M. Singer: "Represento a todas las trabajadoras y trabajadores de la ópera"
CULTURA. La soprano fue elegida como Premio Nacional de Artes Musicales, siendo la cuarta mujer que lo obtiene desde 1992.
"La verdad es que es una emoción tan grande, tanto que tiemblo entera". Esas fueron las primeras palabras que dijo ayer la soprano Miryam Singer, tras recibir la noticia que se había convertido en la flamante ganadora del Premio Nacional de Artes Musicales 2020.
La también directora de ópera agradeció al jurado en el encuentro telemático que se hizo junto con los medios de comunicación, para luego asegurar que "uno siempre está parado sobre los hombros de gigantes. Y en este momento sólo puedo pensar en las gigantas que me precedieron", recordando a las tres únicas mujeres que antes que ella ganaron el mismo galardón: Margot Loyola (1994), Elvira Savi (1998) y Carmen Luisa Letelier (2010), quien precisamente fue una de las que conformó el jurado este año.
"Yo creo, sinceramente, que este es un reconocimiento inmerecido", sostuvo, consignando que "represento a todas las trabajadoras y trabajadores de la música, en particular de la ópera". Dijo, además, que se siente "llevando la bandera personal y colectiva de todas las mujeres", aunque advirtió que espero una nueva etapa "donde ya no existan estas diferencias (entre hombres y mujeres), a excepción de la biológica. Espero pertenecer a la última generación de mujeres que estaban al otro lado: ahora estamos todos juntos".
Gran trayectoria
El jurado decidió por mayoría -ante la ausencia de Rodomiro Huanca, cantor y lakita de Socoroma, por problemas de salud-, entregar el galardón a la cantante y actual directora de Artes y Cultura de la Universidad Católica y profesora del Taller de Ópera en el Instituto de Música UC.
En el acta se explicó que se le otorgó el premio por "su extraordinaria trayectoria nacional e internacional como cantante soprano y como académica. Además, se releva su sólida carrera creando espacios para el desarrollo de nuevos talentos musicales, quienes han tenido proyecciones internacionales".
"El jurado destaca, además, su capacidad como gestora y directora, productora y diseñadora, responsable de proyectos notables en torno a la escena operática nacional, fomentando desde este ámbito, el desarrollo de las artes y la cultura en nuestro país", leyó la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, quien presidió el grupo de jueces.
"Yo me siento demasiado pequeña para poder aceptar sola", comentó Singer. Por ello agradeció a su familia, maestros y a la Pontificia Universidad Católica de Chile.
La soprano comenzó sus estudios de canto en 1980, en la Universidad de Chile, con la maestra Clara Oyuela, y dos años después se recibió de arquitecta en la misma casa de estudios. En 1983 continuó sus estudios de canto bajo la tutela de la maestra Betty Boone en Atlanta. Entre 1985 y 1988 estudió con la maestra Aila Ernst en Zurich y luego con la maestra Sara Corti en Milán.
Su debut en Chile fue en 1984, con el maestro Juan Pablo Izquierdo, y a lo largo de su carrera cantó bajo la batuta de Irwin Hoffman, Michelagelo Veltri, Fernando Rosas, Francisco Rettig y Jaime Donoso, por nombrar algunos. Se despidió de su carrera de cantante el año 2009, con la interpretación de "Cuadros de la Colección Privada de Dios", del compositor Aharon Harlap, en el Teatro Municipal de Santiago, bajo la batuta del maestro Víctor Alarcón, para dedicarse enteramente a la realización de ópera, la docencia y la gestión de las artes.
Pero, entre medio, comenzó a incursionar en otros aspectos. En 2006 ganó un fondo del en ese momento Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, para realizar un innovador proyecto de incorporación de niños y adolescentes al arte de la ópera, y montó "La flauta mágica" de Mozart con la generación más joven de cantantes de ópera chilenos y llevó la producción en gira por siete colegios de la Región Metropolitana y la Quinta Región.
Nuevos espacios
Uno de los principios a seguir que ha marcado la vida laboral de Miryam Singer es abrir espacios públicos que no habían recibido a la ópera como la estación del metro Quinta Normal, el Teatro de la Oficina Salitrera Humberstone, la Quinta Vergara de Viña del Mar y la Plaza de Armas de Santiago, por nombrar algunos.
Respecto a la democratización del acceso, la premio Nacional 2020 comentó que "cuando uno tiene la posibilidad de decir 'yo quiero educar en algo', y en este caso en particular la ópera -como forma artística multidisciplinaria y como un paso más en lo que significa la complejidad del pensamiento humano y la riqueza de la creatividad humana-, obviamente uno lo único que quiere es que se abran esos espacios".
"Nosotros sabemos que para gustar de algo se necesita familiarizarse con ese algo, y eso viene cuando se producen muchas visitas; y para producir muchas visitas hay que proporcionar a las personas muchas veces, en muchas ocasiones, ese algo que queremos que conozca", explicó sobre los procesos de mediación.
"Las universidades tenemos mucho camino andado en el sentido que hemos formado durante muchos años una gran capa, una gran cantidad de cantantes, tenemos voces maravillosas", destacó la directora de ópera, añadiendo que la "calidad de producción vocal de este país va cada vez mejor".
Y recordó: "El año pasado se hizo aquí en Chile 'El caballero de la rosa', y nunca antes, jamás, en la institucionalidad operática de este país se planteó esa posibilidad, ni siquiera en sueños, y hoy día todo el repertorio se está haciendo con cantantes chilenos". "Tenemos una capacidad profesional extraordinaria", detalló Miryam Singer, puntualizando que "me siento responsable" de seguir "liderando" la apertura de espacios para llevar a los niños y jóvenes la ópera.
Por otra parte, la ministra Valdés destacó que "ver la emoción en sus palabras y escuchar su mirada sobre el rol de las mujeres y de los trabajadores y trabajadoras de la ópera en general, nos demuestra que la elección de Miryam Singer es la correcta, no sólo por su extraordinaria trayectoria como soprano y académica, sino también por su compromiso con la formación de talentos musicales, con sus alumnos, y por su gran experiencia como gestora cultural".
La soprano obtendrá un diploma, un monto cercano a los $22.000.000 y una pensión vitalicia mensual equivalente a 20 UTM por este reconocimiento, cuya fecha de ceremonia se dará a conocer próximamente.
"El jurado destaca además su capacidad como gestora y directora, productora y diseñadora, responsable de proyectos notables en torno a la escena operática nacional".
Consuelo Valdés, Ministra de las Culturas, al leer el acta
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