Oportuno y necesario fue el ejercicio realizado en el paso fronterizo Los Libertadores con el fin de perfeccionar los procedimientos de reacción ante la posible presencia de casos de coronavirus en personas que ingresan al país por ese punto. El simulacro se realizó con la participación de todos los intervinientes en el proceso de ingreso de personas o carga al territorio nacional, Aduana, Policía Internacional y Servicio Agrícola y Ganadero, a lo cual se agregaron representantes de los servicios sanitarios de Aconcagua.
El seremi de Salud de la Región de Valparaíso, Francisco Álvarez, hizo un balance positivo del procedimiento afirmando que "participaron en forma activa los equipos de salud y también los servicios que trabajan día a día en este importante paso fronterizo, donde pudimos observar protocolos, procedimientos, instalaciones, medidas de higiene y también todos los insumos necesarios para que se llevase a cabo este simulacro".
El coordinador del complejo, Nelson Loeza, reafirmando un balance positivo, advirtió sobre la necesidad de "mejorar pequeñas cosas". Por su parte, el jefe del SAMU de Aconcagua, Pablo Yáñez, alertó ante la "principal brecha" que claramente sería el tiempo de traslado de la ambulancia con el paciente sospechoso hasta el punto donde se realizarán los primeros exámenes, en este caso el Hospital San Camilo de San Felipe, que es uno de los 50 del país habilitado para hacerlos. Cuestión clave, pues la ambulancia, que supuestamente debería estar alerta en el complejo fronterizo, debe recorrer hasta la mencionada ciudad una ruta sinuosa de intenso tránsito.
De este modo, el simulacro muestra brechas que oportunamente se pueden resolver antes de una emergencia real.
Pero en lo general se debe asumir que la Región de Valparaíso presenta tres puntos de acceso internacional de gran movimiento además de Los Libertadores, conexión con Argentina donde ya apareció un caso de Covid-19. Están Valparaíso y San Antonio, con recaladas de cruceros, y Quintero. Y hay que considerar que el control de los frentes marítimos es mucho más complejo que el terrestre, claramente acotado en un espacio reducido.
Así, es importante mantener controles en el frente marítimo, lo que exige personal capacitado y recursos, evitando que los necesarios controles signifiquen grandes alteraciones en la transferencia de cargas y movimiento de personas.
Con todo, la movilización de recursos y la revisión de los procesos tradicionales de operación de los puertos terrestres y marítimos del territorio es una exigencia de salud pública -materia de permanente actualidad en nuestro país- ante un mal de rápida expansión mundial, ya presente en Chile, que registra oficialmente más de 100 mil casos y al menos 3.200 fallecimientos.