Cartas
Retiro de fondos
Ningún ciudadano ha dejado de pagar impuestos en estos meses de crisis. Sin embargo, los políticos, que viven a cuerpo de rey gracias a esos impuestos, se vanaglorian de lo considerados que son por ayudar a los ciudadanos, impulsándolos a usar sus ahorros previsionales para sortear el embate económico del covid-19. Si somos honestos, sacar los ahorros de las pensiones es otro impuesto que nos impone la clase política en el contexto de la pandemia, pero bajo la idea de que es nuestra plata. En realidad, están disponiendo de esa plata como si fuera de ellos para decir: "Ven, los ayudamos".
Lo que hoy se vende como una solución, sacar el 10%, es en términos estrictos que la clase política le dice a la clase productiva: en esta situación no usaremos lo que ustedes nos dan permanentemente, mejor use sus propios recursos, sus ahorros.
Jorge Gómez Arismendi
Pensiones I
En contexto de una conversación sobre pensiones en un matinal, Marco Kremerman, de la Fundación Sol, señaló que "el envejecimiento de la población es un mito" y que es cosa de ir "cambiando parámetros en el futuro", mientras daba como ejemplo a Japón, que tiene una relación de dos trabajadores activos por jubilado.
Si nos comparamos con Japón, ambos tenemos una tasa de reemplazo similar -rondan el 40%-, según Pensions at a Glance 2019 de la OCDE. Sin embargo, su tasa de cotización es más alta (18,4%). Es decir, pagas casi el doble y recibes lo mismo en términos relativos.
Pero, sin duda, lo más preocupante es que habla de cambiar parámetros, cuando el sistema chileno se ha mantenido intacto en 30 años y siempre ha pillado trabas para cambiarlos. Japón aumentó la tasa de cotización y aumentará la edad de retiro. Muy impopular.
¿Qué nos hace pensar que con la clase política que tenemos en el Congreso ahora sí podamos hacerlo? Si queremos tener una discusión seria y beneficiosa respecto a pensiones, debemos comenzar siendo honestos.
Marcelo González Fundación para el Progreso
Pensiones II
En la discusión previsional de los últimos años, hemos visto distintas visiones de cómo mejorar las pensiones de nuestro país, con múltiples propuestas, algunas buenas y otras malas, pero siempre con una intención de mejorar las pensiones futuras.
Los distintos conglomerados políticos, y sus parlamentarios en particular, tienen sus propios expertos que lideran sus propuestas previsionales, pero hoy vemos un fenómeno nunca antes visto en democracia, y es que todos los expertos serios, de manera transversal, son contrarios al retiro del 10% de ahorro previsional, no existiendo ni uno sólo que valide la iniciativa.
Nuestra clase política no está a la altura de los desafíos como país, renuncian a sus expertos previsionales y le es indiferente si el perjuicio futuro es mayor al beneficio presente; total, no será su problema.
Eduardo Jerez Sanhueza
Seguro de Cesantía y AFP
El año 2002 se creó el sistema de Seguro de Cesantía, como un hito más dentro del ámbito de la protección social. Este seguro posee características únicas en el mundo, al tener un componente de ahorro individual de propiedad de los trabajadores y un componente de seguro solidario de propiedad del Estado, que opera cuando el seguro individual no es suficiente. Los fondos, individual y solidario, que a diciembre de 2019 acumulaban un patrimonio de poco más de US$ 11.000 millones, son administrados por un ente privado supervisado por la Superintendencia de Pensiones: AFC.
Luego de una reforma en 2009, con el propósito de mejorar la administración de los fondos, se crearon carteras de referencia o benchmark, y se estableció un sistema de premios y castigos, en caso de que la AFC obtenga una rentabilidad superior o inferior a los respectivos benchmark.
Un estudio publicado por la Superintendencia de Pensiones en mayo 2020 concluye que los fondos administrados por la AFC han tenido rentabilidades superiores a sus respectivos benchmark y lo han hecho, incluso, con una menor volatilidad que la sugerida por su cartera de referencia en el período junio 2010 y junio 2019.
Una crítica permanente a las AFP es que cobran comisiones a todo evento, incluso cuando tienen un mal desempeño. La solución a esto no es quitar la comisión cuando existan pérdidas, como muchos plantean, porque esto haría que la administradora tome un menor riesgo y, finalmente, las rentabilidades terminarán siendo muy inferiores a las obtenidas históricamente. Mejor sería mirar la exitosa experiencia del Seguro de Cesantía y replicar sus políticas de inversiones basadas en replicar carteras de referencia bajo un sistema de premios y castigos, introduciendo, así, un incentivo adecuado y no perverso.
Fernando Mejido Director Escuela de Auditoría y Control de Gestión, U. Santo Tomás
Impuestos
Hace décadas en Chile se viene tratando un tema bastante mediático: los impuestos y la recaudación de éstos para las políticas públicas. Resulta increíble pensar que Chile es el segundo país que más impuestos ha subido a las empresas en las últimas dos décadas, según estudios de la OCDE, y que la recaudación se mantenga en muchos casos con tendencia a la baja o, en el mejor de los casos, igual. La pregunta más lógica para esto podría ser ¿cómo pasa algo así?
Lo único que se consigue al aumentar impuestos al emprendimiento, al sector productivo y al sector privado es justamente castigar por razones políticas muchas veces a este último, que hoy en día es tratado como una suerte de "enemigo público".
Luego del estallido de violencia y ahora con la pandemia, el desempleo y la quiebra de pequeñas, medianas y grandes empresas tuvo un aumento histórico, con una tasa de desempleo llegando a máximos antes impensados. Aun así, un sector político insiste que el método para revertir una crisis, que va más allá de lo económico, sería limitar el emprendimiento y coartar con esto una libertad individual básica, como lo es el derecho al trabajo, que cada vez existe menos.
José Tomás Muñoz Álvarez
Ascensor del C° Mariposas
Una vez más quiero llamar la atención a las autoridades de nuestro puerto, a las organizaciones vecinales respectivas, a aquellos que desde los años noventa han hablado sobre cómo mejorar la subida de quienes tienen que ahorrar unos "pesitos", a las carteras ministeriales, a los cores, a los concejales, a los futuros candidatos, etc., para encontrar una solución para nuestro ascensor que, dicho sea de paso, dejó de funcionar estando en perfecto estado. Siento rabia e impotencia al pasar por su frente derruido y maltratado por los años, ya que aquellos encargados de su mejoría, hoy le dan la espalda a esta imperiosa necesidad.
Luis Cisternas Bravo