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FIBE: 265 familias dicen que casa dañada es propia

ENCUESTA. Subsecretario explica que la ficha se basa en respuestas de vecinos.
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Doscientos sesenta y cinco familias de los encuestados mediante la Ficha Básica de Emergencia (Fibe), entre el 25 y el 28 de diciembre de la semana pasada, aseguran que viven en un "hogar propio", detallaron desde la Subsecretaría de Servicios Sociales.

Bajo el nombre de "Incendio Forestal San Roque y Rocuant", la ficha fue aplicada por los funcionarios del municipio y del Ministerio de Desarrollo Social a los jefes o jefas de hogar de 422 familias que estaban en el lugar afectado por el fuego. De ellas, un 86% de los hogares reconoció que su vivienda había sido destruida; un 7% dijo que estaba muy afectada; un 2% medianamente afectada; un 4% poco afectada y un 1% dijo que no había sido afectada. En tanto, un 92% de las familias dijo que estaban muy afectados en cuanto a la pérdida de enseres; un 3% medianamente afectados; un 4% poco afectados; y un 1% no afectados.

20% allegado

De los consultados, un 63% dijo que vivía en un hogar propio, 5% dijo que era arrendado, 12% cedido y un 20% aseguró que vivía de allegado. En base a lo anterior, un 59% de las familias encuestadas dijo que su vivienda destruida es propia, 5% arrendada, 14% cedida y un 23% vive como allegado.

El estudio arrojó que el promedio de personas que habitan un hogar es de 2,9 y que el 86% (366) de los hogares encuestados se encuentra en el Registro Social de Hogares. También detalló que se trata de 1.199 personas afectadas por el incendio, y de ellas seis están embarazadas, 234 son enfermos crónicos y 28 pertenecen a pueblos indígenas.

Por otra parte, el análisis detalló que el 31% (130) de los hogares encuestados tiene adultos mayores; que el 94% de los hogares con adulto mayor presenta vivienda destruida o muy afectada; y que el 63% de las familias con adulto mayor es del tramo más vulnerable.

Asimismo, el 48% (203) de los hogares cuenta con algún menor de 18 años; el 92% de los hogares con menores tiene su vivienda destruida o muy afectada; y el 66% es del tramo más vulnerable. El 24% (105) tiene pérdida laboral debido a la emergencia; el 43% de los hogares con pérdida laboral se dedicaba al comercio; y el 93% se encuentra en una vivienda destruida o muy afectada.

Al respecto, el subsecretario de Servicios Sociales, Sebastián Villarreal, comentó que estas cifras se deben cruzar con la información de la Ficha N°2 hecha por el Serviu y el Minvu. "Se entrevistó al jefe o jefa de hogar y la persona respondió las preguntas. Esto se hizo en terreno, casa por casa o donde había vestigios de una vivienda. Hay muy poco margen para que uno termine aplicando una ficha a alguien que no está realmente afectado", dijo, y precisó sobre quienes dijeron que habitaban en una vivienda propia, que "generalmente está asociado a que hay un título de raíz, pero eso no es una información que se corrobora en ese momento. Serviu contrasta de cara a la tercera etapa, el proceso de reconstrucción para cada familia".

1.199 personas afectadas por el incendio del 24 de diciembre es lo que arroja la ficha FIBE.

234 enfermos crónicos hay entre los damnificados, según la FIBE. Hay también seis embarazadas.

Incendios, plantaciones

Instituto de Biología Pontificia Universidad Católica de Valparaíso "Definir zonas y estrategias para el desarrollo forestal del país es muy importante, abogando siempre por la seguridad de las personas y el crecimiento del país".
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y planeamiento urbano

Los incendios en Valparaíso se repiten de manera constante durante la época de verano, siendo la mayoría de ellos provocados de forma intencionada por la acción humana. Estos eventos, además, son condicionados por diversos factores ambientales, donde la sequía imperante juega un rol clave.

La falta de un plan regulador apropiado y la destrucción del bosque nativo en favor de especies introducidas, permiten encontrar pinos, eucaliptus y aromos entre las quebradas y en sectores muy cercanos a las zonas urbanas. Estas especies, que están dentro de la categoría de pirogénicas (se queman fácilmente), son mucho más combustibles que los árboles nativos de nuestro país.

Si comparamos el bosque originario con las especies antes mencionadas, encontraremos diversos aspectos que serán beneficiosos, al menos para esta zona del país. Uno de los elementos que se debe considerar es que diferentes investigaciones demuestran que los suelos con boldo, quillay, maitén, belloto del norte y otras plantas nativas, mantienen de mejor manera la humedad en el suelo. Además, son plantas perennes y no resinosas, que generan menos material inflamable y, por lo tanto, son más seguras. Adicionalmente, en lugares menos perturbados encontramos helechos, musgos y otras formas de vida que también ayudan a retener más humedad y evitar la erosión.

Debido al cambio climático, se proyecta que la Región de Valparaíso verá disminuida sus precipitaciones en casi un 40% en relación a lo que se observa al día de hoy en un plazo de 25 a 50 años, por lo que mantener especies como el pino o el eucaliptus, que consumen grandes cantidades de agua para su desarrollo, no será viable. Por otro lado, las especies esclerófilas (de hoja dura) del bosque nativo, poseen muchas características para resistir la sequía y consumen menos agua. Las especies introducidas fueron seleccionadas debido a que se utilizan principalmente en la empresa maderera, ya que son plantas con muchos años de selección artificial, con tasas de crecimiento muy altas y que en poco tiempo se pueden cosechar.

Esto no se justifica en la Quinta Región, donde este recurso no se explota a gran escala y donde sus suelos se podrían utilizar para la agricultura o para la conservación de la diversidad única de esta zona, parte uno de los "hotspots" (punto caliente) de biodiversidad del mundo.

Por ello, definir zonas y estrategias para el desarrollo forestal del país es muy importante, abogando siempre por la seguridad de las personas y también por el crecimiento de nuestro país. En el futuro deberemos resguardar el progreso económico, el desarrollo social y el cuidado ambiental, de manera de anticiparnos a los desastres en lugar de resolver las crisis después de que se presentan.

Cristián Atala Bianchi