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Armada estima que a fines de junio llegarán a Valparaíso las fragatas adquiridas a Australia

DEFENSA. A mediados de abril se realizó el izamiento del Pabellón en las nuevas unidades. Reemplazarán a los buques "Prat" y "Latorre", dados de baja en 2019.
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Cristián Rodríguez F.

Afines de marzo pasado, la Armada de Chile dio a conocer que seis funcionarios que se encontraban cumpliendo labores en Australia se habían contagiado por coronavirus. Más allá de la preocupación que generó el hecho en el país -todos presentaban buenas condiciones de salud y permanecían en cuarentena-, el comunicado de la institución reveló otra información que hasta ese minuto no estaba del todo confirmada.

"Estos marinos pertenecen a un grupo de servidores que se encuentran realizando cursos de capacitación como parte del proceso de transferencia de dos fragatas australianas a la Armada de Chile", indicaron desde la Marina, ratificando de esta manera la adquisición de dos naves para renovar la actual Escuadra Nacional.

Dicho y hecho. Dos semanas después del comunicado, en la ciudad de Sydney se desarrolló la ceremonia de izamiento del Pabellón Nacional en las exfragatas "Melbourne" y "Newcastle", las que a partir de ese momento pasaron a manos del país bajo los nombres de "FFG Prat" y FFG Latorre".

De acuerdo a lo que explicó a este Diario el director de comunicaciones de la Armada, capitán de navío Leonardo Chávez, las nuevas naves que fueron adquiridas tras un proceso iniciado en 2018 entre ambos gobiernos, reemplazarán a las dos fragatas antiaéreas Clase L Prat y Latorre, puesto que ambas "cumplieron su vida útil por obsolescencia logística y operativa", siendo dadas de baja a fines del año pasado.

Capacidades de buques

"Como resultado del estudio para reemplazar ambas fragatas, el primer semestre de 2019 se optó por la transferencia de 'gobierno a gobierno' de las dos naves australianas Clase Adelaida. Ambas fragatas fueron construidas en Australia entre 1992 y 1993, y posteriormente fueron sometidas a una profunda modernización en 2014, lo que permitirá una operación segura y eficiente", destacó el comandante.

En cuanto a las capacidades de ambos buques, que motivaron a la Marina a optar por ellas en vez de las alternativas que se evaluaron en Holanda, Canadá y Gran Bretaña, Chávez destacó que permiten realizar operaciones de interdicción marítima -como fiscalizar la pesca ilegal, la trata de personas o el tráfico de drogas-, tienen la capacidad para interoperar con Armadas de "países amigos", poseen una defensa antiaérea, misiles transhorizonte, permiten controlar el tráfico marítimo y realizar operaciones de vigilancia oceanográfica, y también apoyar las zonas costeras e insulares ante posibles catástrofes.

Respecto a su arribo al Molo de Abrigo de Valparaíso, el director de Comunicaciones detalló que actualmente continúan realizando un período de entrenamiento en Australia, tanto en el puerto como en alta mar, y una vez que finalicen dicha etapa "iniciarán el regreso a la patria", estimando su recalada "para el término del primer semestre de este año".

"imprescindible"

Pese a que tanto la institución como el Gobierno guardaron un completo hermetismo sobre la adquisición -cuyo monto no ha sido dado a conocer, aunque distintos medios australianos hablaron de US$ 70 millones por ambas unidades y el proceso de capacitación-, esta semana el ministro de Defensa, Alberto Espina, se vio en la obligación de referirse tras ser consultado en la comisión de Defensa de la Cámara.

Al respecto, el secretario de Estado defendió la compra, asegurando que "era imprescindible reemplazar las fragatas si queremos seguir ejerciendo soberanía sobre nuestros 3,5 millones de kilómetros cuadrados de mar territorial".

"Esto tiene que ver con si queremos o no cuidar nuestro mar. Nos estábamos quedando con cinco de ocho fragatas, por lo que era necesario reemplazarlas porque ya tenían una absoluta obsolescencia", explicó el ministro, quien además aclaró que la confirmación de la compra (2018) se hizo del estallido social y de la pandemia.

Construcción propia

Tras confirmarse la adquisición, una de las dudas que surgió es si continuaría en pie el proyecto para que los Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) exploraran la posibilidad de construir fragatas en el país, considerando que actualmente están fabricando un nuevo rompehielos, y ya hicieron lo propio con el buque científico Cabo de Hornos.

Al respecto, Chávez aclaró que "la intención y necesidad de nuestra institución de contar con un Plan Nacional de Construcción se mantiene. La experiencia de Asmar permite pensar que somos capaces de fabricar nuestras propias unidades de combate, teniendo en cuenta que la construcción naval trae una serie de beneficios económicos para el país y que, en estos tiempos, adquiere mucha relevancia".

Coronavirus: 15 efectivos positivos

A pesar de que la Armada informó a fines de marzo que seis funcionarios se habían contagiado por coronavirus en Australia, finalmente fueron 15 las personas que se terminaron contagiando. "Los miembros de la dotación se encuentran de alta, al igual que nueve servidores que tuvieron contacto con los anteriores y dieron positivos por coronavirus. Todos ya completaron su período de cuarentena y se encuentran recuperados y junto al resto de la dotación a bordo de las dos unidades", señaló el director de Comunicaciones de la Armada de Chile.

1992 es el año en que se construyeron las fragatas adquiridas por Chile. Ambas fueron modernizadas en 2014.

2 años duró el proceso de transferencia entre Australia y el país. Los buques llegarán a fines de junio.

Indulto: 12 internos de la zona deciden quedarse en la cárcel

REGIÓN. Las autoridades explicaron que los beneficiados prefirieron permanecer recluídos para no perder trabajos.
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Apesar de que en la Región de Valparaíso un total de 215 internos se vieron favorecidos con el proyecto de indulto conmutativo, que permitió a un determinado grupo de personas -condenadas por delitos menores- cumplir su sentencia en un régimen de arresto domiciliario total para así evitar un posible brote de coronavirus, esta semana el ministro de Justicia, Hernán Larraín, dio a conocer que 12 beneficiados del Centro Penitenciario de Valparaíso decidieron permanecer en el mismo lugar y no optar a la ayuda.

"Prefirieron quedarse ahí, porque si salían iban a perder el trabajo que tenían ahí, y en las circunstancias que estaban podían salir los fines de semana. Por tanto, prefirieron quedarse ahí y no hacer uso del beneficio", detalló el ministro.

Consultado al respecto, el seremi de Justicia de Valparaíso, José Tomás Bartolucci, confirmó a este Diario que "efectivamente ha habido un porcentaje de internos que ha desistido recibir este beneficio atendiendo a razones personales y también laborales".

Trabajo en recinto

"Se trata de excepciones que no restan valor a la medida preventiva dispuesta por la autoridad. Por el contrario, nos permiten reconocer fortalezas del sistema de reinserción social de adultos, quienes a través de los programas laborales intrapenitenciarios u otros beneficios, por ejemplo, generan hábitos de responsabilidad y valoración del trabajo, que son una oportunidad real de desarrollo y siguen teniendo más peso que incluso conmutar la pena saliendo de un recinto", indicó el seremi de Justicia.

215 internos fueron los beneficiados de la Región de