El regreso de "La Regalona"
Si a la política local -tan sumisa a los instructivos de la "Capital del Reyno"- le faltaba sabor, no hay nadie como Carmen Ibáñez para ello. Su retorno a RN no parece una señal descabellada, sino todo lo contrario para un partido que, pese a su tamaño e influencia, ha dado ciertos visos de agotamiento en el último tiempo.
Sorpresa ha causado en la Región de Valparaíso el anuncio del regreso de la exdiputada y embajadora en Grecia del Gobierno de Piñera I, Carmen Ibáñez Soto, a Renovación Nacional, apoyando la candidatura del senador Francisco Chahuán a la presidencia del partido y salpimentando la política local.
Figura histórica de RN e hija del exdiputado del Partido Nacional Ibañista (que apoyaba la segunda elección presidencial de Carlos Ibáñez del Campo; no a sí mismo, se entenderá), Arturo Ibáñez Ceza, Carmen es también viuda de uno de los fundadores del partido, Domingo Godoy Matte, madre de una figura emblemática de la misma tienda, el exdiputado por la zona Joaquín Godoy, y suegra de uno de los personajes clave en la primera administración piñerista, Ignacio Rivadeneira, casado con la animadora de televisión María Luisa Godoy, e hijo de Ricardo Rivadeneira, otro de los históricos del partido.
Apodada "La Regalona" por su campaña a diputada en 2002 -en recuerdo a una recordada publicidad que protagonizó en los años ochenta en televisión para promocionar un vino familiar de la Viña Concha y Toro-, Ibáñez tuvo, además de su período como parlamentaria (2002-2006) y su derrota en la elección siguiente ante María José Hoffmann, sus últimas participaciones políticas como embajadora de Chile en Atenas (2010-2013) y una poco recordada incursión como agregada de prensa en Buenos Aires (2018-2019), cuya gestión se vio empañada por las protestas en su contra de parte de colectivos de artistas, un criticado apoyo a un recital de Luis Jara y su silenciosa partida después de la salida del exembajador Sergio Urrejola, renunciado después del cambio político que representó la salida del poder de Mauricio Macri en favor de Alberto Fernández.
Desde esos días se instaló en el balneario de Maitencillo, donde nunca ha perdido su afinidad por la política -ejercida a través de la opinión y entrevistas en su programa de Radio Agricultura ("Carmen Ibáñez conversa con...") hasta que fue reencantada por el senador Chahuán, quien seguramente recordó la traumática salida de Ibáñez del partido en 2013, cuando renunció indignada con el manejo del entonces presidente Carlos Larraín, para fichar por el promisorio, pero efímero, partido Amplitud, liderado por Lily Pérez.
A las puertas de un proceso histórico para el país (plebiscito constitucional de octubre, la elección de gobernadores regionales y municipales de abril, y las parlamentarias y presidenciales de fines de 2021), el regreso de Ibáñez a RN no parece una señal descabellada, sino todo lo contrario para un partido que, pese a su tamaño e influencia, ha dado ciertos visos de agotamiento en el último tiempo por la disparidad de criterios y falta de orden interno en las últimas discusiones nacionales. Al menos, no se muerde la lengua para establecer sus convicciones: postergar el plebiscito constitucional, al menos, hasta abril, y hablar sin tapujos de la desenfrenada crisis política que vive el país. ¿Tendrá interés en una candidatura?