SOS minorista ante el azote de la crisis
Ayuda urgente pide el sector que se debate, sin ingresos por la cuarentena, entre la pandemia y la caída económica. La queja de los dirigentes se focaliza en Valparaíso y Viña del Mar, que están en total confinamiento, lo que impide la apertura de los minoristas y frena la movilidad de los eventuales clientes.
Todo está conectado: la pandemia y la creciente caída de la economía que en el primer semestre del año llega al 14,1%, condicionada por una merma del 22% en el consumo. Eso en cifras macro, pero si las desmenuzamos vemos que uno de los sectores más afectados es el del comercio, los hoteles y los restoranes, con un derrumbe del 27%.
Y el comercio de la Región no escapa a esta crisis, especialmente el minorista cuyos dirigentes cifran en mil los negocios que están próximos a bajar sus cortinas definitivamente. Los cierres afectan directamente al empleo, al ingreso familiar. Los mismos comerciantes pierden sus entradas, desvinculan personal y prescinden de servicios y proveedores, lo que a su vez significa la pérdida de fuentes de trabajo.
José Padró, presidente de la Federación del Comercio Detallista y Turismo de la V Región advierte que "necesitamos ayuda urgente. Si estamos en cuarentena requerimos apoyo y no estar postulando a ayuda más todavía considerando que los negocios están cerrados por orden gubernamental". Dispara el dirigente contra la competencia de los supermercados, abiertos, y que venden de todo, lo que es cierto. Reafirman la idea Rodrigo Rozas, dirigente del comercio de Viña del Mar, y Marco Brauchy, presidente de los comerciantes de Valparaíso. Este último acusa que "la política pública ha privilegiado por sobretodo que la gran cadena, la gran inversión económica pueda seguir ejerciendo su derecho y en contrasentido las pymes y mipes estamos cerrados en un 95%". Una acusación opinable y una realidad. La queja de los dirigentes se focaliza en Valparaíso y Viña del Mar, en total confinamiento, que impide la apertura de los minoristas y, en teoría, frena la movilidad de clientes. Claro está que existe la alternativa del delivery, pero eso supone logística y comunicaciones que, generalmente, los detallistas no pueden asumir. En esta materia el retail se ha posicionado con fuerza, aun cuando en paralelo muchos detallistas hacen, exitosamente, esfuerzos en esa dirección manteniendo la fidelización de sus clientes, especialmente en el rubro alimentación. La solución al problema de los detallistas no está en limitar la actividad de los supermercados que con ventas presenciales o delivery están cumpliendo un rol importante. La solución está en una ayuda consistente a ese sector y su capacitación en los nuevos canales de venta. Está despachado un proyecto de ley reactivador en materia tributaria que, se estima, beneficiará a dos de cada tres pymes. Es una avance de resultado lento, pero esos comerciantes requieren recursos hoy, considerando son parte del tejido social que se debate entre la pandemia y la crisis económica, mientras miran de lejos los beneficios directos que, en buena hora, llegan a otros sectores.