Decepción y desencanto
No hay duda. Decepción y desencanto experimentamos con el desempeño como alcalde de Jorge Sharp.
Era joven, venía de afuera y contaba con el apoyo de un movimiento amplio, ajeno a la politiquería añeja, lo que generaba muy buenos augurios para nuestra alicaída ciudad. Y lo elegimos con muchos votos y con mucha esperanza. ¿Y qué pasó?
¿Puede alguna persona hacerle tan mal a una ciudad, cuyos ciudadanos han sufrido por años? ¿Es digno eso? Ahora que está de moda acusar e interpelar a nuestros políticos, ¿podríamos hacer lo mismo, en otra modalidad, a nuestro alcalde?
Valparaíso está triste. Nunca había llegado a este nivel de tristeza. "Las tristezas no se hicieron para las bestias, sino para los hombres; pero si los hombres las sienten demasiado, se vuelven bestias", extracto de "El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha", de Miguel de Cervantes.
Renzo Follegati Ghio
Comercio vs. manifestantes
Por diversos puntos de Valparaíso y Viña del Mar es usual ver carteles en las vitrinas con la frese "Estamos con su movimiento social, pero somos pymes que trabajamos para ustedes", o sea, comprenden y apoyan el caos que se está provocando en el país. Estos avisitos los interpreto como alguien puesto de rodillas suplicando para que se tenga compasión con el comercio y que los saqueadores y quienes destruyen vayan a hacer desmanes a otra parte, al vecino, por ejemplo, a otro barrio, etcétera, pero no me hagan daño a mí.
Esto lo considero una bajeza, porque se están dirigiendo a maleantes como si fueran seres que razonan y esto no es así, porque no razonan, dado que por el sólo gusto de destruir y amedrentar se empeñan en sus propósitos, sin entender que esto no corresponde, que se está dañando a terceros y también a ellos mismos, que serán tanto o más afectados.
Sacar estos avisos es una posición más digna que lloriquear perdón.
Guillermo Díaz
Normalización
El día 9 del presente mes, a las 17 horas, por motivos de trabajo viajé a Santiago y pasé por la Plaza Italia. Mi sorpresa fue gigantesca, era una zona de guerra, el sector estaba tomado por encapuchados, unos 50, aproximadamente. Dirigían el tránsito, cero presencia policial, todo el comercio del sector cerrado, es decir, un sector céntrico de la capital tomado y dirigido por fuerzas antisistema.
El Gobierno no hace ni dice nada, la prensa dejó de informar. Sería muy penoso que nos acostumbráramos a vivir fuera del Estado de derecho, porque entonces el Sr. Tomás Mosciatti tendría toda la razón cuando dijo "Chile se fue al carajo", y de eso los culpables no es sólo la izquierda, son todos los políticos.
Sergio Sánchez R.
Ambulantes
El comercio ambulante en Viña no tiene mucho que envidiarle al de Valparaíso. ¿Existirá alguna institución pública que ponga freno a esta situación? Porque no veo a Carabineros ni a los municipios hacer algo.
Pablo Meneses
PSU de Historia
Con consternación nos hemos enterado de la decisión adoptada por el CRUCh de suprimir la Prueba de Selección Universitaria de Historia. La preocupación se acrecienta, cuando al mismo tiempo se informa que las personas que no pudieron rendir pruebas de Ciencia, Lenguaje y Matemáticas contarán con una oportunidad para repetirla a fin de mes. Los motivos aducidos por el CRUCH para suprimir la prueba de historia, dicen relación con la existencia de dificultades logísticas.
Con esta medida se está vulnerando la fe pública, en cuanto se espera que los estudiantes que ingresen a las carreras que consideran dicha prueba posean determinados conocimientos mínimos, situación que ahora será imposible de constatar.
Vemos con amargura como el CRUCH se suma a la desvalorización del conocimiento histórico, reduciéndolo a un rol secundario y prescindible, además de negar el carácter central que éste debería tener en la formación del estudiantado. Dicha tendencia ya se había hecho notar en la decisión del Consejo Nacional de Educación, avalada por el Ministerio de Educación, que había eliminado la obligatoriedad de la asignatura en los dos últimos años de educación secundaria científico-humanista. Ambas decisiones evidencian un problema mayor, como es la elitización del acceso al conocimiento histórico en el sistema escolar. Sólo aquellos establecimientos que tengan la voluntad explícita y los recursos para preocuparse por la enseñanza de la historia formarán ciudadanos con conocimiento cabal de su pasado, capaces de aproximase críticamente a la memoria histórica. Mientras tanto, el conjunto de los administradores del sistema educativo dan la señal de que la historia es un conocimiento innecesario.
En "tiempos recios" como los actuales, cuando más necesitamos ciudadanos con insumos para enfrentar el debate político con civilidad y racionalidad, medidas como ésta son incomprensibles.
Joaquín Fernández Abara Director (s) Escuela de Historia Universidad Finis Terrae