Javier Ossandón

Las últimas lluvias que se registraron en la zona dejaron prácticamente intransitable por varios días la calle Caburga, en el sector Los Pinos Oriente, en Reñaca, vía de tierra que producto del crecimiento inmobiliario que presenta el sector, particularmente construcción de casas, absorbe un importante flujo vehicular, ya que es paso casi obligado para quienes ingresan o se dirigen al Camino Internacional y Los Almendros.

Si bien los vecinos reconocen que el municipio efectúa una mantención periódica de la citada arteria, las precipitaciones, que este año han sido más intensas, terminan por destruir esos trabajos, transformado la calle en un barrial, lo que impide el normal tránsito. En verano, en tanto, el polvo en suspensión se convierte en el dolor de cabeza diario. A ello también se debe sumar que no cuentan con alcantarillado y no todas las viviendas tienen conexión a la red de agua potable, pese a estar en una zona urbana.

"No nos escuchan"

Frente a este escenario, están conscientes que una pavimentación definitiva está supeditada al alcantarillado, pero al menos piden una solución vial que permita una mayor durabilidad de la vía y un tránsito más seguro. Sin embargo, todas las gestiones que han realizado hasta ahora no han tenido la respuesta esperada.

"He ido personalmente a la misma alcaldía, hemos dejado cartas, hemos enviado mails a concejales, pero al parecer no creen que acá votemos, o no saben que pagamos altos impuestos por contribuciones, no nos escuchan", precisó el presidente del Comité de Adelanto Los Pinos Oriente, Cristián Trejo, cuya molestia y la de sus vecinos se acrecentó al conocer la reciente adjudicación municipal para el mejoramiento de la calle General Bulnes, parte del sector, trabajos que, a su juicio, debieron contemplar Caburga.

"El tramo que se adjudicó para rehacer en General Bulnes es un tramo que va desde el Club Español hasta las ex Monjas Inglesas de Reñaca (Carlos Rogers). Y si bien ese tramo es de asfalto y está en varias partes en mal estado, es raro que usted decida hacer una puerta nueva de una casa y no le ponga la chapa. Con esto digo que para Caburga, al ser la continuación de General Bulnes, se debería contemplar al menos en esta etapa veredas y un camino que pueda conducir las aguas lluvia sin que vaya partiendo el camino en cada curva. Sólo queremos poder transitar de modo seguro, tanto peatones como autos", afirmó el dirigente.

Alto costo

En respuesta, el director (s) de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) de Municipalidad de Viña del Mar, Pablo Rodríguez, explicó que "esta área corresponde a un loteo sin urbanización, cuyas vías cumplían la función de cortafuegos y el municipio se pudo hacer cargo el año 2008 de este sector", añadiendo que "los proyectos de pavimentación requieren estudios de alto costo y en este momento se está dando prioridad a las ingenierías de detalles de las calles Calafquén y Riñihue en el mismo sector".

En cuanto a la molestia por los trabajos en la calle General Bulnes que no incluyeron a Caburga, aclaró que su repavimentación tiene por objetivo "mejorar un área de conectividad consolidada que beneficiará también a quienes transitan por calle Caburga", cuya conservación se enmarca en un programa de mantención que lleva a cabo periódicamente el municipio.

No obstante, "producto de la emergencia sanitaria, (la municipalidad) está dirigiendo sus recursos a sectores más vulnerables de la comuna, como son los campamentos, para permitir el paso de vehículos con la ayuda necesaria a los vecinos, situación que está en conocimiento de los dirigentes vecinales del sector", expresó.

Máximo de arranques

En cuanto a la falta de alcantarillado y un acceso mayor a la conexión a la red de agua potable, con la que no todos los residentes de esta calle cuentan bajo esta modalidad, el consejero regional Manuel Millones (Ind.), que ha apoyado las gestiones de los vecinos, aseveró que "ya nos reunimos con la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS), que le encontró razón a los vecinos y le han solicitado a Esval que cumpla con el mandato al ser una empresa cuyo territorio está bajo el área operacional; por lo tanto, debe otorgarle factibilidad para que los vecinos puedan contar con el vital elemento. Esperamos, entonces, que Esval se allane a esta disposición y no apele a dicha resolución para que los vecinos puedan tener agua potable a corto plazo".

Ante este emplazamiento, el subgerente Zonal, Alejandro Salas, señaló que "el sector Los Pinos, en Reñaca, cuenta con agua potable desde 2004, gracias a un convenio entre la junta de vecinos y Esval, que establece un máximo de arranques por parcela", aclarando, al mismo tiempo que "a raíz de un cambio en el plan regulador, se aumentó la densidad permitida, por lo que don Cristián Trejo (presidente del Comité de Adelanto Los Pinos Oriente) nos ha solicitado aumentar las conexiones correspondientes a calle Caburga".

En este sentido, explicó que "para avanzar en un nuevo acuerdo, y luego de un análisis técnico-legal, es necesario que la junta de vecinos permita la salida de 18 parcelas del convenio original y se invierta en la construcción de la red de alcantarillado. Hoy sólo hay fosas sépticas particulares, lo que a lo largo plazo, puede representar un riesgo sanitario en el sector al aumentar la densidad poblacional".

Respecto de este punto, el ejecutivo aclaró que a la fecha no hay acuerdo entre los residentes frente a esta alternativa, "por lo que Esval no tiene la facultad de intervenir, situación que será informada a la Superintendencia de Servicios Sanitarios para su pronunciamiento".

Para Sergio Guevara, vecino del sector, la preocupación por el mal estado de la calle puede provocar un problema de mayor gravedad ante la eventual imposibilidad de que una ambulancia o carro bomba puedan transitar por esta vía. "Es muy probable que vehículos de emergencia no puedan concurrir de encontrarse con esta situación y esto es tremendamente peligroso para nosotros. Además, es una vía de evacuación por desastre natural", dijo.

Vecinos de Reñaca exigen una solución vial y alcantarillado

"He ido a la misma alcaldía, hemos dejado cartas, hemos enviado mails a concejales, (...) no nos escuchan".

Cristián Trejo, Presidente del Comité de Adelanto Los Pinos Oriente

"Los proyectos de pavimentación requieren estudios de alto costo. (...) Se está dando prioridad a las ingenierías de detalles de las calles Calafquén y Riñihue".

Pablo Rodríguez, Director (s) de la Secpla de la Municipalidad de Viña del Mar

"Es necesario que la junta de vecinos permita la salida de 18 parcelas del convenio original y se invierta en la construcción de la red de alcantarillado".

Alejandro Salas, Subgerente Zonal de Esval

A los pocos días de yo haber asumido como gobernador de la Provincia de Marga Marga, el 11 de marzo de 2014, el alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, recibió un llamado telefónico de Hernán Pinto. Sin que nadie se lo hubiera solicitado, el otrora alcalde de Valparaíso le pedía que ayudara y colaborara en la gestión que iniciaba -en ese entonces- este joven dirigente democratacristiano que acababa de dirigir en Viña del Mar la campaña para la reelección de la Presidenta Michelle Bachelet. El jefe comunal de la Ciudad del Sol se transformaría en un importante aliado y colaborador.

A través del tiempo, no fueron pocas las ocasiones en que el exalumno del porteño Seminario San Rafael me invitó a su casa de la Población Vergara en Viña del Mar, para compartir junto a César Barra, dirigente del PS y quien se desempeñara como gobernador provincial de Quillota. Nos recibía con elaborados y deliciosos piscos sour que preparaba personalmente su esposa Marina, como una muestra de atención, cariño y afecto por sus amigos. Así, en amenas tertulias, entrábamos en la intimidad de su hogar.

¿A qué viene desempolvar hoy estas viejas historias? ¿Qué podrían importar ahora, cuando Hernán estaba alejado de la vida pública desde hace años?

En tiempo tan complejos y difíciles como los actuales, donde abunda la desesperanza y la desazón, y los liderazgos políticos inmaduros, agresivos y torpes permanentemente tropiezan, es valioso recordar a quienes ayudaron a colocar los cimientos de nuestra sociedad, libre y democrática, de la mano de mandatos afables y sensibles.

Hernán no sólo fue el alcalde que tuvo la difícil misión de dirigir Valparaíso tras el fin de la dictadura, el jefe comunal electo en tres períodos que logró sendas votaciones de los cerros, quien unió los dos Valparaíso: el de arriba y el de abajo de la avenida Alemania, o el "hacedor" de obras de relevancia para nuestra Ciudad Puerto. Hernán, más allá de eso, fue un político de alma, de espíritu, como los que sólo recordamos, cada cierto tiempo, por las redes sociales.

Cercano a la gente, tenía una capacidad única de empatizar con sus vecinas y vecinos hasta en los temas más insignificantes. Poseía una llegada extraordinaria y era digna de imitar la manera en que ayudaba a su pueblo. Así era Hernán.

Escudriñando en mi memoria, recuerdo otra vieja historia. Año 1998. Yo pertenecía al centro de alumnos del Liceo A-23 y, tras pedirle apoyo al subdirector Nelson Aracena, logré una audiencia con el alcalde. Necesitaba implementos deportivos para mis compañeros. Después de una eterna fila de vecinas y vecinos, fue mi turno. El alcalde me recibió en su despacho con vista a calle Condell. Conversamos. Le conté de mi problema. Escuchó paciente a un joven que ni siquiera cumplía su mayoría de edad. Resultado: a la semana llegó una completa implementación deportiva al liceo.

Así era Hernán. Un hombre que daba todo de sí para intentar ayudar a los demás, aunque a veces no pudiera. Una persona que entendía el mundo de la pobreza y del desamparo como pocos, de quienes no tenían alcantarillado ni casetas sanitarias -lo que logró reducir en 10 veces- y que se conmovía profundamente. Por ello era tan querido, por ello sigue siendo tan recordado, porque reconocía a Cristo en cada rostro maltratado.

En sus últimos meses continuó colaborando con la Asociación de Municipios de la Región de Valparaíso, pero de manera ad honorem. ¿Cuántos pueden decir lo mismo?

Gianni Rivera Foo