"Chile Vamos es una coalición que, en la práctica, no existe, porque no tiene incidencia en los debates"
Luego de haber sido nueve veces vicepresidente de Renovación Nacional, el senador Francisco Chahuán decidió ir, por primera vez, como candidato a presidente del partido, instancia que se abrió tras la salida de Mario Desbordes y su impedimento de repostularse, ya que ahora es ministro de Estado, lo cual deja la pista libre para quienes buscan sucederlo.
"Yo creo que hoy día, más que nunca, el partido requiere unidad, que se la reclama Chile, debido a que somos el partido más grande del país. Estamos empeñados en poder generar una lista que recoja todas las sensibilidades al interior del partido y que sea capaz de conducir el proceso que viene por delante, donde tenemos siete elecciones, y es clave que Renovación Nacional establezca, en base a la unidad, mecanismos de toma de decisiones, de diálogos permanentes con las bancadas de diputados y senadores, ordenar las bancadas, y también respaldar al Gobierno del Presidente Piñera en estos 22 meses que quedan por delante", planteó el legislador.
A su propuesta de conducción busca darle "una impronta de volver a ser el partido de terreno, vinculado con las demandas ciudadanas", y buscará también "volver a ser el partido ancla del Gobierno, con tres expresidentes del partido que hoy día están en el gabinete: Cristián Monckeberg, Andrés Allamand y Mario Desbordes. Eso muestra la confianza del Presidente Piñera para que RN vuelva a ser un articulador y el eje del Gobierno, para generar diálogo, acuerdos nacionales, paz social y oportunidades para todos los chilenos".
- ¿Cómo ve a sus eventuales competidores? Se habla de los diputados Diego Paulsen, Gonzalo Fuenzalida y Paulina Núñez, y el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba, entre otros.
- Yo tengo respeto por todos y cada uno de los militantes, tengo la tranquilidad de haber recorrido dos veces el país y tener bases territoriales en todas las regiones. RN debe ser el partido de las regiones. Yo estoy muy tranquilo frente al trabajo que hemos realizado, respeto a todos los eventuales aspirantes, pero esta es una candidatura que llega hasta el final y vamos a reforzar el despliegue. He tenido un gran apoyo de los consejeros generales, de los militantes de base de todo el país.
- ¿Se considera disidente a la conducción de Desbordes o pretende seguir su línea?
- No, yo siempre dije que no estaba en esa disyuntiva. Yo soy de aquellos que creen que el partido requiere más unidad que nunca y, por tanto, en nuestro equipo hay personas que responden a todas las sensibilidades.
- Su campaña será en medio del próximo plebiscito. ¿Cree que pueda afectar?
- Yo tengo una posición, soy partidario del Rechazo propositivo, de hacer los cambios a la Constitución por la vía del Congreso, y ya presentamos los proyectos de reforma constitucional para ese efecto. Y habrá otros que tengan una posición distinta, pero nosotros no vamos a fracturar el partido con miras al plebiscito, muy por el contrario, hay que conducir el partido con miras al plebiscito y recoger los desafíos electorales que vienen por delante.
- Usted habla de Rechazo propositivo, pero históricamente las grandes reformas a la Constitución no se han podido hacer porque chocan con el quórum requerido...
- Básicamente, nosotros somos partidarios del Rechazo propositivo por el hecho que a la crisis desatada por el estallido de violencia y la crisis social, luego la pandemia y la crisis económica, hoy día añadir dos años más de incertidumbre al proceso constituyente va a afectar en forma importante la reconstrucción de la capacidad de empleo del país. Nosotros tenemos en el Congreso una gran responsabilidad de poder asimilar las reformas que el país necesita y para ello hemos presentado los proyectos de ley que espero que tengan urgencia legislativa.
- Quizás esos proyectos tengan éxito, pero varios otros han fracasado por el quórum...
- No necesariamente, pero la elección va a ser en noviembre, va a ser posplebiscito y lo que yo he planteado es que hoy día hay libertad de acción para los parlamentarios, los militantes del partido, entre el Apruebo y el Rechazo, eso es lo que hay hoy día, resuelto por un Consejo General, y yo tengo una posición clara respecto del Rechazo, sin ambigüedades.
- Si logra salir electo le va a tocar un desafío importante, como es recomponer las relaciones al interior de Chile Vamos, que hoy pasan por un momento bastante complejo...
- Sí, ese va a ser el énfasis, reconstruir la institucionalidad de la coalición. Hernán Larraín y el que habla fuimos los que gatillamos la formación de Chile Vamos, lo pedimos insistentemente y finalmente logramos que durante el mandato de Cristián Monckeberg se constituyera la coalición Chile Vamos, pero es una coalición que, en la práctica, no existe, porque no tiene incidencia en los debates políticos, económicos y sociales, no tiene capacidad de diálogo al interior de la propia coalición, los presidentes de partido dialogan poco, salvo en el comité político de La Moneda. Necesitamos que Chile Vamos tenga una propia institucionalidad y eso implica que seamos capaces de dialogar y de coordinarnos para los desafíos electorales que vienen por delante.
- ¿Cómo ve el actual momento que vive Chile Vamos?
- Estamos viviendo un momento de cambio, un momento de inflexión, porque la señal que dio el Gobierno con el cambio de gabinete fue en dos sentidos: la primera, a la coalición de Gobierno, para, en definitiva, reconstruir el espíritu colectivo que nos llevó a ganar la elección presidencial. Segundo, llegar a reconstruir la institucionalidad de la coalición de Gobierno. Tercero, para poder generar mucho más diálogo al interior de la propia coalición, para focalizarnos básicamente en los desafíos electorales, pero además para trabajar con el Gobierno en poder mejorar los proyectos de ley que se están tramitando en el Parlamento. Cuarto, hay que entender que la coalición requiere tener capacidad de movilización, capacidad de generar apoyo y generar sinergia. Y por otra parte, la segunda señal que dio el Gobierno fue al país, porque incorporó a tres expresidentes de RN que tienen capacidad de diálogo con la oposición; y que más allá de que ellos puedan haber asumido en carteras sectoriales, lo que están haciendo es que van a tomar un rol muy importante en el comité político, y así se los planteó el Presidente cuando los designó ministros de Estado. Segundo, porque en un Gobierno con minoría en el Parlamento se requiere generar grandes pactos nacionales para llevar adelante una agenda que nos permita salir de la crisis sanitaria y económica desatada por la pandemia y entender, básicamente, que se puede avanzar en algunas reformas estructurales.
- Si tiene éxito en la elección, ¿cree que puede jugar un rol de mediador entre Evópoli y la UDI?, porque las duras críticas de la comisión política de la UDI, al parecer, fueron determinantes en la salida del ministro Gonzalo Blumel...
- Yo espero entender que cuando asuma la presidencia del partido, si así lo quieren los militantes, vamos a entrar en un nuevo ciclo, también dentro de la relación entre los partidos de la coalición de Gobierno, y acá vamos a encontrar al PRI, a Evópoli y a la UDI en un diálogo permanente, en un trabajo de equipo para poder sacar adelante, por supuesto, el Gobierno, que es nuestra primera prioridad, sacar adelante una coalición que tenga fuerza electoral, pero además, que le haga guiños al centro político. Creo que es importante ampliar la espalda de la coalición, y en ese sentido también, invitar a ampliar la coalición a otros sectores del centro político.
- ¿No cree que su postura a favor del Rechazo y contraria al retiro del 10% de los fondos de pensiones le pueda jugar en contra en sus pretensiones de atraer al centro político?
- No, en absoluto, yo en su momento formé la Federación Social Cristiana, que reunió a militantes de la Democracia Cristiana, de Renovación Nacional, de Evópoli, Ciudadanos y del PRI, que eran socialcristianos. Nosotros creemos, sin lugar a dudas, que tenemos que fortalecer el centro político en Chile y, en ese sentido, hemos estado trabajando en forma sistemática.
"Respeto a todos los eventuales aspirantes, pero esta es una candidatura que llega hasta el final y vamos a reforzar el despliegue".
"Chile Vamos no tiene capacidad de diálogo al interior de la propia coalición, los presidentes de partido dialogan poco, salvo en el comité político de La Moneda". "Nosotros no vamos a fracturar el partido con miras al plebiscito, muy por el contrario, hay que conducir el partido con miras al plebiscito y recoger los desafíos electorales que vienen por delante".