La alcaldesa de la comuna de El Quisco, Natalia Carrasco Pizarro, expresa su desesperación ante el desamparo que enfrenta la Provincia de San Antonio para enfrentar la pandemia. La militante DC, vocera de las seis municipalidades de esa provincia parte de la Región de Valparaíso, formula duras denunciadas trágicamente avaladas por la muerte de un funcionario de esa comuna quien, se supone, se habría contagiado en el hospital de San Antonio. El fallecimiento del funcionario municipal, que debió ser trasladado al Hospital Van Buren de Valparaíso, ha causado temor en el resto del personal que no quiere salir a trabajar, afirma la alcaldesa.
En cuanto al hospital mismo, dependiente del Servicio de Salud Valparaíso-San Antonio, denuncia que no cuenta con los insumos ni la infraestructura para atender a la pandemia y se ha convertido en un foco de contagio. Denuncia además la alcaldesa demoras de hasta 15 días en la entrega de resultado de los exámenes, lo que supone incertidumbre en las personas y el riesgo que significan contagiados en circulación. Alude también de la insuficiencia de las barreras sanitarias y pide una extensión del toque de queda.
Como otras autoridades comunales, se queja de una relación compleja con la autoridad central ante peticiones de información y recursos.
La "desesperación" que expresan las declaraciones de Natalia Carrasco a este Diario, tienen base, ya que la Provincia de San Antonio, junto con presentar un gran desarrollo en los últimos tiempos, es un sector muy expuesto a la propagación de la pandemia entre la población.
Las amenazas vienen desde dos frentes. En primer lugar, están los flujos de residentes en segunda vivienda provenientes de la capital al atractivo sector costero. Estos flujos, pese a llamados a la buena voluntad y a la responsabilidad, se han visto aumentados y pueden intensificarse con ocasión de los feriados extendidos del 1 y del 21 de mayo próximo y también con el término de la cuarentena en comuna del sector oriente de Santiago.
En segundo lugar, está el frente marítimo con intenso movimiento de naves extranjeras, cuyas tripulaciones potencialmente son portadores del covid-19.
Esta doble realidad exige más recursos para el hospital de San Antonio, tanto para la atención de la comunidad como para el resguardo de su personal. Actualmente los pacientes más graves deben ser trasladados a Valparaíso, con un largo recorrido.
Esta precariedad en esa provincia es impresentable, especialmente si se considera que la actividad marítima del puerto de San Antonio es clave para la economía nacional, generando importantes ingresos para el comercio exterior y para las empresas que operan la transferencia de cargas, lo que no se refleja en las prestaciones de salud para la población.