestigiosa universidad.
En la publicación no hay ni una sola línea sobre esos pequeños comerciantes que perdieron todo por los saqueos e incendios, ni una sola palabra para los 2.500 trabajadores que fueron despedidos por el cierre de sus fuentes de empleo y ninguna expresión de llamado a la paz y reencuentro entre los chilenos que fuimos violentados por estos actos brutales y demenciales de grupos minoritarios que atemorizaron a un país entero. Incluso, expusieron a nuestra democracia al límite de perderla.
Estas palabras las expreso con el mayor respeto y aprecio que tengo hacia el rector de dicha universidad, el señor Aldo Valle, y por lo mismo me atreví a escribir estas líneas, por cuanto pienso que no existió ecuanimidad en el tratamiento de los hechos de violencia que vivió nuestro país.
Estoy seguro que el rector, al igual que yo, quiere que vuelva la normalidad al país y a la región, y que nos pongamos de acuerdo en el Chile que deseamos heredar para las futuras generaciones.
Manuel Millones Chirino Consejero regional
Regulación
Un Estado subsidiario requiere la mayor atención en la regulación, pero un país que entrega la gestión a las empresas privadas y que, en el hecho, no regula sus actuaciones, no puede sino esperar catástrofes. Un juego sin reglas desordena su campo.
Dos ejemplos: los bosques sin reglas territoriales ni de manutención son una pura acumulación irracional de combustible. Todo cultivo tiene su limitación y formas de protección; la limpieza del suelo y el corte de sus ramas bajas, y los cortafuegos cada ciertas hectáreas dificultan su combustión e impiden la propagación del fuego.
Nuestras ciudades, entregadas a una especulación del suelo indiscriminada con normas tan permisivas para su extensión, como las Zonas de Desarrollo Urbano Condicionado (ZODUC) y otras, han crecido en forma tan descontrolada que nos ha obligado a construir un sistema de transporte público acromegálico, del cual algunos se enorgullecen en lugar de avergonzarse. Una ciudad ordenada sabe construir la debida cercanía para ser llamada tal.
Pero la política de este Estado subsidiario ha incurrido en un mayor pecado, el de la desidia. Podríamos haber tenido un sistema estatal de salud y de educación de excelencia. Nada lo impedía. Desde luego, los fondos de los ciudadanos de la seguridad social entregados a empresas privadas no tienen por qué invertirse en desarrollo país. No nos quejemos.
Juan Enrique Mastrantonio Freitas
Movilizaciones
El país no puede seguir aguantando movilizaciones diarias, y con esto no estoy descreditando las legítimas demandas sociales, a las cuales adhiero totalmente, estoy hablando de permitir que el país funcione. ¿Saben quienes promueven estas convocatorias (y apelo a ellos, porque dudo un análisis racional de quienes utilizan estas movilizaciones para vandalizar las ciudades) cuántos empleos se han perdido hasta ahora y cuántos se perderán en el corto plazo? Es hora de pensar en el país. De lo contrario, ni la más potente agenda social podrá resolver las carencias que hoy miles de chilenos ya comienzan a sufrir por perder sus fuentes de trabajo.
Catalina Rodríguez F.
Listas de espera
Luego del acuerdo político alcanzado recientemente, poco a poco ha disminuido la intensidad de las manifestaciones producto de la crisis social en la que Chile se encuentra. Sin embargo, hay demandas que continúan siendo prioridad para los chilenos y una de ellas tiene relación directa con el sistema de salud. Algunas de las razones: las largas listas de espera en todas las áreas de la salud, que en algunos casos pueden llegar a durar años sin ser solucionadas.
Un procedimiento de cirugía plástica puede ser malentendido como la búsqueda constante por la perfección estética. Para otras personas una intervención de este tipo puede ser el comienzo de una mejor calidad de vida.
En la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica comprendemos esta situación. Por este motivo estamos participando activamente, junto al Ministerio de Salud, en ir desarrollando operativos, especialmente en regiones, para tratar a aquellos pacientes que estén en listas de espera de nuestra especialidad.
Aun así, teniendo en cuenta que las últimas semanas de conmoción nacional van a determinar nuevos aumentos en las listas de espera, estamos con la idea de desarrollar más operativos de los que se habían conversado para ir en apoyo de nuestros compatriotas.
Dr. Claudio Thomas Presidente de la Sociedad Chilena de Cirugía Plástica