"Un cambio que falta es corregir la desigualdad en la distribución de los aportes basales"
El pasado jueves 30 de abril, y por vía remota, el Consejo de Rectores de Chile (CRUCh) eligió a sus nuevas autoridades para el periodo 2020-2022, oportunidad en la cual fue elegido como vicepresidente de la entidad el rector de la Universidad de Santiago (Usach), Juan Manuel Zolezzi, quien sucede en el cargo al rector de la Universidad de Valparaíso (UV), Aldo Valle.
En entrevista con este Diario, la primera autoridad de la casa de estudios superiores porteña efectúa un balance de sus cinco años de gestión en el CRUCh y también se refiere a una eventual carrera política de cara a las elecciones de gobernador regional, junto con analizar la contingencia sanitaria que vive el país el país y sus consecuencias.
- Usted cumplió cinco años en la vicepresidencia del CRUCh, un periodo de mucha agitación y cambios en el ámbito universitario. ¿Qué evaluación hace del periodo?
- Creo que el periodo es comparable con otras décadas de agitación estudiantil. Tiene alguna proximidad con los años 60 del siglo XX, con las universidades jugando un rol que modifica la agenda de la política pública y la responsabilidad del Estado en educación, con cambios incluso en el sistema político. Este proceso deriva, finalmente, en que la educación termina siendo un gran debate nacional en el que los grandes actores políticos se ven inevitablemente emplazados a tomar posición. Se propone modificar el rol del Estado y el carácter del sistema educacional. La eficacia de los cambios en ese sentido todavía es discutible, pero sin duda representarán un hito de inflexión en la tendencia que traía el sistema educacional chileno, que se basaba fundamentalmente en la capacidad de pago que dispusieran las familias en todos los niveles del sistema educativo. Los efectos de tales cambios, creo, se van a manifestar con mayor claridad, sin duda, en los próximos años.
- ¿Cree que el sistema universitario sale fortalecido en estos años?
- La nueva institucionalidad pública y el marco regulatorio válido para el sistema de educación superior en su conjunto lo han fortalecido en su responsabilidad para con la sociedad. Sería más difícil ahora que ocurriera un episodio tan grave como la quiebra de la Universidad del Mar con 22 mil estudiantes en ese momento. Es evidente también que las universidades han tenido avances significativos. Una demostración de esto es que, en esta crisis sanitaria pudieron, con un estándar muy razonable adoptar una docencia remota y seguir funcionando en sus principales tareas. Esto ocurre porque han ido incorporando capacidades, recursos, obviamente también porque el país ha tenido desarrollos en las comunicaciones y las tecnologías de la información. Hoy están contribuyendo a fortalecer las capacidades de diagnóstico a propósito de covid-19, incorporando sus propios laboratorios. El Ministerio de Ciencia ha sido clave en esta vinculación, lo que aprovecho de reconocer y agradecer. Teníamos un sistema totalmente desregulado. Ahora rige una ley de educación superior, que regula a todo el sistema en su conjunto, independiente del carácter u origen de las instituciones, pero también se dictó una ley para regular el estatuto jurídico común de las universidades estatales. Esas son dos manifestaciones de la política pública, que el sistema político resistía y se lograba excusar con cierta impunidad.
- ¿Qué cambio o mejora usted considera que ha faltado?
- Un cambio que falta es corregir la desigualdad en la distribución de los aportes basales, eso afecta particularmente las universidades ubicadas en regiones o que tienen un origen derivado. Ello daña tanto a universidades estatales como no estatales dentro del CRUCh, porque los aportes basales se distribuyen sobre la base de criterios históricos o centralistas que responden a reglas que terminan haciendo competir a las universidades de regiones con las de los grandes centros urbanos. Sólo por nombrar dos instituciones, la Universidad Católica de Temuco y la Universidad de Magallanes padecen esta desigualdad.
- Siempre se ve a los organismos nacionales con fuertes tintes centralistas. ¿Cómo evalúa usted al CRUCh desde ese enfoque? ¿Se escuchan las necesidades de los planteles en regiones?
- El Consejo de Rectores no es centralista, adopta sus decisiones sobre la base de la igualdad de representación de todas las instituciones. Sin embargo, ello no ha logrado producir cambios en los instrumentos de financiamiento de las universidades y tampoco, por ejemplo, ha habido políticas que permitan contribuir al desarrollo todavía desigual que tienen las universidades ubicadas en regiones. Las universidades regionales deben competir por estudiantes y por recursos para la investigación, como si todas dispusieran de las mismas capacidades en ciencia o estuvieran en territorios igualmente poblados.
"tendré que evaluar"
- El Gobierno ha planteado la posibilidad de que se postergue la elección de gobernadores regionales, un cargo para el cual su nombre también ha sonado a nivel regional. ¿Usted cree razonable cambiar la fecha de abril de 2021 a diciembre de 2021 para gobernadores regionales?
- Es efectivo que se ha dado mi nombre a una posible candidatura a ese cargo y también debo decir que me lo han propuesto personas con un interés y propósito que me han parecido muy serios y convincentes. Ciertamente, eso para mí es muy valioso y en su momento tendré que evaluar y decidir qué hacer en definitiva. Sin embargo, creo que debiéramos trabajar más en el sentido de no postergar esa fecha, porque es impostergable contribuir a que el país pueda recuperar y fortalecer su institucionalidad política. Un déficit de hoy en la vida nacional es que las instituciones han perdido esa legitimación básica que se necesita, es decir, que sean de hecho aceptadas, valoradas y reconocidas socialmente. Ello es muy importante no sólo para la vida de los políticos, sino para que los países funcionen. Cuando las instituciones pierden esa legitimidad, ponen en riesgo el funcionamiento del sistema social. Entonces, tienen que hacer el esfuerzo para adaptarse a las nuevas realidades y lograr que el sistema social funcione de forma eficaz. Querer prorrogar la fecha del plebiscito, o de la elección de gobernadores, pondría de nuevo en el tapete público la incapacidad del sistema político para adaptarse y reconocer que hay una realidad social y política que ha cambiado cualitativamente.
- ¿Qué evaluación hace de las acciones del Gobierno frente a la pandemia?
- Yo sigo pensando que el Gobierno ha tenido un déficit en la oportunidad y también en el tipo de medidas que ha adoptado. Si bien hasta ahora los resultados nos ubican en una condición mejor que la de otros países, no podemos olvidar que en definitiva la suspensión de clases en educación superior no fue una decisión del Gobierno, sino de las universidades, porque tienen autonomía para ello y el Gobierno ha sido respetuoso de ella. En el sistema escolar fueron los alcaldes en su condición de sostenedores de los establecimientos los que plantearon que no era conveniente que se mantuvieran las clases en los colegios. El aislamiento social es el mejor recurso que puede contribuir a que el país tenga un nivel de contagio menos peligroso.
- ¿Cómo observa las opciones del llamado regreso seguro?
- Considero que es anticipado hablar de regreso porque todavía faltan datos, la tendencia no está para nada consolidada en mi opinión. El proceso de propagación por razones económicas, sociales y culturales no tiene necesariamente un curso lineal. Todavía no creo que podamos estar seguros de que no vamos a necesitar seguir descomprimiendo la locomoción pública y evitando las aglomeraciones. Debiéramos tener un conjunto de medidas y recursos definidos para plantearnos el regreso a la normalidad, pero no estamos aún en condiciones de promover un regreso.
- ¿Qué criterios aplicará la UV en ese sentido?
- La universidad, en el ejercicio de su autonomía académica, administrativa, ha acordado en primer lugar garantizar la salud de los estudiantes, de los académicos y funcionarios. No queremos exponer a ninguna persona a un contagio que se pueda producir en razón de haber tenido que asistir a clases, de haber tenido que ir a trabajar, y por ahora estamos más bien en la idea de garantizar que cuando tengamos mayor certidumbre de que el nivel de contagio no pone en riego el trabajo o las clases presenciales, sólo en ese momento nos vamos a plantear el cómo o la fecha en que vamos a regresar, sin perjuicio de que se trabaje anticipadamente en las medidas que hay que tomar para ello.
- La UV tuvo que suspender la elección de nuevo rector debido a la pandemia. ¿Usted se mantendrá en el cargo mientas no exista elección o se irá en las fechas originales?
- El rector tiene un período establecido por disposición de la ley que concluye en el mes de junio próximo. El curso de acción tras la suspensión de la elección es de competencia de la Junta Directiva, que deberá resolver en función por cierto de las condiciones en que esté operando la universidad.
"La nueva institucionalidad pública y el marco regulatorio válido para el sistema de educación superior en su conjunto lo han fortalecido en su responsabilidad para con la sociedad". "Es efectivo que se ha dado mi nombre a una posible candidatura a ese cargo y también debo decir que me lo han propuesto personas con un interés y propósito que me han parecido muy serios y convincentes".
"Debiéramos tener un conjunto de medidas y recursos definidos para plantearnos el regreso a la normalidad, pero no estamos aún en condiciones de promover un regreso".