La renuncia de la ministra Santelices
Más que un "triunfo" de la izquierda, la caída de la exalcaldesa de Olmué desde el Ministerio de la Mujer suena a un nuevo autogol político. Entonces, y más allá de las capacidades de Macarena Santelices -que bien las tiene, no por nada llegó a ser la efímera candidata a gobernadora regional del oficialismo-, cabe preguntarse la prolijidad al nombrarla en un cargo tan sensible.
Apenas 34 días después de su nombramiento como ministra de la Mujer y la Equidad de Género, el cual no empezó del todo bien tras severos cuestionamientos a su capacidad, preparación y experiencia en el tema, además del reflote de una entrevista con este mismo Diario, cuando en su calidad de alcaldesa de Olmué aseguró que "no podemos desconocer lo bueno del régimen militar", Macarena Santelices Cañas se vio obligada a presentar su renuncia a pedido del propio Presidente Sebastián Piñera, tras volver a ser víctima de furibundas críticas por la contratación de un exeditor del diario La Cuarta y productor del estigmatizado "piscinazo" de las reinas de belleza en el Hotel O'Higgins, como su flamante jefe de la División de Estudios.
Asimismo, la exjefa comunal olmueína debió bregar con el siempre incómodo fuego amigo de Renovación Nacional, partido en el cual no entendían por qué el cargo no era asumido por la subsecretaria Carolina Cuevas, tal como lo hizo de forma subrogante tras la renuncia de Isabel Plá, quien tras llegar a ser una de las ministras mejor valoradas en las encuestas, sufrió un fuerte desgaste tras el 18-O tras críticas por supuestamente no haber defendido a las mujeres de los abusos policiales durante el estallido social.
Sus últimas actividades fueron la promulgación de la Ley Gabriela y la conmemoración del Día Internacional de la Mujer.
Por añadidura, se entendía que el puesto no sería fácil y menos decorativo, como parecen verlo desde La Moneda y su Segundo Piso. De hecho, cualquier lectura imparcial sobre la narrativa del levantamiento ciudadano que siguió al 18 de octubre incluirá dentro de sus principales tópicos la reivindicación de género y la escenificación de tal malestar femenino ejecutado por el colectivo LasTesis.
De lo que se alcanzó a ver en terreno, la mitad fueron explicaciones que debió dar (sus dichos sobre Pinochet y los inmigrantes, el polémico video del Sernameg) y el resto, algunas reuniones con ministros y algo de terreno, con la mascarilla 19 y el reparto de las cajas de mercadería.
Entonces, y más allá de las capacidades de Macarena Santelices -que bien las tiene, no por nada llegó a ser la efímera candidata a gobernadora regional del oficialismo-, cabe preguntarse la prolijidad del Gobierno al nombrarla a ella en un cargo tan sensible como el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, atendiendo su conocido carácter y recorrido público.
De la misma forma, hace ruido aquello del "cupo UDI", entendiendo (y asumiendo) que los partidos debieran estar por trabajar en pos de lo mejor para el país y no precisamente para satisfacer intereses tan pequeños como su influencia en el comité político o el número de ministerios que manejan.
En el cargo asume la subsecretaria de Turismo, Mónica Zalaquett. El tiempo (y las redes) dirán si estuvo bien.