La construcción de la ciudad es un proceso que debe ser compartido. Bajo esa premisa, Catherine Paquette, francesa, doctora en urbanismo, postula que deben existir "reglas claras y trabajar de la mano con los desarrolladores para que realmente lo que hagan como proyectos inmobiliarios esté integrado en una visión urbana diseñada desde la autoridad".
Insiste en que no se puede dejar en manos de esos "desarrolladores" la construcción de la ciudad, que, a juicio de ella, es lo que está pasando hoy. Aclara que "las inmobiliarias pueden hacer su trabajo mal o bien. Yo creo que no es malo en sí. Existe esta visión porque, de hecho, lo que vemos que está mal en las ciudades proviene del desarrollo inmobiliario voraz y el resultado es que decimos que ellos son los malos. Pero creo que no".
La experta, participante en la etapa porteña del Congreso Futuro realizada en la sede parlamentaria de la avenida Pedro Montt, recomienda la necesidad de reglas claras y para ello "se necesita la discusión colectiva para llegar a una visión consensuada de qué tipo de ciudad queremos".
En la construcción de nuestras ciudades hay mucho de improvisación, caso concreto de Valparaíso que nace como "puerto de Santiago", sin mayores reglas como en aquellas formalmente fundadas por los conquistadores españoles. Después vino el cabildo y las normas para ordenar la construcción.
Sin embargo ni las primeras reglas ni las posteriores ordenanzas hay sido claras y consensuadas. Hay intentos, pero los conflictos han sido permanentes. Así, para evitar esa confrontación Catherine Paquette insiste en la claridad de la norma, afirmando que la autoridad y el emprendedor no son enemigos. Recomienda "sentarse, conversar y hacer un pacto entre todos para un mejor desarrollo urbano… si las reglas son claras y no cambian a cada rato y hay una garantía de que mi inversión va a ser buena, no hay problema". Concluye la urbanista que el resultado de ese proceso va a significar para el desarrollador "que pueda vender mejor su producto".
Estas recomendaciones son oportunas para las ciudades del Gran Valparaíso, en continua construcción, con desarrollos a veces agresivos por alturas o demolición de edificaciones tradicionales o peligrosas para los habitantes, realidad de cerros expuestos a incendios o derrumbes.
La ciudad sostenible, recuerda, se logra cuidando lo ambiental, lo económico y lo social, sin dejar ninguno de estos factores atrás, pero insiste en "cada ciudad tiene que reflexionar acerca de cuáles son sus prioridades".
La recomendación de la experta es orientadora: hay que construir ciudad con reglas claras y permanentes fruto del consenso, receta de una urbanista perfectamente aplicable a nuestra desprestigiada política.