Victorias, entre la lápida y la justicia
El acuerdo del Concejo Municipal viñamarino que termina con los tradicionales coches podría ir a los tribunales. No se puede desconocer que desaparece una postal tradicional de Viña del Mar, que data del siglo XIX como "servicio de acercamiento" para la estación de ferrocarriles situada en el centro histórico de la comuna.
Finalmente, el Concejo Municipal de Viña del Mar puso una lápida al más que centenario servicio de los coches victoria. Acogiendo el resultado de una consulta ciudadana de diciembre pasado y el informe de una comisión técnica, los concejales viñamarinos, por unanimidad, derogaron una ordenanza municipal de 1948 que regulaba el transporte de personas en los tradicionales coches de tracción animal.
El mayoritario pronunciamiento ciudadano de diciembre, en medio de la consulta sobre el cambio constitucional, fue resultado de una larga campaña contra las victorias propiciada por grupos animalistas a partir de casos de maltrato a los equinos. La campaña va en línea con acciones de esos mismos grupos contra el rodeo y en favor de los perros callejeros.
El acuerdo supone un gasto para la municipalidad que deberá comprar a sus propietarios 36 coches y 29 caballos. $5 millones por cada vehículo y $ 500 mil por equino. Además, asumirá la mantención de los animales, $ 33 millones mensuales, y dispondrá la ubicación de los coches mismos. Se consulta también una indemnización por $ 1.500.000 para cada cochero o cuidador. Multiplique usted y verá que la cuenta es alta.
La municipalidad, de acuerdo al informe de la comisión técnica, negociará el término de la actividad con quienes actualmente viven de las victorias, considerando capacitación para la reconversión de ese personal. Importante aspecto, pues con el término de las victorias desaparece un fuente de trabajo, mínima sin duda, en momentos de alto desempleo y de creciente informalidad.
Desde el punto de vista de la ciudad, más allá de condiciones de trato a los equinos y de alteraciones al tránsito, no se puede desconocer que desaparece una postal tradicional de Viña del Mar, que data del siglo XIX como "servicio de acercamiento" para la estación de ferrocarriles situada en el centro histórico de la comuna. Pasado el tiempo las victorias se convirtieron en un elemento más de la oferta turística local, tal como hasta ahora ocurre en muchas ciudades del mundo.
Si bien ahora es importante atender al estado de los equinos, es necesario también dar una buena mantención a los tradicionales coches en algún lugar digno de acuerdo a su condición patrimonial, evitando que sean presa fácil de los siempre alerta chatarreros, como ha ocurrido, por ejemplo, con antiguos carros y locomotoras de ferrocarriles.
Pese a la lápida municipal, la larga historia de las victorias tiene capítulos pendientes, pues el abogado de los cocheros, Mauricio Suazo, anuncia acciones legales ante una decisión que "atenta contra la ética, la legalidad y el ejercicio de derechos constitucionales al trabajo, actividad económica y propiedad". Bueno, la Justicia es un terreno incierto, donde la Municipalidad de Viña del Mar tiene variadas experiencias.