Griguol, el "Panzer" que lucha en medio de la cuarentena en Argentina
FÚTBOL. Goleador del histórico equipo que consiguió la segunda estrella para el Decano en 1968 habla de la reclusión por el coronavirus junto a su mujer, de la amistad con Eduardo "Hualo" Herrera, de sus recuerdos y del presente caturro.
Han sido varios los jugadores argentinos que defendieron los colores de Santiago Wanderers en sus casi 128 años de vida, sin embargo, pocos cruzaron la Cordillera para escribir su propia historia. Uno de ellos es Mario Griguol, un futbolista que vino al país para sumarse a San Luis de Quillota en 1965, pero que prontamente llegó a Valparaíso para transformarse en un recordado "Panzer".
Con 84 años cumplidos el pasado 30 de marzo, el nacido en Córdoba recibe el llamado telefónico en su hogar de Buenos Aires, en donde acompañado de su señora (Emma) vive la rigurosa cuarentena obligatoria impuesta en la capital trasandina por la pandemia del coronavirus.
"Qué bonito es siempre saber de mi querido Valparaíso", asegura de inmediato, explicando rápidamente que "estamos guardados con mi mujer por el tema de la edad, pero bien".
Confirmando que hasta la suspensión del fútbol seguía trabajando como captador en Belgrano de Córdoba y director de una escuela de entrenadores de la Asociación de Técnicos de Argentina, no tiene problemas en aceptar que este extenso período en casa "a todos nos ha instalado una especial ansiedad y nerviosismo. Yo tengo cuatro hijos, quienes son muy grandes ya, dos de ellos vivían conmigo, pero por este tema todos han debido irse con sus respectivas parejas y ahora estoy solo con mi mujer, los cordobeses tenemos un dicho, 'como perros malos', a los que hay que apartar y encerrar".
"Esto nos ha complicado a todos, especialmente a los grandes, con mi mujer no salimos a ningún lado, simplemente los hijos nuestros nos ayudan y una vecina que nos coopera", dice, lamentando la recesión que seguramente se viene tanto en Chile como en Argentina. "Hay mucha gente sufriendo y pasándola mal, yo creo que acá en mi país las cosas se han hecho relativamente bien y el tema ha estado controlado, porque nos agarró en verano, pero ahora con la llegada de los fríos y del invierno habrá que tener el doble de cuidados".
Corazón porteño
Sin embargo, y más allá de los difíciles momentos que a Mario Griguol le toca vivir junto a su esposa al estar confinados en su hogar de Buenos Aires, la conversación claramente iba a derivar en lo que él se encarga de calificar como "un sentimiento": Santiago Wanderers.
"Estoy muy al tanto de lo que pasa con la institución gracias a mi gran amigo Eduardo Herrera, con quien nos hablamos a diario, hay veces que nos contactamos vía telefónica en tres o cuatro ocasiones, especialmente cuando es jornada de partidos y a cada rato le pregunto cómo va Santiago Wanderers", explica, admitiendo también que fue el mismo "Hualo" quien le informó de la inauguración del gimnasio "José 'Gallego' Pérez" en el Complejo Deportivo de Mantagua.
"Cuando lo supe me puse muy contento y se lo dije a mi amigo, le dije que el 'Gallego' era un rústico con una capacidad mental impresionante. Fue muy inteligente y con nosotros él sabía con quien podía descargar, con quien no, a quien tenía que tratar de una forma más suave y también a quien tenía que atropellarlo", manifiesta.
Los recuerdos sobre su paso por Valparaíso y como jugador del Decano se suceden con rapidez en medio de una mezcla de orgullo y enorme modestia. "Salir campeón con Santiago Wanderers fue algo inmenso en lo personal, pero nunca olvidando que fueron mis compañeros de equipo quienes me permitieron disfrutar de esa alegría", asegura, sin olvidar que "el fútbol es un deporte colectivo y una de las claves es llevarse bien tanto dentro como fuera de la cancha, así como nos llevamos nosotros en su momento".
El diálogo es entretenido y hasta emocionante, especialmente cuando recuerda que su figura fue elegida por los hinchas del Decano dentro del once de la historia y que sus fotografías adornan las paredes del complejo Mantagua y el mismo gimnasio José "Gallego" Pérez: "Soy un agradecido, y cuando el 'Hualo' me mandó hace unos años las fotos me emocioné muchísimo".
Griguol insiste en que "parte importante de mi corazón está en Chile y muy especialmente en Valparaíso, porque no todos los días un jugador sale campeón", mientras se escucha a su esposa recordarle también que una de sus hijas (Paola) nació durante su estadía en nuestro país. "Después del nacimiento de mis hijos, una de las cosas más excepcionales fue el poder defender los colores de Wanderers", expresa.
Hincha caturro
"Ustedes no saben lo triste que estuve durante todo el tiempo en que Santiago Wanderers jugó en Primera B", advierte, antes de hablar del momento que se encuentran viviendo los dirigidos por Miguel Ramírez en la temporada del retorno a la División de Honor.
"La clave para lo que viene es que cuando se vuelva a la actividad los jugadores estén cien por ciento preparados y concentrados, porque la suma de puntos debe ser inmediata, está claro que en el reinicio del fútbol el tema físico va a permitir ganar cosas", sostiene, explicando que "hay que zafar del descenso, porque el primer año es muy duro".
"Ustedes no saben lo triste que estuve durante todo el tiempo en que Santiago Wanderers jugó en Primera B".
Mario Griguol, Goleador de "Los Panzers"
El recuerdos de los amigos
Si bien reconoce que su mayor contacto con "Los Panzers" lo tiene vía telefónica con Eduardo Herrera, Mario Griguol recuerda con cariño a otros integrantes de ese equipo. De Juanito Olivares, con quien se reúne cada vez que tiene la oportunidad de venir a Chile y también de Manuel Ulloa, de quien sabe "ha estado con algunos inconvenientes de salud (problema en la cadera)". De Alberto Ferrero, admitiendo que "de vez en cuando nos reímos del 'Uru' con el 'Hualo' porque le da muy duro a Wanderers en su nueva labor de comentarista".
1965 el año en que Mario Griguol llegó a Chile para sumarse como delantero de San Luis de Quillota.
1968 el año en que el cordobés se suma a Santiago Wanderers para formar parte de "Los Panzers".
16 goles marcó Griguol en el conjunto que logró el título dirigido por José "Gallego" Pérez
30 de marzo, el miembro del once histórico del Decano celebró sus 84 años de vida en Buenos Aires.