Salinas, falso dilema de parque o edificios
El diputado Rodrigo González, sin querer ofender a las universidades locales, postula un amplio debate sobre terrenos de expetroleras Hay un gran desafío para descendientes de don Anacleto, propietarios de los terrenos, para los urbanistas, para la Municipalidad y también para vecinos con voces y aportes imaginativos.
De los arrepentidos es el reino de los cielos y por eso el diputado PPD Rodrigo González se ha apresurado en precisar sus dichos sobre el informe en que se basó la aprobación del sistema de saneamiento de los contaminados terrenos de Las Salinas. El parlamentario aclaró que nunca quiso desprestigiar a los expertos de las universidades Católica de Valparaíso, Santa María y de Playa Ancha que habían visado el procedimiento propuesto por grupo Copec, propietario de los terrenos. Su posición, dice, era pedir un informe objetivo, independiente y por eso mencionó a la Universidad de Chile, sin "ánimo de menoscabo". Este nuevo informe se podría sumar al ya aprobado que fue solicitado por los propietarios del terreno y que se basa en el uso de bacterias que eliminarían restos de contaminación del predio de 16 hectáreas. González, más allá del sistema y los temores de algunos grupos y vecinos, propone un gran debate público "sobre el destino de esos terrenos, que miremos con amplitud el desarrollo de ese sector, que lo despejemos pronto, que lleguemos a consenso". Acusa que en la aprobación oficial unánime "no había ningunas conversación ni diálogo posible".
La verdad es que el uso de ese lugar exige un debate, que sin ser eterno como muchos que alimentan ciertos "negacionistas", estimule la creatividad abandonando el falso dilema parque o edificios. Hay que buscar que el destino de esos terrenos sea un aporte efectivo a la ciudad y no un problema y menos la pérdida de oportunidades. Se trata de un predio situado en el borde costero y sobre el principal eje de conectividad de Viña del Mar hacia el norte, una vía que en un futuro cercano será una nueva Avenida España. Por su ubicación puede ser un pivote para el desarrollo de los deportes náuticos, para una interconexión marítima con Valparaíso, o para un gran escenario costero, adicionando novedad a racionales usos inmobiliarios.
En fin, hay que poner propuestas sobre la mesa buscando emprendimientos que tengan una proyección urbana que supere el marco de 16 hectáreas del terreno y que no sean solo buenos negocios. Superadas las dudas sobre el saneamiento, hay que avanzar en ese debate con mirada global, desde un dron, que considere a la ciudad en su totalidad, sin que el uso de esos terrenos se convierta en un tapón para la vialidad, como tampoco en una "Línea Maginot" que bloquee la vista desde alturas posteriores. Hay un gran desafío para los descendientes de don Anacleto Angelini, propietarios de los terrenos, para los urbanistas, para la Municipalidad, para las universidades y también para los vecinos y organizaciones sociales con voces y aportes imaginativos. Es una gran oportunidad para Viña del Mar que se debe aprovechar con miradas positivas capaces de romper las pesadas cadenas de las consignas.