La pandemia golpea a las universidades
El covid-19 también afecta a la educación superior, ante lo cual el CRUCh propone medidas que requieren "voluntad política". A la delicada situación de las universidades públicas, cuatro en Valparaíso, se suma la que afecta al sistema privado, que tiene efecto sobre una masa importante de docentes y alumnos.
El sistema universitario nacional tampoco escapa a los efectos de la pandemia. Este golpe resiente tanto a planteles públicos como privados. En este caso, dada su fuerte dependencia de los recursos públicos, el Consejo de Rectores ha propuestos medidas que "no consisten en solicitar recursos adicionales que impliquen más gasto al presupuesto público, pues entendemos que hoy existe otra prioridad". Esta razonable afirmación corresponde al rector de la U. de Valparaíso, Aldo Valle, quien fuera vicepresidente del CRUCh, Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas, que agrupa a las casas de estudios superiores que tienen la condición de públicas.
Las medidas propuestas por el Consejo buscan fundamentalmente paliar la pérdida de ingresos que los planteles tendrán en el presente año por bajas en las matrículas, cantidad estimada en $ 17.500 millones. Así, postulan los rectores que se les autorice "real y no formalmente, el uso efectivo de los excedentes de los fondos del crédito solidario".
Para esta medida, según Valle, se requiere de voluntad política, como para otras también del área económica que no significarían egresos públicos.
Se aduce, además, que si bien las universidades han tenido disminución de costos en viáticos, transporte y pago de servicio por $ 7.765 millones, también han debido invertir en gastos destinados a mantener su actividad pese a los efectos de la pandemia mediante tecnología para el desarrollo académico a distancia, con una inversión de $16.556 millones. Ello supone capacitación para docencia virtual, adecuación de programas para esa modalidad, entrega de herramientas tecnológicas para el teletrabajo, equipos y conectividad a alumnos de menores ingresos.
Este esfuerzo para mantener la docencia en algún momento fue rechazado por sectores de alumnos en una curiosa movilización de "teclas caídas".
A la brecha económica se suma la cantidad de $ 62.412 millones por una caída de ingresos provenientes de alumnos de cursos superiores que han "congelado" la continuidad de sus estudios. A toda la "anormalidad" en los ingresos, plenamente justificada, se suma la mantención de la "normalidad" en gastos fijos, especialmente remuneraciones en todos los niveles.
Esta situación en las universidades públicas, cuatro de ellas de Valparaíso, se suma la que está afectando al sistema privado, cifras que no se incluyen en la propuesta del salvataje del CRUCh, pero que tienen efecto sobre una masa importante de docentes y alumnos y, en último término, para la educación superior en la actualidad masivamente extendida.
Esta realidad económica, cuya solución requiere, en palabras de Aldo Valle, "voluntad política", también exige responsabilidad de parte de los estudiantes y de sus organizaciones, cuestión muchas veces también relacionada con la política.