Claudio Ramírez
En toda una odisea se transformó el viaje a Punta Cana para la ingeniera porteña Daniela Sandoval, que es una de los cientos de compatriotas que permanecen "varados" en el tradicional centro turístico de República Dominicana, esperando que la agencia de viajes, una línea aérea o finalmente el Gobierno les entregue una solución para poder retornar al país.
Y es que el recrudecimiento del coronavirus y la falta de respuestas por parte de las autoridades ante la emergencia, hizo que un viaje idílico de esparcimiento se transformara en una pesadilla para más de 500 chilenos, entre ellos la profesional que por ahora desconoce cuándo podrá volver a la región.
El panorama no es fácil. Y es que además del tema económico, pues a muchos se les ha terminado la estadía y, por lo tanto, deben costear de su bolsillo los días extra, se suma el miedo a ser infectado, ya que si eso sucede, sencillamente no podrán retornar en el corto plazo. A ello se añade el hecho de que desde ayer el país caribeño clausuró sus fronteras por un plazo de 15 días.
"La mayoría de los hoteles pequeños están suspendiendo sus operaciones al parecer por dos meses; entonces, todos los que están con estadías con fecha posterior al cierre de la frontera los están dirigiendo a un hotel de la cadena para poder concentrarlos a todos en el mismo lugar", puntualizó la ingeniera que se encuentra en el Barceló Bávaro Palace, un lugar que ha servido de refugio para los visitantes extranjeros.
"El problema es que están cobrando la misma tarifa de siempre, que son US$ 80 dólares por persona por cada noche y esto puede durar un mes. Entonces, estamos muy preocupados y necesitamos ayuda con urgencia, esperamos que el Estado gestione lo antes posible un avión para que nos venga a buscar. Eso está permitido. El problema es que el avión que mande una aerolínea va a venir vacío, entonces no les conviene", comentó Daniela, quien viajó junto a su pareja el domingo pasado y actualmente forma parte de un grupo específico de 85 connacionales que no pueden salir del país.
Y de hecho, relató que un número importante lleva mucho tiempo allá y, sencillamente, ya no tienen los recursos para seguir pagando la estadía, lo que los ha llevado a tomar decisiones extremas. "Ningún hotel se ha puesto la mano en el corazón para que de alguna forma nos puedan ayudar a bajar un poco los precios dada la emergencia, están cobrando la misma tarifa de siempre, acá hay chilenos que ya llevan dos semanas costeando su estadía, no pueden pagar más y simplemente se van a quedar en el lobby sentados porque no tienen dónde ir", remarcó.
Agregó que otro inconveniente son los medicamentos que son requeridos por las personas. De hecho, comentó que en el grupo hay una chilena embarazada que cumplió las 30 semanas de gestación. "El regreso de ella ya es complejo porque tengo entendido que sólo puede viajar sin autorización del médico hasta ese periodo y además tenemos a gente que necesita medicamentos", subrayó la ingeniera, añadiendo que el principal apoyo de los nacionales ha sido el cónsul, de nacionalidad dominicana, a través del cual han podido acceder a algunos servicios.
Sin solución
Agrega que han ido todos los días a la línea aérea en busca de una solución, la que no ha llegado. "Hoy (ayer) Latam nos habló de un vuelo con escala en Panamá y Buenos Aires sin estar al tanto de que en esos países tenemos restricciones de conexión, es decir, nos estaban ofreciendo algo que no se puede hacer. Entonces, la única opción, como dije, es un vuelo directo de aquí a Chile o que llegue un ferry (charter) a buscarnos, es decir, un avión sin pasajeros que venga a recogernos y se vaya", insistió, agregando que frente a la incierta situación se hace urgente la intervención de las autoridades.
"Estamos dispuestos a pagar el precio que sea, pero por favor, que ese avión salga. No nos queremos enfermar porque aquí estamos expuestos. Aunque el número es bajísimo, pero hay gente extranjera y hay riesgo. Y si nos enfermamos, no nos van a dejar embarcar", enfatizó la profesional, que consignó que previo al viaje y frente a la contingencia, quiso cancelar su vuelo, pero no pudo.
No pudo cancelar
"Un día antes de mi vuelo fui a Latam personalmente, al Mall Marina Arauco, y le pregunté a la ejecutiva por si había algún problema en el vuelo ya que iba con la intención de cancelar. Y no me dejaron porque estábamos en Fase 2, por lo tanto no había peligro y además estaba el vuelo y el hotel confirmados. Así que no me quedó otra opción que venir porque de lo contrario eran casi 2 millones de pesos perdidos", relata.
"La ejecutiva que me atendió me dijo que si yo no volaba no tenía derecho a ningún reembolso y que, por lo tanto, tenía que hacerlo. Así que gracias a esa ejecutiva que me atendió estoy acá pasando mi peor experiencia", precisó Daniela, apuntando que muchas personas están desorientadas ante la poca claridad que existe. "Llamamos por teléfono y la comunicación se cae, hay gente que tiene confirmado un vuelo para el otro domingo, otra gente que no. Así que, realmente, no sabemos qué hacer".
"Sólo hay chilenos en el hotel"
Algo que llama la atención de la profesional es que solamente los chilenos no tienen una solución para volver al país. "A los argentinos los vienen a buscar mañana (hoy), a los canadienses ya los vinieron a buscar, al igual que a los turistas de Estados Unidos", subrayó Daniela Sandoval, quien espera que pronto el Gobierno, o quien corresponda, pueda entregarles una solución al problema. "De hecho, en este momento en el hotel quedan solamente chilenos, somos los únicos a los cuales no nos han dado ninguna solución. Por favor, necesitamos que se pongan la mano en el corazón y nos vengan a buscar (…). Afortunadamente, nos hemos apoyado entre todos mientras pasa este mal momento", expresó.
"Estamos dispuestos a pagar el precio que sea, pero por favor, que ese avión salga".
Daniela Sandoval, Ingeniera porteña varada en Punta Cana
85 chilenos conforman el grupo que integra la ingeniera porteña. En total son más de 500 los connacionales allá.
19 de marzo República Dominicana decretó el cierre de sus fronteras como medida de aislamiento ante el avance del coronavirus.