"La idea más motivante es proyectar más jugadoras para Santiago 2023"
A pesar de la larga pausa que significó la aparición y propagación del temido coronavirus, la actividad deportiva no ha estado exenta de cambios y nuevos comienzos. A este fenómeno no ha estado ajeno el experimentado portero nacional de balonmano, Felipe Barrientos, ya que 2020 ha sido un año de replanteamientos y además, de nuevos desafíos.
El villalemanino, de 36 años, se enfrenta a un importante reto desde la banca, ya que el pasado 17 de agosto fue oficializado por la Federación Chilena de la actividad, como el nuevo director técnico de la Selección Chilena Femenina Juvenil. Un cargo que no le es ajeno del todo, ya que Barrientos cuenta con sendos pasos por el combinado nacional, formando parte de la Selección Cadete entre 2012 y 2015, de la misma Selección Juvenil entre 2016 y 2018 y como ayudante de la Selección Junior.
Hoy, con el título de "master coach", obtenido en España, y con más experiencia bajo el brazo gracias a su periplo como técnico del equipo femenino senior del Balonmano Zamora que culminó a mediados de marzo, por causa de la pandemia, el portero toma el desafío con una mezcla de motivación y humildad. "Estoy muy contento por esto, ya que si bien estaré a cargo de las juveniles, la idea es poder proyectar jugadoras para la selección adulta", aseguró.
- Hace unos meses, usted decía querer un desafío profesional a su regreso de España; y hace pocos días recibió la designación por parte de la Federación Chilena de Balonmano como nuevo técnico de la Selección Juvenil Femenina de Balonmano. ¿Cómo recibió este desafío?
- Me emociona, porque es la oportunidad de además de realizar esta proyección, poder encaminar a más jovenes con miras a ligas más competitivas como las que se juegan en Europa. También me motiva el hecho de que vuelvo a trabajar a Chile y la razón es la de estar en el cuerpo técnico con miras a los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. Entonces, esto responde a una proyección del trabajo de continuar sacando gente joven, nos motiva incorporar más jugadoras a ese proyecto de Santiago 2023 y también al extranjero.
- ¿Las metas en lo competitivo cambian teniendo en cuenta el escenario poco común que hay ahora, con pandemia y cuarentena en varias zonas del país donde están las seleccionadas?
- De hecho, hoy estábamos en el proceso clínico de tener que aplicarnos el PCR junto a ellas, a ver si nos autorizan el reintegro a las prácticas, por lo menos en la selección junior que tiene un calendario de competencias pronto, con el Mundial Junior. Pero hay un cambio ya que la pandemia ha tocado, todo. Ha tocado a nivel de calendario, ha tocado a nivel de preparación y a todos los niveles que podía tocar. Y en ese sentido, nos hemos enfocado en tener a la gente controlada por teletrabajo, con reuniones periódicas e intentando también no agobiar más de lo imprescindible, porque para todos es una situación delicada. Vamos a hacer lo mejor posible teniendo a la gente conectada a nivel de objetivos.
Dejando huellas
- Según comentaba el BM Zamora en sus redes sociales, su paso por el club "dejó huella". ¿Qué huella dejó en usted ese paso por España?
- Zamora para mí fue una experiencia excelente y de mucho crecimiento, especialmente en lo que en Chile no tenemos, que es lo competitivo. Allá me tocaba asumir fin de semana a fin de semana el tener buen nivel como técnico y jugador, y al final esa tensión te hace mejor en todos los aspectos. Por otro lado, de lo que pude haber aportado yo, creo que allá se hace un muy buen trabajo de la base, pero faltaba consolidar lo que era el equipo femenino adulto. En la segunda temporada, incluso, logramos hacer dos fichajes internacionales, una chilena y una argentina, y eso era novedoso para el balonmano femenino. La gente vio que mi compromiso era a fuego con el proyecto y se quedó con la imagen de alguien motivado.
- Usted apoyó en su periodo en España a Diego Soto, head coach de la selección femenina. ¿Cómo planean coordinar el trabajo hacia Santiago 2023 que parece ser el desafío más importante de la selección?
- Está pensado que hay algunos puestos que no están cubiertos con jugadoras adultas, por Junior, y ahí hay espacio para gente joven que se puede incorporar a ese proyecto de 2023. Estamos en ese proceso de formar jugadoras para que lleguen "medias hechas" a ese año. Cuando asumió Diego Soto, él entendió que uno de los que le podía orientar lo que se había hecho en el balonmano femenino era yo. Por suerte estábamos cerca, en la misma región de España, nos conocimos y me invitó a participar en la primera concentración. Desde ahí hay una colaboración que desencadenó en la oferta de retomar las labores acá en Chile y siendo un técnico al 100%, que es una condición que la actual directiva de la Federación permitió.
- Usted adelantó recientemente que pretendía dar matices al trabajo realizado con el jefe técnico. Considerando que el nivel de juego ha sido alto. ¿Qué matices de juego busca incluir?
- Es algo coordinado y que tiene una línea anterior. Yo no puedo hacer otro tipo de juego práctico a nivel ofensivo ni defensivo que no sea el establecido en conjunto o también guiado por el jefe técnico. En ese sentido hay un orden, pero los matices pueden ser la intensidad, la velocidad del juego, la idea de querer meter gol rápido. Son situaciones que obviamente todos los técnicos tenemos para manejar los partidos, pero los matices son los que al final hacen la diferencia de cada uno de los entrenadores, pero principalmente todo dentro de un orden táctico y más aún en el balonmano femenino, donde los matices son esas cualidades. Nosotros buscamos decantarnos por mucha velocidad, mucha carga de trabajo, ser un equipo aguerrido y que va por mucho. Se trabaja mucho el espíritu de sacrificio, tanto dentro como fuera de la cancha.
- ¿Representa esta pronta apertura una especie de "reencantamiento" con el balonmano para usted y sus dirigidas, después de esta intensa pausa que tuvo la actividad a causa de la pandemia?
- La parte anímica es la que se ve más favorecida con esta pequeña luz que se ve. Lamentablemente es un grupo reducido, de apenas nueve jugadoras, pero por lo menos esto le da esperanzas a todo el resto de las categorías y a toda la otra gente. Va a ser cosa de tiempo para que todos se vuelvan a incorporar. Es una tecla a nivel emocional muy importante, que la gente toma de buena manera a nivel motivacional. Pero lo más difícil es el aspecto físico, ya que a todos, incluyéndome y pensando como jugador, también se ha visto perjudicada la parte física. Entrenar en casa es difícil y ni hablar para una jugadora jóven. Yo creo que el retorno será clave para una puesta a punto, pero lo más importante será la prevención de lesiones. Si sacamos un reintegro sin lesiones en el primer mes, será un éxito, ya ni siquiera hablando de estar bien o mal físicamente.
"Además de hacer buena proyección, deseamos encaminar a más jóvenes con miras a ligas más competitivas como las europeas".
"Buscaremos ser un equipo veloz, aguerrido, con mucha carga de trabajo y con espíritu de sacrificio, tanto dentro como fuera de la cancha".
36 años de edad tiene el experimentado jugador y DT, actualmente enfocado en su último ciclo olímpico.
2 temporadas estuvo Barrientos en España, dirigiendo al equipo femenino senior del BM Zamora.
"