Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Opinión
  • Actualidad general
  • Servicios
  • Espectáculos

Dueño del Hamburgo asegura que "la tradición seguirá en pie"

VALPARAÍSO. Desde su parcela en Olmué, el carismático Wolfgang Scheuber derribó las suposiciones sobre un supuesto cierre definitivo de su restaurante.
E-mail Compartir

Paolo Navia S.

Durante su juventud, el alemán Wolfgang Scheuber fue un tipo difícil de encontrar. Como buen navegante de altamar, durante más de 22 años el oriundo de Toba, un pueblo de la ex Alemania Oriental (RDA), nunca tuvo casa ni tampoco un destino fijo donde echar raíces. A eso se debe sumar su completo rechazo a los teléfonos celulares y también a los relojes, casi como si fuera él mismo quien dictara sus propias reglas de vida.

La reputación de escurridizo de Scheuber se ha hecho aún más latente durante las últimas semanas, donde tanto medios locales como nacionales han tratado de ubicarlo para conocer el destino que tendrá su afamado restaurante "Hamburgo", ubicado en el corazón de Valparaíso, que alberga un verdadero museo marítimo, con más de cuatro mil piezas.

Este sello distintivo se arrastra desde 1985, año en el que el navegante alemán abrió su propio local en la Ciudad Puerto para iniciar una verdadera revolución culinaria mezclando chucrut con cazuelas y vino tinto con cerveza alemana, identidad que caló hondo en los comensales porteños, haciendo del "Hamburgo" un clásico de la gastronomía criolla de Valparaíso.

"la tradición sigue"

Sin hijos ni familia en Chile, el carismático alemán nunca retornó a su país y se dedicó a navegar durante 22 años de su vida por diversas latitudes, periplo donde conoció el amor por la cocina, habilidad que finalmente le permitió encontrar su lugar en el mundo para asentarse de por vida en Valparaíso.

Así, y tras vivir duros meses de trabajo a raíz de las externalidades negativas que se generaron por el estallido social, el tradicional restaurante alemán cerró sus puertas durante el pasado mes de marzo, fecha en la cual también se le perdió la pista a Wolfgang Scheuber, hasta ahora.

"Yo no sé de dónde sacaron que el restaurante iba a cerrar para siempre. Y por lo mismo, quiero aclarar que apenas pase todo esto voy a abrir y la tradición seguirá en pie", precisó Scheuber desde su parcela, ubicada en Quebrada Alvarado, en la comuna de Olmué, donde pasa sus días esperando que el coronavirus se convierta en un recuerdo del pasado.

"No sé cómo me pillaron, porque cuando quiero escapar de la ciudad es difícil encontrarme", relata el empresario gastronómico con cierto grado de orgullo mientras acaricia a "Rocky", uno de sus tres perros con quienes comparte sus días a la espera de volver a hacerse cargo del proyecto que ha mantenido vivo durante 35 años y que, pese a la actual contingencia sanitaria, no piensa abandonar.

"La única forma en que el restaurante cierre sus puertas es que le pase algo al señor Scheuber, pero él tiene salud y cuerda para rato", agrega con autoridad Erika Bustamante, administradora del restaurante "Hamburgo" durante 31 años y quien por estos días acompaña al exnavegante alemán en su parcela ubicada en Olmué a la espera que culmine el periodo de cuarentena preventiva.

"Él se vino a mediados de marzo y yo llegué durante los primeros días de abril y acá estamos esperando que pase este tema del coronavirus para volver a nuestra casa, que es el restaurante de Valparaíso", agregó Bustamente.

Nerviosismo de clientes

Próximo a cumplir 76 años, Scheuber no abandona su amado "Hamburgo", y como buen alemán, cada quince días inicia una verdadera travesía para dirigirse a Valparaíso con el objetivo de constatar, por sí mismo, el estado en el cual se encuentra su afamado restaurante de calle O'Higgins.

"Como él no tiene familia, es todo un tema poder salir de acá de Olmué para ir a Valparaíso, sobre todo ahora con el tema del coronavirus, pero Wolfgang no va a dejar nunca solo el restaurante, así que cada dos semanas vamos a revisar el estado en que se encuentra y también por temas de seguridad, porque se intentaron meter", puntualizó la administradora del "Hamburgo".

En este punto, y sobre el futuro del personal, Bustamante explicó que "hasta marzo éramos seis las personas que trabajábamos en el restaurante, quienes están cobrando su seguro de cesantía hasta que podamos volver a abrir el local".

La reapertura también es ampliamente esperada por los tradicionales clientes del restaurante alemán, quienes con el paso de los años se convirtieron en una familia para Scheuber y para su personal.

"Luego que aparecieron los rumores en la prensa de que el restaurante cerraba he recibido muchos llamados de clientes preguntando con nerviosismo si era verdad la noticia, muy preocupados por Wolfgang, quien como nunca ha utilizado teléfono celular. No tiene mucha comunicación con la gente, así que yo fui la encargada de poner los paños fríos y de explicar que el local seguirá abierto, cueste lo que cueste", finalizó la administradora del "Hamburgo".

"Yo no sé de dónde sacaron que el Hamburgo iba a cerrar para siempre. Y por lo mismo, quiero aclarar que apenas pase todo esto del coronavirus voy a abrir y la tradición seguirá en pie".

Wolfgang Scheuber, Dueño restaurante "Hamburgo"

"La única forma en que el restaurante cierre sus puertas es que le pase algo al señor Scheuber, pero él tiene salud y cuerda para rato".

Erika Bustamante, Administradora del "Hamburgo"

1985 fue el año en que Wolfgang Scheuber fundó el tradicional restaurante "Hamburgo" en Valparaíso.

Corte ordena proveer agua de calidad en Quintay

FALLO. Tribunal acogió recurso vecinal contra el municipio de Casablanca.
E-mail Compartir

Como "histórico" calificaron vecinos de Quintay el fallo en que la Corte de Apelaciones de Valparaíso acogió el recurso de protección que habían interpuesto en contra del Comité de Administración de Agua Potable Rural Quintay, la Seremi de Salud y el condominio Santa Augusta, a fin de asegurar agua potable de calidad para la población de la localidad perteneciente a Casablanca, pues denunciaban que los estanques dispuestos por el municipio en la plaza contenían agua insuficiente y no apta para el consumo humano.

El fallo del tribunal de alzada "ordena al Comité APR de Quintay realizar en el más breve plazo, que no podrá exceder de seis meses contados desde la fecha del presente fallo, la instalación de Filtro Abatidor de Hierro y Manganeso y de la Planta de Osmosis Inversa que le permitirá obtener 400.000 litros de agua al día".

Ajustarse a normativa

"Se ordena, asimismo, a dicho Comité que dentro del plazo señalado, con independencia de la instalación de las obras aludidas en el punto anterior, deberá proveer agua potable a la comunidad de Quintay, ajustada a la norma contenida en el Decreto 735, Ministerio de Salud, la que deberá ser apta para el consumo humano", consigna el fallo.

Por otra parte, "se ordena a la I. Municipalidad de Casablanca que ajuste las instalaciones de sus estanques a la normativa vigente, debiendo dar cumplimiento, de inmediato, a las observaciones que emanen de la Seremi de Salud, con la finalidad de proveer de agua potable a la comunidad de Quintay quien, por el momento, no cuenta con ninguna otra fuente de agua consumible".

La secretaria de la Junta de Vecinos de Quintay, Alejandra Porras, manifestó que "estamos súper contentos, creemos que es un hecho histórico. Dentro de las demandas de agua es primera vez que llegaba una así a una Corte de Apelaciones. Creo que sienta un precedente para lo que se pueda realizar de aquí en adelante".

La dirigenta recordó que "ni la autoridad sanitaria ni el municipio nos dieron la certeza de que el agua que estaba saliendo por las llaves era potable y, por otra parte, el agua que estaba en los estanques de la plaza dio origen a la apertura de un sumario sanitario de la Seremi de Salud en contra de la Municipalidad de Casablanca. La situación es muy compleja, sobre todo en el contexto de pandemia y que no todos acá tienen los recursos para estar comprando constantemente agua envasada".

Por su parte, el abogado representante de los vecinos, Gabriel Muñoz, explicó que "al APR de Quintay lo obliga a revisar permanentemente, evaluar y entregar agua potable sin ningún tipo de alteración ni contaminación, como eran los niveles de magnesio, hierro, manganeso, cloruro, que tenía el agua de Quintay, y a la Municipalidad de Casablanca, que tiene la obligación legal, moral y ética de distribuir no solamente agua en los estanques que están en la plaza, sino que sea en la cantidad suficiente de litros por persona y que esa misma agua sea potable".

Muñoz resaltó que "es histórico este fallo, es el primer fallo en que una Corte del país se hace cargo del problema de agua en una situación límite y también puede ser, a mi juicio, o ser un precedente para otros casos más dramáticos".

Consultado al respecto, el alcalde de Casablanca, Rodrigo Martínez, declinó referirse al fallo, argumentando que aún no ha sido notificado.

"Es histórico este fallo, es el primer fallo en que una Corte del país se hace cargo del problema de agua en una situación límite",

Gabriel Muñoz, Abogado que presentó recurso