Hotel Mónaco: un clásico que busca recuperar su esplendor
El inmueble, que data de 1926, fue adquirido por el arquitecto y empresario Carlos Aguirre, quien avanza en la remodelación para un proyecto que en su primera etapa considera centro de eventos, un pub, sala de cine y heladería.
El Hotel Mónaco, construido en 1926 por el arquitecto Ítalo Cosmelli, es un símbolo de Quintero. El inmueble palaciego de tres pisos, con estructuras sólidas de concreto y maderas en paneles, en el que destaca su estilo europeo con rasgos neocoloniales y alpinos, cuyas mansardas falsas, aleros, techos de tejuelas y balcones mirando a la bahía, representa la época dorada del balneario. Sin embargo, el edificio ubicado en la intersección de las calles 21 de Mayo y Gregorio Arrieta que alcanza los 1.850 metros cuadrados, por años estuvo en estado de abandono y a punto de ser demolido. Hasta que el empresario Carlos Aguirre decidió adquirirlo y hoy está en plenas faenas para recuperarlo y desarrollar allí un proyecto que potencie el turismo.
Aguirre, arquitecto de profesión, cuenta que "llevo mucho años yendo a Quintero, porque tengo otras inversiones ahí y le creo mucho a la ciudad. Y estado hace mucho tiempo tratando de comprar el Hotel Mónaco, especialmente porque yo sabía que había muchas personas que querían demolerlo. Hice esta inversión justamente para rescatarlo y salvar este edificio emblemático (...) Fue un riesgo, por el momento que está viviendo el país y también porque no sabía cómo estaba estructuralmente. Por suerte estaba bien. Lo compré para rescatar un monumento de la comuna y me daba pena que lo fueran a demoler, porque es un edificio que representa el patrimonio de la ciudad, al cual los quinteranos le tienen mucho cariño".
El empresario adquirió el inmueble por una suma cercana a los $200 millones, cifra similar a la que está invirtiendo en su restauración, que considera la revisión y recuperación estructural de todo el primer piso, el zócalo y los locales comerciales laterales. La pintura mezclará el beige de las paredes con negro de las tejuelas, manteniendo el estilo del original. "No quisimos hacer mayores intervenciones arquitectónicas, incluso estamos rescatando las ventanas, para respetar el hotel como era. Solamente cambiando terminaciones y le agregamos baños donde no habían. También se cambiaron cañerías y las instalaciones eléctricas. Los pisos, que eran de madera y estaban inutilizables, se cambiaron por porcelanato. El hotel estaba hecho pedazos y se habían robado todo. Sacamos 40 camiones de escombros y materiales. Mantuvimos el acceso de mármol y lo que se podía utilizar, porque queremos rescatar la esencia del hotel, especialmente del salón de eventos".
El primer piso del hotel se convertirá en un salón de eventos y el subterráneo se habilitará como sala de cine y salón de exposiciones. Mientras que en el segundo y tercer piso hay habitaciones, que el nuevo propietario indica que se irán recuperando a medida que se vaya avanzando en la inversión. "Todavía no tengo muy claro que el segundo y tercer piso se convertirán en hotel o si se destinarán a un restaurant. Es algo que todavía no decidimos. En el subterráneo, en tanto habrá un pub, pues nuestra idea es llevarnos a Quintero la gente de Viña del Mar y Valparaíso, considerando la infraestructura preciosa del edificio, que tiene una vista preciosa y está al lado del mar".
Respecto a los plazos, el empresario señala que "el 1 de noviembre quiero terminar esta primera etapa, que considera el salón de eventos y los locales". q&p