"Una de las principales demandas que hemos manifestado las mujeres es mayor igualdad"
"Fue una irrupción. Y si bien no comparto el modo, les ofrecí dialogar tras suspender la sesión", reconoce la vicepresidenta de la Cámara de Diputados, Loreto Carvajal (PPD), al evaluar la jornada del miércoles en la que mientras se discutía el proyecto elaborado por la mesa técnica para aterrizar el acuerdo constitucional, dos jóvenes, de una veintena que ingresó al Congreso, saltándose guardias y protocolos, atravesaron la puerta del hemiciclo. La parlamentaria, que fue cuestionada por el oficialismo debido al manejo del incidente, resta dramatismo a la solicitud de censura a la mesa que anunció Chile Vamos.
- ¿Qué le pareció el ingreso de estas jóvenes?
- Una manifestación que quiere irrumpir a partir de la frustración que provoca una coalición que no es consecuente con sus dichos, es absolutamente legítima. No tiene que ver sólo con la política, sino con cómo la sociedad de las mujeres no sólo reclama, sino que quiere que se haga justicia con la invisibilidad y del statu quo permanente y que a propósito de estas cuestiones políticas también se perpetúa. Entonces, entiendo la manifestación legítima, pero lo que no comparto es el modo, la forma. No me complica que las mujeres irrumpan en el Congreso, si se hace de la forma que corresponde. Ingresar a la fuerza a la sala cuando se está debatiendo, sin conocer siquiera la votación, pero donde hay una gran mayoría que sintoniza con esas demandas y donde muchos somos parte de esas indicaciones, fue precipitado. No comparto el modo, pero les ofrecí dialogar. Hay que rescatar que las formas en el Parlamento, en la calle, en el trabajo deben abrir espacio a la discusión y a hacerse cargo de estas demandas que no se pueden quedar en una gran marcha del 2018 o sólo en que ayer irrumpieron en el Congreso. Es una frustración que se expresa en un grito para ser escuchadas y para que se reconozca el rol que tienen las mujeres en este país que ya no resiste justificación, sino que requiere pura acción.
- ¿Fue muy complejo manejar ese momento?
- No. Lo que pasa es que para mí también fue violento ver que una joven que irrumpe en la sala es abordada por los guardias. Mi intención fue que el guardia tomara distancia y propendiéramos al diálogo. El guardia hace su trabajo porque por reglamento nadie, ni los asesores, pueden ingresar a la sala. Y lo que pasó puso una imagen. Por eso la decisión fue suspender la sesión, que se manifestaran con la sesión suspendida y luego hablar con las jóvenes que estaban fuera de la sala y que ya habían bailado y se habían manifestado, para seguir avanzando con el debate parlamentario. Nunca hubo ánimo de reprimir, sino de dialogar, aunque en circunstancias muy complejas, y esperar a que terminara la votación. Esperamos, de verdad, que esto no vuelva a ocurrir.
- ¿No habría sido mejor autorizar el ingreso a las tribunas de ese grupo?
- Se dieron autorizaciones. Somos 155 diputados y cada uno recibe una invitación. En mi caso recibí 10 y las distribuí entre alcaldes y dirigentes mapuches e independientes. Entonces, creo que aquí las posibilidades para escuchar un debate se generan siempre. No es lógico gritar improperios en medio de una discusión porque no me gusta un determinado discurso, ya que se supone que la tolerancia debe ser en todos los sentidos. Eso debe hacerse dentro de los márgenes que nos permitan escucharnos todos. Me tocó en varias oportunidades llamar al orden a las tribunas para escuchar el debate, porque si una persona está hablando y es interrumpida insistentemente, hay que guardar la formalidad que se requiere en una Cámara. El reglamento dice que cuando hay manifestaciones de cualquier modo, una de las consecuencias es el desalojo. El miércoles no desalojamos, sólo suspendimos, pero nadie puede entrar a la Sala si no es parlamentario o forma parte del trabajo legislativo que se está dando.
- En el oficialismo anunciaron la censura a la mesa y se cuestiona que no haya habido desalojo y que no se resguardara la seguridad de los parlamentarios.
- Todos los parlamentarios conocemos el reglamento, la censura a la mesa es un mecanismo que tienen los diputados, en este caso el oficialismo. Cada cual tiene que hacerse cargo de sus dichos; actuar de manera apresurada, como fue el caso de la persona que ingresó desde afuera a la sala, porque no fue un conflicto que se produjo dentro de la sala, y hay que entender el contexto. Ahora, uno está sujeta a la crítica, nosotros respondemos políticamente a la representación de la Cámara y no me cabe duda de que los parlamentarios que hoy piden la censura de la mesa no votaron por nosotros. Entonces, es legítimo que lo hagan. Cuestionarnos no nos hace daño, nos hace bien, pero lo crucial es cómo contribuimos a hacer que el Parlamento tenga una buena imagen, a que el Parlamento haga lo que tiene que hacer, a que los parlamentarios sean consecuentes con su votación. Todo eso pasa mucho más allá de una censura.
- ¿Qué le ha parecido el tono y la complejidad del debate en torno al proyecto que aterriza el acuerdo constitucional?
- Otra vez le vamos a entregar al país una Constitución que aparece viciada desde el origen, porque cuando se cercena la posibilidad de que las mujeres estén contempladas con mecanismos de paridad para redactar una constitución con igualdad de género, pues es lo mínimo que podemos darle a a la gente que ha estado en la calle demandado mayor igualdad. Quisimos avanzar en esta materia, a propósito de unas indicaciones presentadas en la Comisión de Constitución, firmadas y votadas transversalmente, incluidos los partidos del oficialismo, pero luego se retractan impidiendo que se aprueben las indicaciones, lo que hacen no es sólo mentirle al país, sino que cercenar una constitución desde su origen y no va permitir redactar un texto con igualdad y equidad de género.
- ¿Cómo asegurar la paridad?
- Una de las principales demandas que hemos manifestado las mujeres, incluida la masiva marcha del 18 de marzo del 2018, es mayor igualdad. Hoy los pueblos indígenas y los independientes también lo están pidiendo. No hacerlo acarrea mayor descontento y frustración. ¿Cómo reparamos aquello? Con los mecanismos que existen y que nos han dejado, porque a raíz del acuerdo marco, que parece hubiese sido firmado con sangre, porque no dio posibilidad de apertura, es insistir con ello en el Senado. Pero dado el contexto electoral, es bien complejo que eso ocurra, o usar los mecanismos alternativos que hoy existen y que nos imponen igualmente tareas durísimas, porque nos hablan de un proyecto que modifica la ley de elecciones y escrutinios populares y establece la misma condición de los dos tercios. Por eso esperamos que los mismos partidos que el miércoles no estaban disponibles, que lo estén para que le demos a la ciudadanía una Constitución validada, paritaria, inclusiva. Si nos somos capaces de entregarle eso al país, estaríamos otra vez manteniendo el statu quo.
-¿Pero los proyectos de reforma constitucional para paridad, escaños de pueblos indígenas e igualdad a independientes que presentó RN reponen el tema?
- Es una decisión que ellos adoptaron que implica saltar por el costado, pero el camino más fácil era entrar por la puerta ancha con una indicación tal como nos comprometimos. El presidente de RN habló de una Constitución inclusiva y eso debió haberse manifestado en la Sala con los votos, pero la votación fue lamentable porque salvo la abstención de Marcela Sabat (RN) todo el resto de ese partido votó en contra. Se suma la posición de la bancada de Evópoli que se abstuvo y Evópoli tuvo la gran oportunidad de haber sido el partido del oficialismo que hubiera marcado la diferencia y que le hubiera entregado al país los propósitos que ellos exponían de ser un partido de derecha progresista. Sin embargo, no lo hicieron. Quedaron de nuevo sumidos en el chantaje de la UDI para no avanzar en una Constitución paritaria e inclusiva.
- ¿A qué atribuye la resistencia del oficialismo?
- Hay un discurso que refleja las distintas aristas que tienen ellos. Si uno escucha a los diputados de Evópoli, están propensos a las cuotas, a la integración paritaria, pero en la votación se abstuvieron, en una posición de neutralidad, de no salirse de su zona de confort; como dicen los argentinos, una especie de flan: ni tan empalagoso ni tan desabrido. Luego tenemos a RN que manifestó el 15 de noviembre la intención de generar los acuerdos para modificar la Constitución y donde valoramos el rol de Mario Desbordes, y luego avanzaron al señalar que estaban dispuestos a discutir la paridad, e igualdad para pueblos indígenas e independientes, pero que también sucumbieron a la tercera ala de la derecha, que es la más dura, la UDI y la más extrema con Ignacio Urrutia del Partido Republicano que quieren seguir validando la constitución del 80. Valdría la pena no ceder hacia el chantaje de la UDI.
- ¿Sin paridad y sin condiciones para pueblos originarios e independientes las movilizaciones masivas pueden regresar en forma más violenta aún?
- Si no somos capaces, incluido el Ejecutivo, de escuchar y entender que la necesidad de cambios estructurales es a todo nivel -también a nivel político- tenemos y corremos también el riesgo de estar más deslegitimados de lo que ya estamos. Todo a propósito de la intransigencia de algunos y de la autoridad política que no está dispuesta a generar los cambios que reclama el país.
"Es legítimo que presenten la censura. Cuestionarnos no nos hace daño, nos hace bien. Lo crucial es cómo contribuimos a hacer que el Parlamento tenga una buena imagen, a que haga lo que tiene que hacer"