La pesquisa sobre la huella del virus
La autoridad regional de Salud implementó un centro de llamados para mejorar el nivel de trazabilidad de los contagios por covid-19. La efectividad con que se haga la trazabilidad del covid-19 dependerá tanto de la excelencia con que el equipo de trabajo realice su tarea como de su capacidad para sortear los numerosos obstáculos que plantea la precaria realidad regional.
De todos los esfuerzos desplegados para enfrentar la emergencia por covid-19, el de la trazabilidad, esto es, el que permite seguir la huella del origen y destino del virus en cada contagiado, es uno de los más silenciosos, pero crucial para que las autoridades puedan tomar las decisiones adecuadas. Desde el inicio de la pandemia, los expertos han advertido que no basta con aumentar significativamente el número de test para detectar quién porta el coronavirus, sino que es clave identificar cómo se contagió dicha persona y qué pasa con sus contactos más directos.
De allí la importancia que tiene la medida aplicada por la Secretaría Regional Ministerial de Salud de Valparaíso para reforzar la investigación epidemiológica de los casos confirmados, habilitando un centro de llamados dedicado exclusivamente al seguimiento y monitoreo de este proceso. El equipo está conformado por 55 funcionarios con especialidades ligadas al ámbito de la salud y opera desde ayer en las dependencias proporcionadas para este fin por el Instituto de Formación Profesional Duoc UC, en Valparaíso. A este trabajo, la autoridad regional sumará el fortalecimiento en la coordinación con la red asistencial y la implementación de tecnología para tener información en tiempo real de la propagación de la pandemia.
Sin embargo, existen temores razonables de que este esfuerzo llega con cierto rezago, cuando los índices de trazabilidad se encuentran muy bajos (48% reconoció la autoridad) y el ritmo de contagios persiste con cifras altísimas, pese a las medidas de confinamiento estricto que están vigentes. Tal como en su minuto pasó con los test de PCR, las cuarentenas, la habilitación de residencias sanitarias y la entrega de alimentos para que las familias más necesitadas pudieran guardar confinamiento sin pasar hambre, la efectividad con que se haga la trazabilidad del covid-19 en la población regional dependerá tanto de la excelencia con que el equipo de funcionarios realice su tarea como de su capacidad para sortear los numerosos obstáculos que la precariedad real de nuestro país les ponga por delante.
En una sociedad acostumbrada a que muchas cosas funcionen al pulso del voluntarismo, el desafío es considerable. Por lo pronto, la Seremi de Salud planteó que con el sistema implementado la capacidad de trazar el recorrido del virus alcanzará un 80%. En términos concretos, esto significa que de los cerca de 200 contagios que son informados cada día, habrá claridad sobre la huella del virus en 160 de ellos. El objetivo es adecuado, aunque sobre él hay que hacer un alcance de moderación, porque aunque se logre precisión absoluta en trazar el virus, debemos considerar que esto mostrará una escena ocurrida hace días, quizás semanas, vale decir, nos asolará la misma sensación de atraso y destiempo que viene con algunas decisiones de la autoridad.