¿Suspensión del Plebiscito?
El abogado y el exdiputado Gonzalo Ibáñez Santa María busca evitar por motivos sanitarios los comicios del 25 de octubre. Sendas misivas enviadas a este medio por parte de sus lectores coinciden con el abogado en la lógica de su demanda, aun cuando se quiera instalar un marcado sesgo derechista.
Sorpresa y no poco entusiasmo, hay que reconocerlo, causó el recurso de protección presentado por el abogado y exdiputado Gonzalo Ibáñez Santa María a la Corte de Apelaciones de Valparaíso, solicitando una orden de no innovar que impida la realización del próximo plebiscito constituyente del 25 de octubre, por el eventual riesgo sanitario que éste conlleva para la población.
En su escrito de 8 páginas, Ibáñez equipara la situación con la primera postergación que sufrieran tales comicios (del 26 de abril al 25 de octubre) a partir de un decreto del Ministerio del Interior y el Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe dictado por el Presidente Piñera el 18 de marzo, y prorrogado por noventa días el 15 de junio y, por el mismo lapso, el 12 de septiembre.
Por ende, afirma el abogado, "(...) para el Gobierno, las condiciones de calamidad y catástrofe públicas que nos afectan ahora no son obstáculo para realizar ese plebiscito como sí lo fueron seis meses atrás".
Dada la máxima relevancia del plebiscito en cuestión, Ibáñez también estima coartada su libertad de votación, en virtud de las cuarentenas, toques de queda, uso obligatorio de mascarilla y una larga lista de exigencias para vocales de mesa y electores, y una abierta violación a su derecho constitucional de vivir en un medioambiente limpio de contaminación (N° 8 del artículo 19 de la Carta Magna), acaso el antónimo de una aglomeración propia de un plebiscito.
No es todo. Asimismo, el abogado también utiliza a su favor las últimas declaraciones del desde hace algún tiempo errático ministro de Salud, Enrique Paris, quien se refirió a la inconveniencia de realizar el Festival de Viña del Mar en cinco meses más e incluso si estuviera disponible una vacuna para el covid-19.
Para finalizar, Ibáñez -viejo zorro- incluso entrega la solución para una nueva postergación del plebiscito, ordenado por disposición constitucional, y que debe necesariamente ser modificado a través de una reforma de la misma, acusando una grave omisión por parte del Presidente y ambas Cámaras del Congreso, contra los cuales interpone su publicitado recurso.
Sendas misivas enviadas a este medio por parte de sus lectores coinciden con el abogado en la lógica de su demanda, aun cuando se quiera instalar un marcado sesgo derechista en sus intenciones.
Y así, finalmente, aunque pueda terminar entrampándose un plebiscito necesario para el país, la Justicia tendrá la última palabra al respecto. Hasta el minuto, sin embargo, son el propio Gobierno y el Poder Legislativo los que con sus abiertas contradicciones le dan la razón a Ibáñez. Para qué hablar de los partidos y los políticos incumbentes. ¿O acaso el recurso presentado por la alcaldesa de Viña para aferrarse ciegamente al sillón de Arlegui es algo más presentable que éste?