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EE.UU. propone una transición sin Maduro y Guaidó

VENEZUELA. Sería un Consejo de Estado hasta que se realicen nuevas elecciones.
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En un impensado giro táctico, Estados Unidos propuso ayer un plan para el retorno de la democracia en Venezuela a través de un "gobierno de transición" que incluya representantes del Presidente Nicolás Maduro y del líder opositor Juan Guaidó, y desemboque en unas "elecciones libres y justas".

La propuesta fue delineada en primer lugar por el encargado de Venezuela del Departamento de Estado de EEUU, Elliott Abrams. "Este plan propone que tanto Maduro, el antiguo presidente que se ha aferrado al poder, como Juan Guaidó, el presidente interino, se hagan a un lado de modo que miembros elegidos en la Asamblea Nacional de ambas partes puedan crear un Consejo de Estado que sirva como gobierno de transición, que organice elecciones presidenciales libres y justas", indicó Abrams en un artículo en el Wall Street Journal.

Abrams agregó que "si las condiciones necesarias se cumplen", el Gobierno del presidente Donald Trump está "preparado para retirar las sanciones económicas" impuestas a Gobierno de Maduro.

Poco después el secretario de Estado, Mike Pompeo, precisaba que las sanciones se levantarían sólo después de que este gobierno de transición fuese establecido y las "fuerzas de seguridad extranjeras" salieran de Venezuela, en referencia velada a Cuba.

Elecciones libres

El plan de la administración Trump incluye concesiones al gobierno de Maduro, al reconocer su participación en las eventuales elecciones presidenciales.

"EE.UU. no respalda a ningún partido político en particular en Venezuela. Apoyamos un retorno a la democracia y creemos que todos los partidos, incluido el partido del régimen, el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) debería poder competir en un campo de juego equilibrado en unas elecciones libres y justas", agregó Abrams.

No obstante, Pompeo matizó que EE.UU. ha dejado claro que Maduro "no volverá a gobernar de nuevo". A la vez, recalcó que Guaidó, al que reconocen más de 60 países como presidente interino de Venezuela, sí podría presentarse a estas elecciones presidenciales.

"Creo que es el político más popular de Venezuela. Creo que si hubiese elecciones hoy, lo podría hacer increíblemente bien", dijo Pompeo.

El marco planteado por EE.UU. contempla elecciones legislativas y presidenciales en entre 9 y 12 meses.

Cautela de rubio

El cambio táctico de Trump generó sorpresa dado que se produce menos de una semana después de que su Departamento de Justicia anunciara cargos contra Nicolás Maduro y otras 14 figuras del chavismo, así como contra dos disidentes de la antigua guerrilla colombiana FARC, por narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.

Desde el Congreso, el senador republicano por Florida y uno los legisladores más cercanos a Trump en política latinoamericana, Marco Rubio, expresó un cauto respaldo. "El secretario Pompeo tiene razón al reconocer un retorno pacífico a la democracia en Venezuela liderado por un gobierno de transición. Y tal esfuerzo requeriría el apoyo y la participación de los militares y líderes clave que representan una sección transversal de puntos de vista políticos", dijo, pero advirtió que "fracasará si deja de lado a Juan Guaidó y la Asamblea Nacional legítimamente elegida que dirige. O si incluye a Nicolás Maduro y ciertos miembros de la mafia que él controla".

ENTREVISTA. Daniela Casagrande, odontóloga chilena en Shanghai:

"Estuvimos un mes encerrados y los contagios se detuvieron"

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Mauricio Rivas Alvear

Poco a poco Shanghai está volviendo a la normalidad. La ciudad más poblada de China (24 millones de habitantes) logró detener los contagios por covid-19 y en el ambiente ya se respira una especie de alivio después de haber vivido semanas complejas por el avance del virus nacido en Wuhan, ubicada a 839 kilómetros de la capital financiera.

La odontóloga temuquense Daniela Casagrande Urdalleta (28 años), quien se radicó en el gigante asiático en 2017, decidió compartir su experiencia en el país donde se registró el primer brote de coronavirus.

- ¿Cómo describe el panorama actual en Shanghai, considerando que ha logrado detener nuevos contagios?

- Hace ya dos semanas que la ciudad está volviendo de a poco a la normalidad. Creo que hay una sensación de tranquilidad entre las personas, ya que después de casi un mes de haber estado encerrados los contagios se detuvieron. Ahora el foco está en los chinos y extranjeros que quieren entrar al país. La semana pasada se decretó que todo extranjero que tenga permiso de residencia en China no podrá entrar al país hasta nuevo aviso, y a todo el que entra se le realiza, sin excepción, el test para detectar el virus.

- ¿Las medidas se mantienen?

- La ciudad está volviendo de a poco a tener el dinamismo que la caracteriza. La gente ya está de vuelta en las calles, parques, centros comerciales y oficinas, pero sin dejar de lado las medidas para prevenir el contagio. Seguimos con control de temperatura al ingresar a lugares privados y públicos y usando mascarilla para salir. Las medidas para prevenir la propagación del virus siguen, son menos estrictas, pero siguen.

- Tras haber vivido una situación crítica, ¿cómo se ha logrado detener el aumento de contagios?

- El comportamiento individual ha sido parte fundamental en esta lucha por controlar la propagación del virus. La gente y las empresas hicieron cuarentena y aislamientos voluntarios y creo que esto fue lo que logró, en gran medida, frenar la propagación del virus, en conjunto con las medidas de higiene y otras dictadas por el gobierno.

- ¿Qué medidas valora?

- El encierro es una medida muy importante para frenar la escalada en el número de contagios. El control que se está haciendo en los aeropuertos actualmente también, porque si bien se logró frenar el contagio, están llegando nuevos casos desde fuera del país. Otra medida acertada fue alertar e informar a la población, sin que esta entre en pánico. En Shanghai contamos con un código QR en el teléfono, el cual es emitido por las autoridades para certificar el estado de salud de las personas. Este código es verde para los que llevamos más de dos semanas dentro de Shanghai y no presentamos síntomas, amarillo para los que llevan menos de dos semanas en Shanghai y provienen de países catalogados como riesgosos y rojo para los que tienen el virus. Es requerido al entrar a lugares públicos o donde concurre mucha gente.

- ¿La población china entendió la gravedad de la pandemia?

- Desde el principio la gente fue consciente de que el distanciamiento social y la cuarentena era una medida fundamental para detener el contagio. En Shanghai nunca se decretó cuarentena obligatoria, pero de igual forma la gente lo hizo.

- ¿Cree que en Chile se puede lograr lo mismo?

- Creo que, en general, en Chile se ha tomado una actitud muy individualista. Es importante que la gente se dé cuenta de que hay que actuar en conjunto, no sólo pensar en el bienestar propio, sino en el de la población. Esta es la única forma de frenar la propagación del virus. Si alguien se queda en su casa no es sólo para protegerse y no contagiarse, es la única forma de proteger a la gente más vulnerable y de no colapsar los servicios de salud. Es importante que en Chile se tome como ejemplo lo que ha pasado en el resto del mundo. Hay países en los cuales la gente se dio cuenta demasiado tarde de la gravedad de la situación y ahora lo están lamentando. Espero que esto no se repita en Chile.

- ¿Cómo afrontó la cuarentena?

- Con mi marido llegamos a Shanghai de vuelta de vacaciones el 10 de febrero y desde ese día decidimos hacer cuarentena. Estuvimos sin salir del departamento durante dos semanas. De ahí en adelante empezamos a salir sólo si era necesario, siempre con mascarilla y evitando el transporte público.

- ¿Se brindaron todas condiciones para los habitantes?

- Sólo puedo contar lo que me tocó vivir como extranjera. Por medio de las redes sociales nos informaron del protocolo que debíamos seguir si presentábamos algún síntoma. En primer lugar, teníamos que llamar a número, donde se nos indicaría si teníamos que dirigirnos al hospital o no. Si debíamos hacerlo, la única posibilidad era ir a un hospital chino, donde nadie habla inglés. La verdad es que esto era lo que más susto nos daba.

"En Shanghai contamos con un código QR en el teléfono, que es emitido para certificar el estado de saludo de las personas".

81.518 casos de covid-19 se han reportado en China. Ayer hubo 79 casos nuevos y 5 fallecidos, sumando 3.305.