Teletrabajo en tiempos de pandemia: qué hacer para enfrentar mejor el desafío
CONTEXTO. En las condiciones actuales esta modalidad dista mucho de ser "normal", pero es posible adoptar algunas medidas para aminorar sus efectos a nivel laboral, personal y familiar.
La emergencia que estamos viviendo por causa de la pandemia de covid-19 ha obligado a miles de personas en Chile a realizar su trabajo habitual -y por primera vez- desde el hogar, lo que sin duda ha sido, es y continuará siendo un gran desafío.
En este contexto, la modalidad del teletrabajo dista mucho de ser "normal". Primero, porque en la mayoría de los casos fue establecida por obligación y no de común acuerdo. Segundo, porque para un gran número de quienes la ejercen no fue posible planificar sus condiciones físicas, tecnológicas, de conectividad y organizacionales. Y, tercero, porque si se vive con más personas, la presencia de estas últimas puede perturbar la concentración e incluso hacer poco eficaz y más estresante esta opción, en especial cuando entre los acompañantes hay niños pequeños.
A lo anterior se agrega una exigencia adicional asociada al género, como lo han mostrado varios estudios, ya que históricamente las mujeres siempre han asumido una mayor carga de trabajo doméstico no remunerado. Por tanto, el teletrabajo para ellas implica un desafío doble y simultáneo que por lo general deriva en un aumento de los problemas de salud mental.
Por último, es importante agregar una serie de situaciones que en el presente también dificultan el cumplimiento de esta modalidad, como son el miedo a contagiarse, el confinamiento obligado y la incertidumbre laboral, entre otros.
"Estos factores combinados pueden hacer que la persona que deba realizar teletrabajo manifieste problemas físicos, que por lo general se traducen en dolores o lesiones músculo-esqueléticas, y mentales, como estrés, ansiedad, depresión e irritabilidad, entre otros. Por lo mismo, y dentro de lo posible, es necesario contar con una estrategia y ejecutar algunas acciones que permitan mejorar, dentro de lo posible, el lugar y las condiciones del trabajo de oficina que hoy desarrollamos en casa", explica el doctor en Ergonomía Ignacio Castellucci, director del Centro de Estudios del Trabajo y Factores Humanos de la Escuela de Kinesiología de la Universidad de Valparaíso.
Flexibilidad
Dados estos alcances y consecuencias, los conceptos de flexibilidad y gradualidad adquieren hoy una particular importancia a la hora de definir las condiciones y la organización del teletrabajo.
En esa línea, el kinesiólogo y máster en Ciencia y Tecnología en Ergonomía Carlos Viviani, quien es investigador en Salud Ocupacional en el citado centro de la UV, afirma que lo mejor es dejar claro hasta qué punto y desde dónde comienza la flexibilidad, ya que puede convertirse en una arma de doble filo cuando, por ejemplo, no se respetan plazos, objetivos ni horarios, los que debieran estar claramente definidos. De esta forma, la experiencia de cumplir labores de la oficina en el hogar se realizará de forma justa y eficaz, evitando que se transforme en una carga extra", precisa el académico.
En todo caso, Viviani argumenta que tampoco es adecuado suponer que las condiciones deben sí o sí ser las óptimas de un día para otro, aunque lo ideal es que tiendan a eso. "Se debe priorizar en mejorar lo más crítico primero, aquello que nos produzca mayores problemas, tanto a nivel de espacios, mobiliario, tecnología y de organización de las labores. Lo importante es avanzar en lo que esté dentro de nuestras opciones y posibilidades y en virtud de la realidad que cada uno tenga en su hogar, alcance económico y contexto laboral", agrega.
Organización
En este escenario, los especialistas recomiendan organizar el teletrabajo considerando dos grandes categorías que pueden influir en nuestra salud y desempeño: las obligaciones con el empleador y las asociadas a la convivencia en el hogar.
En cuanto a estás, Castellucci y Viviani recomiendan sobre todo definir con claridad las tareas a ejecutar y acordar con la jefatura los días y horarios en los cuales se desarrollarán las actividades sincrónicas correspondientes, como videoconferencias o llamadas telefónicas, a fin de disponer, en paralelo, del tiempo necesario para dedicarlo a las responsabilidades personales y de la casa.
Asimismo, proponen informar a la familia o grupo íntimo, las características y conceptos de esta modalidad para que sea conocida y respeten su funcionamiento.
Y en cuanto al espacio a utilizar dentro de la casa, los investigadores del Centro de Estudios del Trabajo y Factores Humanos de la Escuela de Kinesiología de la Universidad de Valparaíso sostienen que es muy importante tratar de reservar un único lugar para teletrabajar, idealmente una habitación o espacio bien iluminado y ventilado, que permita estar aislado de ruidos e intervenciones y que sólo se destine a este fin, para que al salir de él se logre hacer el necesario quiebre entre el borroso límite de lo laboral y lo personal que se da las actuales circunstancias.
Equipamiento
En cuanto a los elementos de trabajo, Ignacio Castellucci afirma que estos son básicamente dos: un escritorio o mesa y una silla que, ojalá, sean cien por ciento ajustables.
"Si no existe esta opción, hay que tratar de que sean lo más cómodos posible, donde la mesa o escritorio no quede demasiado alto ni la silla muy baja o viceversa. Una alternativa es utilizar cojines en el asiento y respaldo para "rellenar" los espacios", acota el doctor en Ergonomía.
Esto último es lo que más se recomienda cuando se esté frente a un computador con teclado y monitor separados. Si se emplea un notebook lo ideal es utilizar un alzador junto con un teclado y mouse aparte, para dejar la pantalla a la altura de los ojos.
"Hay que ubicar estos elementos de forma en que siempre permitan apoyar los antebrazos en la mesa o escritorio. De igual manera, los pies deben estar completamente apoyados en el suelo. Si no lo alcanzan, libros o cualquier cosa que evite que queden colgando sirven", concluye el docente.
Ejercicios
Tan relevante como definir el espacio y equipamiento adecuados para teletrabajar es la realización de ejercicios. Ellos evitan dolores o lesiones musculoesqueléticas. Ejercite, muévase en casa como mejor pueda. Cada cierto tiempo levante la cabeza y fije su vista en punto lejano, para descansar la vista y relajar los músculos oculares. Haga algún ejercicio que le acomode durante unos 30 minutos. Además, haga pausas para levantarse y estirarse. Camine por la habitación o el hogar, beber un vaso de agua, saluda a quienes viven con usted y aléjese de la pantalla o el celular durante ese tiempo.