Cristián Rojas M.
Una angustiante situación enfrentan los transportistas escolares, que con el estallido social se habían quedado sin poder terminar el año laboral normalmente, y en marzo alcanzaron a trabajar sólo un par de semanas antes de la suspensión de clases, por lo que están pidiendo a las autoridades ser incluidos en los bonos que se analiza entregar a la locomoción colectiva.
Así lo expuso la presidenta de la Federación Gremial de Transporte Escolar de la Región de Valparaíso (Fetevalpo), Rosa Rojas, quien además preside la Confederación Gremial Nacional de Transporte Escolar de Chile (Conatechi). "Estamos sin ingresos desde el año pasado y, si bien es cierto, en enero y febrero algunos pudieron hacer uno que otro 'pololito', no hemos recibido un ingreso fijo, y eso es lo que más está afectando a la gente en estos momentos", explicó.
Es por ello que piden ser considerados como transporte público, "así que lo que le estamos planteando al Ministerio de Transportes es que, como está estudiando la posibilidad, en conjunto con Hacienda, de otorgar un bono al transporte público, luego de habérselo solicitado la Conatacoch para los conductores de colectivos, eso seguramente se va a asignar al transporte público, y nosotros, una vez más, vamos a quedar sin ningún bono de apoyo"
Dicha demanda, aseguró Rojas, se la han planteado "al Ministerio de Transportes, al Ministerio de Hacienda y al Ministerio de Economía, o sea, están en manos de las autoridades los antecedentes que nosotros les adjuntamos". "Pedimos que se nos saque de la categoría de transporte privado y pasemos a ser transporte público remunerado de escolares, o como quieran llamarlo, pero que nos incluyan en las políticas de apoyo que tiene el Estado para el transporte público, por ejemplo, que así como subvencionan el pasaje escolar a las micros, también este tipo de transporte escolar debiera tener una subvención", planteó.
La respuesta que han tenido de las autoridades es que "eso es un proceso largo porque conlleva una modificación legal que debe salir del Ejecutivo".
Por su parte, la secretaria de Fetevalpo, Lorena Fuenzalida, hizo notar que "el Ministerio de Transportes nos exige una serie de documentos para poder ejercer nuestra labor, entonces, nosotros estamos registrados en el Gobierno y ellos están conscientes de que somos un servicio de utilidad pública, de modo que también deberíamos recibir esos beneficios que se les otorga al transporte público. Tenemos la esperanza de que el Gobierno cambie de opinión".
Frente a la incertidumbre, algunos no se han quedado de brazos cruzados y "están ingeniándoselas para poder prestar algún servicio entre sus conocidos para generar un poco de dinero, pero no es algo comparable al trabajo habitual, así que esta crisis ha provocado que muchos hayan tenido que poner en venta sus furgones. Es cosa de mirar los sitios web de compraventa de vehículos para darse cuenta", señaló Rojas.
Conversión a delivery
Una de las conductoras de transporte escolar que ha tenido que reinventarse es la porteña Ingrid Araos, quien decidió hacerle frente a la crisis transformándose temporalmente en delivery de frutas, verduras y huevos. "Tuve que reinventarme muy rápido porque ya se veía venir que serían muchos meses sin poder trabajar, y yo vivo de esto, tengo un hijo y no tengo otro ingreso, así que salió la oportunidad de hacer este delivery, aunque está funcionando sólo viernes y sábado, por autocuidado, y espero seguir hasta que vuelvan las clases", señaló la "tía" conductora.
"Pedimos que nos incluyan en las políticas de apoyo que tiene el Estado para el transporte público".
Rosa Rojas, Presidenta de la Confederación Gremial de Transporte Escolar
29.627 conductores de transporte escolar hay a nivel nacional, más de 2 mil de los cuales son de esta región.