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Iniciador del Samu relata su historia y expansión

SALUD. Médico Heriberto Pérez inició el Servicio en Viña del Mar, desde donde se extendió al resto de Chile y a otros seis países.
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Cristian Rojas M.

El Servicio de Ayuda Médica Urgente (Samu) tuvo su origen a fines de 1993 en Viña del Mar y luego se expandió al resto del país e incluso a Brasil, Argentina, México, Perú, Venezuela y Colombia, y su iniciador es el médico Heriberto Pérez, director del Programa de Medicina de Urgencia de la UV -donde estudió- y jefe de Regulación Médica del Samu del Servicio de Salud Viña del Mar Quillota, donde además es el encargado de emergencias y desastres, por lo que es miembro permanente del Comité de Emergencia Regional.

Debido a su experiencia, ha acudido a grandes desastres en diversas zonas de Chile e incluso otros países, como el último terremoto de Haití, y a raíz de su destacada trayectoria, en noviembre de 2018 la Sociedad Chilena de Medicina Crítica y la Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia le otorgaron el reconocimiento como Maestro de la Medicina de Urgencia en Chile.

"La medicina, tradicionalmente, es hospitalaria, no es prehospitalaria", explicó Pérez, visión que cambió a partir de los años 70 en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, países "donde se empezó a desarrollar el concepto de que había que salir de los hospitales e ir a buscar a los pacientes graves antes de llegar al hospital, y se demostró que daba buenos resultados".

Experiencia en francia

En Chile, agregó, "lo primero que se formó en cuanto a un sistema que apuntaba a eso fue lo que se llamó el Servicio Único e Ambulancias, en Santiago, el SUA, pero era más o menos básico y no cumplía con todas las exigencias que se estaban preconizando que debían tener estos modelos, entonces en 1990 empezamos a entrar en contacto con algunos países que habían desarrollado en forma importante el sistema de medicina prehospitalaria, y comenzamos a hacer un trabajo de intercambio cultural desde el Ministerio de Salud. Comenzamos a ir, desde Chile, a conocer la experiencia francesa, y vinieron franceses a Chile a asesorar y entrenar a los equipos que queríamos armar a nivel del país".

Así fue como a fines de 1993 "iniciamos el primer Servicio de Ayuda Médica Urgente (Samu) en Viña del Mar, que fue el primero que se implementó en Chile tal como debe ser un Samu y como se conoce hoy. Este modelo desarrolla, en primer lugar, el concepto de Regulación Médica, que es una central donde se reciben todas las llamadas de emergencia que hace cualquier persona que esté en el territorio nacional, cualquiera puede marcar el 131, donde hay operadores de radio y de teléfono que le van a dar un a prioridad a la llamada y se la van a pasar a un nivel médico que la está evaluando".

Pérez destacó que "eso fue un concepto pionero en su época, porque es tener a un médico sentado al teléfono recibiendo llamadas de urgencia, y estar definiendo qué es lo que tiene el paciente, cuál es la gravedad, cuál es la prioridad de cada una de las llamadas y dónde están los recursos necesarios para dar esa asistencia. Eso fue un hito, ya que tuvimos que derribar un paradigma dentro de la medicina, que dice que el médico no puede estar haciendo diagnósticos si no tiene al lado al paciente, lo está viendo y lo está palpando".

Asimismo, recordó que "nosotros hicimos las gestiones a nivel de las compañías de teléfonos y a través del ministerio, para que se activara el 131, y era importante porque el 131 es gratuito y en esa época no había teléfonos celulares, si no tenías fijo debías ir a un teléfono público en la calle, y antes de esto, si no tenías monedas no podías llamar a la ambulancia. Nosotros pusimos dentro de la región una red de radiocomunicaciones con seis repetidoras que cubrían las comunicaciones radiales desde Valparaíso hasta Petorca. De ahí en adelante, a nivel país se definió que en cada región debía haber un centro regulador".

El segundo componente de la medicina prehospitalaria son los equipos médicos que intervienen y que van a bordo de las ambulancias, las que se estandarizaron en cuanto a colores, equipamiento, fármacos e incluso el logo. "El concepto era transformar una ambulancia en una unidad de cuidados intensivos, lo que era impensable antes de 1993, más aún considerando que el Samu, además, contempla otros vehículos de emergencia, como helicópteros, lanchas en zonas fluviales, y en otros países incluso motos de avance rápido y drones", resaltó el urgenciólogo y médico internista.

Gran crecimiento

El servicio se ha perfeccionado a tal punto, que hoy "tiene traslado de neonatos, traslado pediátrico, acude a accidentes con múltiples víctimas, a emergencias químicas, a emergencias por delincuencia, emergencias complejas como las de violencia intrafamiliar", destacó Pérez, agregando que a raíz de su trayectoria en el área , hoy está "dirigiendo la beca donde se forman los médicos urgenciólogos, que aparte de trabajar en los hospitales, trabajan en los Samu. Ya llevamos varias promociones de egresados de la Universidad de Valparaíso que ahora están trabajando en el ámbito prehospitalario".

Los otros dos componentes del Samu son el equipamiento y la capacitación al personal, explicó el profesional, quien colaboró en la implementación de los Samu en Argentina, Perú, Colombia, México, Venezuela y Brasil. "Vinieron a Viña delegaciones de esos países y nosotros viajamos para allá varias veces, hicimos jornadas, seminarios y presentaciones, y se desarrolló muy fuertemente en Brasil, Argentina y México", recordó.

Aprendizaje en pandemia

Con respecto a la pandemia de covid-19, destacó que "hemos aprendido mucho desde el punto de vista sanitario, porque no nos había tocado vivir un evento de tanto impacto y en el que se cruzan temas sociales, sanitarios, médicos, comunicacionales, epidemiológicos, entonces es muy compleja y de largo aliento, y cuando dura mucho los equipos se van agotando progresivamente, por lo que tiene que haber relevo de gente. Ha sido una experiencia súper interesante desde el punto de vista del aprendizaje".

En ese sentido, destacó que Chile es uno de los pocos países que cuentan con una Unidad de Gestión Centralizada de Camas, en el que se pueden revisar las camas disponibles "en todas las UCI del país. Eso no lo tiene ni Estados Unidos, entonces, si tengo todas las camas ocupadas en la región, el sistema me dice, por ejemplo, que hay una en Talca. Y ahí viene todo el tema del traslado, cómo el Samu se las arregla para trasladar un paciente grave a esa ciudad".

" Vinieron a Viña delegaciones de esos países y nosotros viajamos para allá varias veces, hicimos jornadas, seminarios y presentaciones, y se desarrolló muy fuertemente en Brasil, Argentina y México".

Heriberto Pérez, Pionero del Samu en Chile

Tribunal pide nueva información a municipio y rodoviario de Viña del Mar

LICITACIÓN. Solicita informar al administrador sobre relación contractual entre ambas entidades, pagos y regulaciones.
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El Tribunal de la Libre Competencia (TDLC) solicitó nueva información al municipio de Viña del Mar y a la administración del Terminal de Buses de la ciudad, a fin de dilucidar si existe riesgos a la competencia en las bases de la licitación para un nuevo concesionario que se suspendió a fines del año pasado.

En agosto, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) solicitó al TDLC prohibir la integración vertical entre operadores de terminales de buses y empresas de transporte interurbano en la licitación del terminal de Viña del Mar y eliminar barreras competitivas existentes.

Esta semana el tribunal notificó a la municipalidad de su solicitud de identificar "al actual administrador del Terminal Rodoviario y a sus socios o accionistas", además de describir el giro del administrador y señalar "si se encuentra relacionado a sociedades que presten servicios en el mercado de transporte interurbano de buses". También pidió "los contratos y modificaciones correspondientes que den cuenta de la relación contractual" entre el municipio y el administrador, además de pagos anuales y consultó si éste regula la actividad del administrador.

Solicitó señalar "si en el Terminal Rodoviario todas las boleterías son concesionadas y luego arrendadas a empresas de servicios de transporte interurbano; o bien, si existen boleterías de propiedad de este tipo de empresas".

Asimismo, al concesionario pidió conocer detalles de cómo determina el acceso a la losa y el acceso a boleterías en caso de falta de capacidad, además de las salidas mensuales, pagos por operador y arrendatario, identificando a cada uno de ellos, entre otros.