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La NASA abre nueva convocatoria para formar a futuros astronautas

PROGRAMA. La agencia espacial norteamericana espera explorar nuevamente la Luna durante esta década.
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La NASA abrió esta semana una nueva convocatoria para aquellos ciudadanos estadounidenses con un posgrado en ciencia, tecnología, ingeniería o matemáticas y dos años de experiencia profesional "relevante" que quieran ser astronautas del programa Artemis.

Esos son los principales requisitos para esta segunda convocatoria de la NASA para el programa con el que busca reanudar los viajes a la Luna, llegar a Marte y reconquistar el liderazgo en el espacio.

La primera generación de astronautas de Artemis, formada por cinco mujeres y seis hombres, se graduó el pasado 10 de enero, después de haber realizado un curso de entrenamiento de más de dos años.

A la primera convocatoria se presentaron más de 18.000 personas, según informó la NASA en su día.

Los once graduados, Kayla Barron, Zena Cardman, Jasmin Moghbeli, Loral O'Hara y Jessica Watkins y sus colegas varones Raja Chari, Matthew Dominick, Bob Hines, Warren Hoburg, Jonny Kim y Francisco "Frank" Rubio, el único latino, representan "lo mejor de América (EE.UU.)", según el administrador de la NASA, Jim Bridenstine.

Como parte del proceso de inscripción, que finaliza el 31 de marzo, los candidatos serán sometidos a una evaluación por internet de unas dos horas de duración, algo que no se hizo en la anterior convocatoria.

Esta nueva convocatoria llega en un momento en que "la agencia se está preparando para enviar a la primera mujer y un nuevo hombre a la Luna con el programa Artemis. Explorar la Luna durante esta década ayudará a la Humanidad a prepararse para su siguiente hito de gigante: enviar astronautas a Marte", dijo la NASA en un comunicado.

11 graduados tuvo la primera generación de astronautas del programa Artemis de la NASA.

Descubren enana blanca que podría ser la fusión de dos de grandes dimensiones

HALLAZGO. La estrella, que está situada a 150 años luz de la Tierra, ha sido identificada gracias a los datos recogidos por el telescopio Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA).
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Un equipo internacional de investigadores liderado por la Universidad de Warwick (Reino Unido), en colaboración con una científica del Instituto Astrofísico de Canarias (IAC), ha descubierto una enana blanca de dimensiones inusuales y que podría ser el resultado de la fusión de dos enanas blancas de grandes dimensiones.

El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) informó de que este descubrimiento, que se publica en la revista Nature Astronomy, podría servir para resolver algunas preguntas sobre la evolución de las enanas blancas y el número de supernovas que existen en la Vía Láctea.

Telescopio

La estrella descubierta, que está situada a 150 años luz de la Tierra, ha sido identificada gracias a los datos recogidos por el telescopio Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA).

Los astrónomos usaron el Telescopio William Herschel (WHT), del Grupo de Telescopios Isaac Newton (ING), instalado en el Observatorio del Roque de los Muchachos (Garafía, isla de La Palma), para centrarse en el seguimiento de posibles enanas blancas de grandes dimensiones.

Aplicando un procedimiento de espectroscopía y tras descomponer la luz emitida por la estrella, los científicos pudieron determinar la composición química de su atmósfera y descubrir altos niveles de carbono en ella, algo inusual, se indica en un comunicado del IAC.

El autor principal de la investigación, Mark Hollands, del Departamento de Física de la Universidad de Warwick, comenta que se trata de una estrella que destacó por ser algo que no se había visto antes.

Habitualmente se espera observar una capa exterior de hidrógeno, a veces mezclada con helio, o simplemente una combinación de helio y carbono, pero no se espera ver la combinación de hidrógeno y carbono al mismo tiempo, "ya que debería haber una capa gruesa de helio en medio que evite eso. Cuando observamos esto, no tenía sentido", añade.

Restos de estrellas

Las enanas blancas son restos de estrellas como el Sol que han agotado todo su combustible y se han desprendido de sus capas exteriores.

La mayoría son relativamente ligeras (sobre 0,6 veces la masa del Sol), pero esta enana posee casi el doble de masa, a pesar de lo cual tiene un tamaño equivalente a dos tercios del diámetro de la Tierra, es decir, 150 veces más pequeña que el Sol.

La edad de la enana blanca es otra pista que los investigadores observaron, y en el comunicado se explicó que las estrellas más antiguas orbitan la Vía Láctea más rápido que las más jóvenes.

El objeto en cuestión se mueve más rápido que el 99% de las otras enanas blancas cercanas que tienen la misma edad, lo que sugiere que la estrella es más antigua de lo que parece, puntualizó Paula Izquierdo, investigadora del IAC.

Hollands añadió que hay una composición que no se puede explicar a través de la evolución estelar normal, una masa que es el doble de la esperada para una enana blanca, y una edad cinemática mayor que la inferida por el enfriamiento.

Inusual

Los investigadores están seguros de cómo una estrella forma una enana blanca y no debería hacer esto, por lo que la única forma de explicarlo es que se formó a partir de la fusión de dos enanas blancas.

Los investigadores señalaron que cuando una estrella en un sistema binario se expande al final de su vida, puede envolver a su compañera, acercando sus órbitas a medida que la primera estrella se encoge, y lo mismo ocurrirá cuando la otra estrella se expanda.

Durante miles de millones de años, la emisión de ondas gravitacionales encogerá la órbita, llegando a un punto en el que las dos estrellas se fusionarán.

También precisaron que aunque la fusión de enanas se ha previsto, ésta en particular es inusual. La mayoría de fusiones en la Vía Láctea suelen ocurrir entre estrellas con masas diferentes, mientras que esta parece darse entre dos estrellas de tamaño similar.

Puede alcanzar una gran masa

Existe también un límite a la masa de la enana blanca resultante: a más de 1,4 masas solares se piensa que explotaría en una supernova, aunque es posible que estas explosiones ocurran con masas ligeramente más bajas. Así, el descubrimiento de esta estrella resulta útil para demostrar la gran masa que una enana blanca puede llegar a alcanzar y aun así sobrevivir. Según los investigadores, precisamente porque el proceso de fusión reinicia el enfriamiento de la estrella, es difícil determinar su edad.

150 La estrella descubierta está situada a 150 años luz de la Tierra y fue identificada por el telescopio Gaia.