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"El propio Ministerio realizó catastros en abril pasado para conocer la realidad de los trabajadores de la cultura y las cifras son alarmantes -sigue la directora ejecutiva del Parque Cultura-. Sólo a modo de ejemplo, del total de personas que respondió la encuesta el 85,1% son trabajadores (as) independientes y de ese total un 79,4% declara no tener un ingreso estable, eso requiere medidas que vayan en esa línea".
"Hay una sensación en el sector un poco de que no ha sido muy efectiva, y aparte la reducción de estas glosas también ha cohesionado incluso al Congreso de entender por qué no estamos con un presupuesto al alza en cultura", acota Federico Botto.
Nélida Pozo manifiesta que "nosotros sabemos que podemos contribuir a aminorar el desempleo que es el gran tema que atraviesa al mundo hoy y es por eso que tenemos la esperanza de que en la discusión parlamentaria se pueda ponderar el rol de la cultura en tiempos de crisis y se asuma que la cultura es un bien de primera necesidad y que aportará a la reactivación económica también".
Botto agrega que "hay un sector cultural que está en conversaciones, que está trabajando. Se creó una Bancada Cultural en el Congreso, donde hay parlamentarios de distintas comisiones, incluidas las de Hacienda, Educación y Cultura, que están trabajando colaborativamente para poder revertir este proceso".
En este sentido, adelanta Pozo, "ya tuvimos una primera reunión con la Bancada Cultural y hay un compromiso de revisar las partidas presupuestarias de Cultura, porque es un presupuesto que no se entiende mucho, y para que se haga un esfuerzo estatal mayor para este sector".
Ello considerando que "no solamente se nos redujo el 80 por ciento la actividad económica en nuestro sector, sino que además vamos a tardar mucho en reactivarnos. Por tanto, entendíamos que el 1 por ciento de la cultura era una búsqueda loable para poder reactivar el sector", sostiene Botto sobre la campaña realizada en la previa de la presentación del presupuesto.
Retroceso en la política
Otro aspecto que no deja de estar en la mira dice relación con la concursabilidad. El presupuesto considera $40.004.688.000 para los diversos Fondos, entre ellos los 1.099.694.000 pesos reasignados desde el presupuesto de Corfo para Audiovisual.
"Vemos que los Fondos Concursables tienen un leve aumento, 8, 7 por ciento (...) por tanto, además hay un foco en seguir profundizando la concursabilidad que ha sido siempre, en los últimos 10 años, el debate instalado porque funcionó súper bien desde los '90 en adelante, pero ya estábamos en la necesidad del siguiente paso para poder consolidar y darle sostenibilidad a los procesos artísticos", comenta Federico Botto, director de BAJ Valparaíso.
Para Nélida Pozo, directora ejecutiva del Parque Cultural, esta cifra apunta a que el presupuesto va en camino de potenciar la concursabilidad por sobre otro tipo de financiamiento. "El nuevo presupuesto incluye un Fondo de Emergencia Transitorio que desconocemos su objeto y su forma de ejecución, y suponemos que será para nuevos concursos dado que la respuesta que ha tenido el gobierno en esta crisis en cultura ha sido la concursabilidad".
Y hay otro tema a considerar que dice relación con la readecuación del Programa Otras Instituciones Colaboradoras (OIC). Según recuerda Pozo, la iniciativa "nació hace 5 años y buscaba precisamente dar estabilidad y sustentabilidad a muchas organizaciones e instituciones que debían concursar año a año para obtener recursos para su gestión".
"El año pasado el programa OIC, que estaba albergado en el gabinete del Ministerio y era a tres años plazo y con una renovación para darle cabida a organizaciones de la sociedad civil que cumplía con la política pública, se fusionó con un programa que está albergado en Ciudadanía, el cual busca intermediar y circular obras artísticas que se llamaba en ese tiempo Programa de Intermediación", detalla por su parte Botto.
Y acota: "Juntos crean una gran partida de recursos que lo que busca ahí es ir a una concursabilidad bianual de organizaciones, focalizado en la mediación y la circulación de obras. Pero abandona esa mirada de que la sociedad civil, organizada con foco en la educación artística, profundice en el desarrollo de la política pública de manera cercana al Ministerio y lo llevan a la concursabilidad extrema, la más tradicional por decirlo de alguna manera".
A esto se añade una rebaja en el presupuesto, algo que para Pozo es una medida que "detiene procesos de avance que se venían impulsando desde el Estado para abordar deudas históricas referidas al financiamiento cultural". Es más, lo califica como "un tremendo retroceso a la política cultural que ha implementado el Estado de Chile en los últimos años en miras a avanzar en una diversificación en las formas de financiamiento público y dista mucho de lo que requieren los artistas, las organizaciones e instituciones culturales y nuestro país que es estabilidad".