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ENTREVISTA. Camila Encalada, médico de UPC covid del hospital Carlos Van Buren:

"Estamos trabajando a más no poder para que Valparaíso no colapse, pero puede que pase"

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Pamela Boltei

Con un bebé de ocho meses en plena lactancia, Camila Encalada decidió ser parte de la primera línea del combate contra el coronavirus. Esta joven médico internista de 31 años, proveniente de familia ligada al mundo de la medicina, es parte del equipo de doctores que trabaja en el área covid de la Unidad de Paciente Crítico (UPC) del Hospital Carlos Van Buren. Y vaya que trabajan.

Hace seis años que está en el recinto. Hasta antes de la pandemia atendía a pacientes hospitalizados e intermedios, y hoy se concentra en las dos salas más complejas en esta pandemia: la de Pacientes Intermedios (UCIM) y la de Cuidados Intensivos (UCI).

Al finalizar su postnatal, en abril, fue convocada al sector covid, desafío que asumió con valentía. Su bebé se queda junto a su hija de 3 años en casa bajo los cuidados de sus padres y de una cuidadora que también la atendió a ella cuando guagua. Todos los días realiza un viaje rápido de Valparaíso a Viña del Mar para amamantar a su hijo, y luego regresa a calle Colón para atender a sus pacientes.

-¿Qué significa este desafío?

-A ningún médico le pasan en la universidad cómo enfrentar una pandemia. El grupo de la Unidad de Paciente Crítico, tanto UCI como Paciente Intermedio (UCIM), que estoy coordinando, es un grupo de médicos jóvenes en su mayoría, súper motivados. La mayoría estamos haciendo doble turno, nos quedamos hasta horas ridículas en las noches, viniendo los fines de semana y estudiando; porque toda la información que teníamos hasta marzo de este virus hay que actualizarla, es absolutamente nuevo todo. Cuando llegamos a la casa, llegamos a estudiar.

-¿Cómo fue el proceso interno de decidir enfrentar este desafío?

-El gran porcentaje a nivel mundial de los funcionarios de salud son mujeres. Yo soy un ejemplo entre muchas, y la maternidad no tiene estrato social, profesión. Tengo una súper buena red de apoyo en mi familia. Los niños no están exentos, pero no son grupo de riesgo, en general tienen un curso más asintomático. No es como el virus sincicial, donde los niños tienen neumonías e insuficiencia respiratoria que son fatales. Pero de todas formas con mi esposo tomamos todas las medidas habidas y por haber cuando llegamos a mi casa: nos sacamos toda la ropa, lavado de manos, lavado de cara antes de tocar cualquier superficie o a los niños.

-¿Qué tan complejo es? Los funcionarios de la salud son parte del grupo más expuesto a contagios.

-Cuando uno toma la decisión de lo que va a hacer por el resto de su vida o qué cosa voy a estudiar, hay un tema de vocación detrás. Mi esposo y yo tomamos todas las medidas y el riesgo se reduce bastante. Usamos todos los implementos de seguridad personal y la exposición disminuye si uno sabe que está haciendo las cosas bien.

-¿Cuál es el trabajo en la unidad covid?

-Todos hemos tenido que adecuar el trabajo que hacíamos antes y los horarios de antes a la pandemia. Muchos están trabajando de 8 a 5 y además hacen turnos de 24 horas. Todo médico que está en la UPC covid está trabajando un montón. Son 44 horas semanales más un turno de 24 horas... Además otros trabajamos 22 horas diurnas más un turno de 24 horas, y agregamos otro turno de 24 horas. Todo el equipo está haciendo un esfuerzo tremendo.

-¿Cómo lo aguantan?

-Trabajo en equipo. Todos los días llegamos, pasamos visita, conversamos con los pacientes, analizamos sus situaciones, llamamos a los familiares para informarles, porque no pueden venir. Nos preocupamos harto de cuidarnos entre nosotros, intentamos que el que está posturno tenga un trabajo más liviano ese día. En la mayoría de los hospitales pasa que los equipos están divididos en dos, y mientras uno trabaja dos semanas, el otro está en teletrabajo. Pero en el equipo de UPC no hay suficientes médicos, entonces nosotros no descansamos 2 semanas, trabajamos de corrido. En mi horario diurno estoy en la UCIM y en mis turnos de 24 horas el equipo de UCIM y UCI se junta y hacemos una división interna de quién va a ver los pacientes UCI, los pacientes intermedios y los interconsulta. Los vemos todos juntos.

-¿Cómo es la atención a pacientes covid?

-Es súper intenso. En este momento el Van Buren está haciendo cosas de vanguardia. El porteño recibe el mismo tratamiento que hubiese recibido en Italia y eso es algo súper gratificante, porque uno sabe que le está dando al paciente el tratamiento que necesita. El tema es la cantidad de pacientes que hay, porque puede que el sistema colapse.

-¿Cómo es el procedimiento?

-El paciente ingresa acá, se le toma el examen, el scanner y si tiene una neumonía por covid, queda hospitalizado. Si no tiene una falla respiratoria que necesite intubación inmediata, se le pone en prono vigil -que es cuando los pacientes están de guatita-, asociado a oxígenoterapia convencional o con algunos otros dispositivos con los que el hospital cuenta que han, literalmente, salvado a los pacientes de intubarse. En la UCIM estamos evitando que se intuben y es algo que no se hacía. Antes había mucha menor tolerancia a la falla respiratoria. Uno sabe que hace tres meses, quizás, este paciente se hubiese intubado. En todos lados se habla de los ventiladores mecánicos, la intubación, pero entrar a UCI e intubarse es un proceso que no está exento de riesgos. O sea, un distrés respiratorio en el adulto que se intuba tiene un 50% de mortalidad. Por eso lo que se está haciendo acá en la UCIM covid es una joya, es evitar que pasen al siguiente nivel agregándole mortalidad al paciente, y evitando también que el sistema colapse.

-¿Desde cuándo hacen esto?

-Hace tres semanas aproximadamente. Nos hemos dado cuenta que hay pacientes que ingresan en muy malas condiciones, y que poniéndolos en prono vigil con oxígeno terapia convencional, o por cánulas de alto flujo o por ventilación no invasiva y aguantando todo el periodo de inflamación sistémica que tiene este virus, logramos evitar que estos pacientes pasen a la UCI. Se logra evitar que el paciente sufra, pero además evitamos que las UCIs colapsen y que los pacientes que no tienen otra opción y requieren intubación, tengan su cupo. Nosotros en Valparaíso todavía no hemos vivido lo que vive hoy Santiago, lo que vivió Italia, y lo que vive Estados Unidos, pero puede que pase y que las UCIs colapsen. Estamos todos trabajando arduamente para que eso no suceda, hemos recibido más ventiladores y cánulas de alto flujo, estamos capacitando al personal, estudiando y trabajando a más no poder para que Valparaíso no colapse.

-¿Cuántos pacientes han logrado recuperarse con esta técnica?

-La mayoría. Ellos están despiertos y lo que más nos preocupa y se lo decimos, es que estén cómodos, tranquilos, que nosotros los estamos cuidando y que cualquier dificultad que tengan, avisen, porque de que ellos estén cómodos y pasen la mayor cantidad de tiempo en decúbito prono, depende el éxito de su terapia. Nos hemos dado cuenta que la mayoría de los pacientes que no logran tolerar el decúbito prono son los que normalmente llevan a intubación. El decúbito prono vigil vino a revolucionar paradigmas muy antiguos. Siempre estuvo el concepto que el prono era para paciente sedado en ventilación mecánica. Cuando comenzamos a hacer esto fue algo bien impactante, todo el equipo se tuvo que readecuar. Desde la toma de exámenes, hasta las terapias de kinesiologías y cómo se alimentan.

-¿Han tenido que atender a compañeros?

-Nuestro paciente más joven fue un funcionario, de 32 años, colega nuestro, becado que trabaja diurno. Impacta mucho, estamos todos con una carga emocional bien alta, porque uno conoce a la familia, a ellos. Hemos tenido a TENs hospitalizados también del mismo servicio. Es bien angustiante y por eso es importante el trabajo en equipo.

-¿Cómo es su trabajo en la UCI?

-Ahí el paciente está sedado, en coma inducido, con el ventilador mecánico puesto, con droga vasoactiva en algunos casos, recibiendo terapia de hemofiltración de alto volumen, que es un lujo, y un equipo multidisciplinario que lo da todo. El equipo de UPC involucra a la UCIM y la UCI y los médicos somos los mismos. Es estresante y obviamente uno está intentando dar lo mejor para el paciente.

-¿Qué llamado hace a la ciudadanía?

-Sé que es súper difícil la cuarentena, los niveles de pobreza en Valparaíso son súper altos, lo veo en mis pacientes, hay mucha gente que vive con la plata del día a día y entiendo que más adelante vamos a tener un montón de enfermedades que van a ser relacionadas a la pobreza y al aumento de la delincuencia. Sabiendo eso, me gustaría que la gente tomara consciencia y que se quede en casa, no sólo por el trabajo acá, pues siempre el recurso es limitado, pese a que el hospital está haciendo esfuerzos tremendos para proveer de los implementos y pagar horas extra, porque estamos todos sacándonos la mugre, dando todo lo que podemos. Pero uno nunca sabe hasta cuándo va a llegar el recurso. Si ha colapsado en todo el mundo, ¿por qué no va a colapsar acá? Le pido la gente que se cuide, no duele hasta que no sea un familiar suyo, y ojalá que eso no pase.

"Si ha colapsado en todo el mundo, ¿por qué no va a colapsar acá? Le pido la gente que se cuide, no duele hasta que no sea un familiar suyo, y ojalá que eso no pase".