Temores y denuncia de Cecilia Ugalde
Desde su departamento de Reñaca, esta viñamarina, de 92 años, se queja de la llegada de numerosos y peligrosos turistas. Con razón teme a los visitantes que llegan a su segunda vivienda o arriendan alguna por días, ya que "representan un foco real de contagio" al provenir del área como mayor desarrollo de la pandemia.
Desde la sapiencia de sus 92 años, Cecilia Ugalde se queja de la invasión de visitantes que copan las calles de Reñaca cada fin de semana extendido. Conocida viñamarina, cuyas inquietudes van desde el arte hasta una larga trayectoria como criadora de caballos de equitación, doña Cecilia sufre en directo la indeseada y peligrosa invasión de turistas.
Vive en un edificio situado en la intersección de la avenida Edmundo Eluchans con las Ágatas, donde los casi 120 departamentos han sido ocupados en las últimas semanas por familias procedentes de Santiago. Cuenta que esta presencia va acompañada de un intenso y descuidado movimiento en las precauciones para evitar contagios.
Ubicada, como muchos viñamarinos y porteños, en el grupo etario de mayor riesgo, afirma con realismo en entrevista con este Diario que "si el coronavirus me agarra simplemente me voy a morir, y aunque no le tengo miedo a la muerte, me cuido por respeto a mi familia y al resto de la gente".
Recibe alimentación y mantiene relación diaria, a distancia, con su hija. Con todo, acusa tristeza, pues no puede ver al resto de su familia. Un castigo más que trae la pandemia, especialmente para los adultos mayores y para sus redes familiares. Y por lo mismo, hay temores que el Día de la Madre sea una oportunidad para romper el tan necesario aislamiento.
Entrando a su experiencia del día a día, Cecilia Ugalde acusa que "esto ha sido un flujo continuo de personas… todos los fines de semana llegan cientos de santiaguinos a Reñaca y andan paseando y van al supermercado como si no les importara nada, con cero responsabilidad".
Y con razón teme a los visitantes que llegan a su segunda vivienda o arriendan alguna por días, ya que "representan un foco real de contagio" al provenir del área como mayor desarrollo de la pandemia, como Santiago, donde el 78% del territorio está declarado en confinamiento.
La realidad que constata esta residente de Reñaca se replica en otros barrios y comunas de la Región de Valparaíso, particularmente en localidades costeras.
Y basta un poco de sol para sacar a la luz esa realidad cuando las playas se llenan de bañistas o surfistas, como ocurre precisamente en Reñaca. Un alcalde costero intentó cerrar las playas, pero la autoridad naval prohibió esa medida concreta y práctica.
Se aproxima otro fin de semana largo a partir del jueves 21 de mayo, otra prueba para los sistemas de control de acceso a la Región de Valparaíso, en la segunda quincena de este mes, cuando el covid-19 puede entrar en su periodo de mayor intensidad. La prueba refiere tanto a la riguridad y oportunidad de los controles como a las conductas personales que exigen superar esa "cero responsabilidad" que desde su diaria experiencia en terreno denuncia Cecilia Ugalde.