La neurodiversidad importa
Gabriela Verdugo Weinberger , Pdta. Corp. Educ. Aspaut y de Fund. Unión Autismo y Neurodiversidad FUAN
En abril se conmemoró el Día Internacional de Concienciación sobre el Autismo. Una efeméride que está puesta en un contexto internacional distinto y elocuente: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas. Así que ha partido una cuenta regresiva, en que al Estado de Chile le quedan diez años para cumplir con todo lo que se le debe a ciudadanxs con autismo del país.
Desde la ONU señalan que se ha estado avanzando en la implementación de algunos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero como señaló recientemente el secretario general de la ONU, António Guterres, la desigualdad continúa aumentando y los grupos marginados, como las personas con autismo, "continúan enfrentando múltiples desventajas, negándoles oportunidades de vida y derechos humanos fundamentales".
Y aquí nos detenemos. Porque António Guterres ha tocado un punto fundamental. ¿Se respetan a cabalidad los derechos humanos de personas con autismo en Chile? La respuesta es indignante y dolorosa: no.
En el Chile del 2020, no existe catastro de personas en condición de espectro del autismo, por tanto, no hay política pública en torno al tema. No hay ningún lineamiento que resuelva, a lo largo de la vida de una persona con autismo, sus eventuales requerimientos, ni su ejercicio pleno de ciudadanía.
"Cómo se atreven", dijo Greta Thunberg ante Naciones Unidas, en un discurso histórico, anticipando el camino al precipicio por el que íbamos tozudamente. Fue finalmente una persona en condición de espectro del autismo quien vino a remecer las conciencias de millones en el planeta.
Somos una sociedad neurodiversa en que la voz de personas con autismo es parte necesaria y fundamental. Debemos nutrirnos de sus miradas para lograr transitar por caminos colaborativos, de empatía y respeto, que nos permitan avanzar hacia un futuro inclusivo y transformador.
Quedan diez años. Quiero pensar que en esta década lo lograremos todo y más. Que los anuncios y promesas serán cumplidas: la Región de Valparaíso tendrá al fin un Centro Regional de Autismo, el primero a nivel nacional (anunciado hace meses y que duerme, casi olvidado, en la burocracia del Gobierno Regional). Que el acceso a una educación integral garantizará espacio de desarrollo de habilidades y adquisición de conocimiento, respetando la diversidad en las formas de aprendizaje.
Son muchísimos los ámbitos en que deberemos trabajar para ser una sociedad que respete cabalmente los derechos humanos de personas con autismo. Dependerá de todxs. En lo personal lo anhelo, para mis hijos con autismo y para mis hijos que empatizan con la neurodiversidad.
Merecemos un mundo alimentado desde la neurodivergencia en que cambiemos los paradigmas, derribemos la exclusión y volvamos a lo importante, actuando desde un pacto social justo. No suena mal. En diez años más revisaremos si lo conseguimos.