Académicos coinciden en las críticas al informe big data del Gobierno
REGIÓN. Marcelo Mendoza y Luis Enrique Santana cuestionaron la metodología utilizada en el trabajo como también los hallazgos y las categorizaciones que arrojó el estudio.
El informe dado a conocer en los últimos días acerca del comportamiento de los usuarios en redes sociales desde el inicio de las movilizaciones en todo el país y que fue entregado por el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, al Ministerio Público como fundamento de las acusaciones de intervención extranjera en las protestas, generó una serie de cuestionamientos al Gobierno.
La mayor parte de las críticas al documento, que según el jefe de gabinete fue hecho con tecnología big data, se centraron en la categorización de grupos que formuló y el análisis de su comportamiento digital entre el 18 y el 25 de octubre, el peak del estallido social.
Uno de los grupos analizados es el de usuarios jóvenes que cuestionan el accionar del Gobierno, las violaciones a los derechos humanos y el rol de los medios de comunicación. Según el informe, ese grupo tiene como característica "ser aficionados al K-Pop".
Otros grupos que se analizaron como posibles influencias se vincularon a medios de comunicación extranjeros, como Russia Today (RT) y Telesur, seleccionados nacionales como Claudio Bravo y Gary Medel; y artistas como Mon Laferte.
En los últimos días, la Subsecretaría del Interior negó que el Gobierno haya encargado la confección del informe como tampoco su financiamiento con fondos públicos. Sin embargo, reiteraron que se aplicó tecnología big data en el trabajo realizado y que el informe fue puesto en conocimiento del ministerio por la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI), "entidad que tiene la obligación de velar por la reserva de sus fuentes de información".
Resultados
Marcelo Mendoza, académico del Departamento de Informática de la Universidad Técnica Federico Santa María (UTFSM), manifestó que los hallazgos del informe big data son poco específicos al separar el universo analizado en cinco grupos "supuestamente cohesionados entre sí, pero que en realidad tienen características que son genéricas de cualquier grupo de usuarios que interactúan en redes sociales".
Para el también investigador del Instituto Fundamento de los Datos, el informe no presenta hallazgos clarificadores de los mecanismos de interacción de las personas en redes, en especial durante los días del estallido social.
"No encuentro que haya nada muy interesante en los resultados que ellos han mostrado ni tampoco concluyente, que es lo más importante. Lo que uno siempre busca en el estudio científico es que tenga conclusiones que sean idealmente incontrarrestables y, en realidad, no hay ningún aspecto de ese estudio que muestre un resultado concluyente acerca del análisis", aseguró.
Por su parte, Luis Enrique Santana, profesor de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), estimó que no hay estudios que corroboren que la difusión de protestas en redes sociales provoque más movilizaciones en los espacios públicos.
"Lo que sí hay son estudios en que las personas que tienden a hablar más políticamente en redes sociales, son también las que participan en las manifestaciones en el espacio público. Incluso hay estudios en Chile que hablan sobre cómo eso pasa, alguien que es más activo en redes sociales, hablando de política o de asuntos sociales, también participa más", comentó.
Uso de big data
Ambos docentes cuestionaron el uso del término big data en el informe. Según Santana, se trata de "grandes volúmenes de datos que no se pueden trabajar a través de estadística tradicional. En este caso -del informe-, cuando estamos hablando de métricas de redes sociales es bien aventurado decir que se trata de big data, porque es un recurso que todavía no es tan sofisticado".
Mendoza, por su parte, consideró que si bien hay un gran volumen de datos analizados, no hay claridad respecto de la metodología para analizar el ruido, es decir, la cantidad de mensajes provenientes de diversas fuentes, intercalados entre sí y que pueden generar variadas reacciones entre los usuarios.
"Todos los datos que se extraen desde redes sociales tienen una cantidad de ruido importante y uno tiene que declarar en la metodología cómo trabajó con ese ruido. Las fuentes en redes sociales son fuentes dudosas por definición y si uno, metodológicamente, no establece cómo ha trabajado con este ruido, realmente los resultados van a ser muy poco confiables", planteó.
Categorizaciones
Respecto de las categorizaciones formuladas en el informe, de acuerdo a Marcelo Mendoza, se hizo con una técnica denominada "clustering", "y el informe lo que hace es el agrupamiento por contenido de los textos".
En esa línea, los algoritmos de agrupamiento tienen falencias y debilidades técnicas, por lo que en este caso los analistas hicieron una interpretación de los datos recopilados para llegar a los cinco grupos presentados.
"Por eso, en estos resultados aparecen datos que son anecdóticos. Por ejemplo, de que una proporción tan importante de usuarios es fanático del K-Pop y eso es algo que no parece muy razonable. Eso es producto de un artefacto del algoritmo de clustering que ellos usaron", explicó el docente de la UTFSM.
En tanto, el académico de la UAI mencionó que en el caso de los jóvenes seguidores del K-Pop, era una comunidad que existía con anterioridad al estallido social, pero que empezó a hablar de las demandas ciudadanas. "Es muy raro lo que dicen, no es sólo una falta de entendimiento con cómo funcionan las redes sociales, sino con cómo también funcionan los grupos, movimientos y comunidades culturales en el espacio físico", dijo Santana.
El periodista reiteró que, a su juicio, el informe presentado por el Gobierno "no es un big data, no es un análisis exhaustivo, porque si te das cuenta, las comunidades de K-Pop o Mon Laferte con sus seguidores ya existían desde antes. Lo que pasó en este momento es que ellos adhieren a este movimiento y empiezan a amplificar y movilizar este discurso y narrativa".
Dos falencias
Finalmente, Marcelo Mendoza planteó dos falencias que tiene el informe, a su juicio. La primera se relaciona con que "los usuarios no son fácilmente trazables a localizaciones. Entonces, cuando el estudio nos indica que los usuarios en Chile están manifestándose de cierta manera, yo pongo mis cuotas de duda".
La segunda tiene que ver con que el estudio plantea una pregunta a priori, referida a la intervención durante las manifestaciones en redes sociales, antes que iniciar una exploración. "Cuando uno plantea una pregunta a priori, generalmente lo que hace es sesgar el estudio y claramente, lo que está manifestando el estudio es que hay una presencia de sesgo ideológico por parte de quienes plantearon el estudio", sentenció.
Hashtags chilenos "amplificados"
El 19,3% de mensajes localizados fuera del país, según el informe, llamó la atención a Luis Enrique Santana, considerando que es poco teniendo en cuenta la cantidad de chilenos que participa en redes sociales como Twitter. "Pasa también que hay muchos amplificadores que ocupan los hashtags para promover sus propios temas, la protesta que estaba pasando en el mismo momento del día en Irak o en Irán, ellos suman los hashtags de las protestas en Chile para amplificarlas, porque eso amplifica su mensaje y los hace ver como una posición más global", explicó el académico de la UAI.
"Cuando estamos hablando de métricas de redes sociales es bien aventurado decir que se trata de big data, porque es un recurso que todavía no es tan sofisticado".
Luis Enrique Santana, Académico UAI
"Lo que uno siempre busca en el estudio científico es que tenga conclusiones que sean idealmente incontrarrestables y, en realidad, no hay ningún aspecto de ese estudio que muestre un resultado concluyente".
Marcelo Mendoza, Académico UTFSM
112 páginas tiene el informe big data que entregó el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, al fiscal nacional, Jorge Abbott.
19,3% de los mensajes en redes sociales entre el 18 y el 25 de octubre tienen su origen fuera del país, según el informe.
31% de los autores de mensajes en redes sociales, en el mismo periodo, de acuerdo al texto, están localizados en el extranjero.