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ENTREVISTA. Francisco Chahuán, senador (RN) analiza alcances del acuerdo constitucional y dichos de Allamand:

"Todo lo que se ha generado es una disputa artificial porque no hay nuevas interpretaciones"

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Paola Passig

Luego que el senador Andrés Allamand dejara a la oposición con las alarmas encendidas al señalar que si la nueva Constitución no lograba los dos tercios, seguiría vigente la del '80, su par, Francisco Chahuán, pone paños fríos a la polémica señalando que los acuerdos debe ser el sello de la discusión que se viene en la mesa técnica y en la convención misma. Entretanto, el legislador señala que RN ya comenzó a reclutar constituyentes: el exsenador Jorge Arancibia, y el dirigente de los agricultores, Santiago Matta, son algunos de ellos.

-¿La nueva Constitución parte de una página en blanco o desde la Constitución del '80?

-El acuerdo transversal que se logró la madrugada del 15 de noviembre, y donde todos los sectores trabajamos para llegar al mejor acuerdo para el país y no para los partidos políticos, se estableció que debía ser la ciudadanía primero la que debía votar si quería o no una nueva Constitución. Segundo, el camino para hacerlo, ya sea con 100% de participación ciudadana o con el 50%. Y el acuerdo también contempla que si se aprueba la opción de nueva Constitución, entonces se debe partir desde cero, vale decir elaborar un texto o carta fundamental totalmente nuevo. Ahora esto no significa que algunas de las nuevas propuestas se puedan parecer o asimilar a lo que está escrito hoy, pero eso es una cosa distinta y será parte de la elaboración de la nueva Constitución. Yo siempre he dicho que las constituciones no están escritas sobre piedras como los 10 mandamientos.

-¿Comparte la reinterpretación de Allamand de que si no se logran los dos tercios en la votación de la nueva Constitución, seguirá rigiendo la del '80?

-Hay que tener claro que primero se va a votar en general la arquitectura de la nueva Constitución y el texto general. Por eso no es posible que queden fuera capítulos como el Banco Central o el Tribunal Constitucional, como algunos señalan. Cualquier modificación al texto general va a requerir 2/3, por tanto vamos a tener una Constitución que va a ser muy representativa y va a impedir que mayorías circunstanciales puedan imponer determinados criterios a las minorías o que las minorías puedan bloquear los aspectos centrales de la nueva constitución. Por tanto, todo lo que se ha generado es una disputa completamente artificial. No hay nuevas interpretaciones. Ahora hay que tener claro que si los ciudadanos en el plebiscito de abril de 2020, deciden la opción No, o si después en el referéndum ratificatorio, rechazan el nuevo texto, obviamente va a tener que seguir funcionando la constitución del '80. Pero ya ese es otro tema y dependerá de la voluntad de los chilenos tras la votación democrática.

-¿Fue Allamand el dique en la negociación del acuerdo por la paz?

-No estoy de acuerdo. El senador Allamand así como todos los que participamos del acuerdo lo hicimos pensando en lo mejor para Chile.

-¿Si se sigue reintrerpretando un acuerdo que ya ha sido muy cuestionado por la izquierda más extrema y el mundo social, se exacerbarán más los ánimos?

-Creo que hay que respetar el espíritu del acuerdo del 15 de noviembre; los cambios o definiciones que se pueden hacer son más bien de carácter procedimental o administrativo, pero no de fondo. Sí creo que dilatar, cuestionar o poner en duda el acuerdo le hace muy mal al país, porque es un retroceso a un tremendo avance que se ha dado. Pero creo que no tiene mucho que ver con lo que hemos visto en las calles en los últimos días. De verdad, se han dado y se tienen que seguir dando pasos importantes en la agenda política y social, pero también se debe avanzar en la agenda de seguridad. Hemos visto que los chilenos que levantaron las legítimas demandas en las calles han entendido que se está trabajando para hacer un mejor país y han ido dejando las marchas para trabajar por la paz, para trabajar en cabildos e incluso en contenidos que puedan servir tanto a la nueva Constitución como también a la agenda social. Pero en la calle aún están aquellos que no les importa nada de lo que se avance, que sólo quieren destruir el país y mantener el caos. Por eso el llamado debe ser también a las organizaciones y agrupaciones a asumir responsabilidades cuando llaman a manifestaciones, porque hay que terminar con la impunidad de aquellos que han sembrado miedo. En ese sentido, debemos avanzar en un acuerdo sobre seguridad pública que implique sancionar duramente los saqueos, la destrucción de la propiedad pública y privada y terminar con los encapuchados en las marchas.

-En marzo de este año el diario oficial publicó el protocolo de Carabineros que prohibe uso de balines. El general Mario Rozas anunció que ya no los usarán. ¿Es esto un reconocimiento a que se estaban violando el protocolo?

-Acá hay que considerar que ha existido derechamente delincuencia que ha querido aprovecharse de las demandas legítimas para saquear, robar, destruir, quemar y generar el caos y eso no puede quedar impune. Evidentemente hay que revisar los protocolos y demarcar aún más cuándo se puede o cuándo no se puede utilizar algún elemento disuasivo. Pero también es iluso pensar que Carabineros van a controlar a los delincuentes sin herramientas. No hablo de la gente que marcha pacíficamente, hablo de los delincuentes e infiltrados que están relacionados con el narcotráfico que efectivamente han estado en las calles en las últimas semanas. Se debe corregir aplicaciones de protocolos de Carabineros, sí. Se debe investigar si hubo eventualmente abusos, sí. Pero también hay que apoyar a Carabineros y entregarles herramientas para que pueden controlar a los delincuentes y tratar de devolver la paz, porque eso es lo que quiere la gente. Acá algunos como el alcalde Jorge Sharp, por ejemplo, también deben entender y decidir de qué lado están: por proteger a su ciudad de la destrucción y el saqueo a los pequeños comerciantes, o ser ambiguos en torno a la violencia desatada.

-¿El general Rozas debe renunciar?

-No debe renunciar. Ha realizado una buena labor en medio de un clima que es sumamente complejo. Son 60 mil hombres y mujeres de una institución que quieren hacer lo que la ley y el país les mandató hacer, mantener el orden público y lamentablemente muchos sólo se han dedicado a cuestionar fallas o errores, que son menores, en comparación a la enorme labor que la gran mayoría de los efectivos ha realizado a lo largo del país. Lo mismo con el esfuerzo y trabajo de la PDI.

-¿Cómo evalúa el rol de Mario Desbordes?

-Mario representa precisamente lo que los militantes y autoridades del partido pensamos. RN tiene calle, tiene sentido de realidad y por eso reconocemos que hay cosas que no se han hecho bien por largos 30 años. Desbordes, al igual que el resto de los liderazgos del partido, hemos sido el cable a tierra del Gobierno y el partido bisagra para provocar los acuerdos que Chile necesita.

-Las protestas siguen. ¿Falta ahora una agenda social profunda?

-Las marchas o protestas pacíficas pueden continuar. Nunca hemos pedido que eso termine. Y en cuanto a la agenda social ya se han dado varios pasos, como los congelamientos de tarifas eléctricas y de transportes, la rebaja de 50% en tarifa para pasajes del adulto mayor, nuevas fórmulas para bajar precios y mejor accesibilidad a medicamentos, límite a reelecciones de autoridades, rebaja de dietas, aumento gradual de pensiones en un 50%, mejoramiento per cápita para la atención primaria de salud y asegurar un ingreso mínimo con aporte del Estado de 400 mil pesos a todos los trabajadores chilenos. Es cierto que debemos hacer esfuerzos aún mayores como la condonación del CAE, revisar el impuesto a combustibles y varias otras medidas. Pero acá hay que actuar con responsabilidad fiscal y alejado de los populismos. Pero no puede ser que todo el esfuerzo lo haga el Estado. Yo me pregunto, ¿qué ha hecho el empresariado o el sector más rico del país? Salvo algunos anuncios personales o aislados, la respuesta es absolutamente insuficiente.

"Hay que tener claro que si los ciudadanos en el plebiscito de abril de 2020, deciden la opción No, o si después en el referéndum ratificatorio, rechazan el nuevo texto, tendrá que seguir funcionando la constitución del '80"

"Mario Desbordes, al igual que el resto de los liderazgos de RN, hemos sido el cable a tierra del Gobierno y el partido bisagra para provocar los acuerdos que Chile necesita"