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Visiones cruzadas ad portas de los cuatro años de Sharp

A propósito de la autoevaluación hecha por el alcalde el fin de semana pasado, distintos actores desmenuzan lo que ha significado esta administración municipal para el Puerto. Con posiciones encontradas, describen avances y carencias de la administración actual.
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Positiva pese a las complicaciones que se han presentado y con varios desafíos por delante. Así puede resumirse la autoevaluación que hizo el alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, el pasado domingo en entrevista con este diario, donde repasó lo ha sido su primer periodo al mando de la ciudad, el cual, ciertamente, no ha estado exento de polémica y cuestionamientos a su figura, sobre todo durante el último año.

Y es que las críticas variadas de distintos sectores que le han atribuido tanto una falta de proyectos como el deterioro de la comuna, se profundizaron en medio del estallido social, donde los disturbios concentrados en Subida Ecuador y plaza Victoria, le valieron varios encontrones con dirigentes gremiales, quienes cuestionaban sus aprensiones al actuar de Carabineros en octubre y noviembre, y pedían una condena mayor a los hechos de violencia.

A esto se suman problemas administrativos que se fueron presentando en los siguientes meses, como fue el fallido concurso de directores de colegios, el cual fue anulado por Sharp luego de una serie de irregularidades detectadas por un informe de contraloría interna, como la falta de un ministro de fe en el proceso y conflictos de interés en la comisión que seleccionaba a los postulantes. Por si fuera poco, en el último tiempo se ha evidenciado un quiebre entre el jefe comunal y al menos ocho ediles, tanto por temas presupuestarios como por cuestiones de gestión interna, como cuando se pedía la renuncia del exadministrador municipal, Claudio Opazo.

Así y todo, en la conversación del fin de semana pasado, con miras a lo que espera sea su reelección en abril próximo, Sharp sostuvo que "este primer periodo ha sido de mucha agenda, básicamente por el estado calamitoso en que encontramos la municipalidad y esperamos que en un segundo momento todo lo que hemos sembrado y hemos trabajado, podamos cosecharlo por el futuro de Valparaíso".

Junto con esto, destacó avances de su gestión en participación de la comunidad, transparencia y redefinir las prioridades de la municipalidad, que fueron parte de sus promesas de campaña, además de acciones más concretas, como han sido el cambio en modelo de aseo o la red de servicios populares que ha implementado la denominada Alcaldía Ciudadana. "Sin duda, van a existir críticas, pero usted comprenderá que asumir un municipio con una deuda de miles de millones de pesos, tener que enfrentar incendios, la crisis social, la pandemia, lamentables derrumbes, es algo que dificulta cualquier gestión. Pese a eso, creo que hemos sabido sobreponernos a cada una de estas situaciones", aseveró el alcalde.

"debería renunciar"

Es indudable que la figura de Jorge Sharp genera opiniones divididas en la comunidad porteña, y mientras unos destacan los mismos elementos que resalta el alcalde -referentes a una mayor cercanía con la ciudadanía-, otros le cuestionan su manejo en términos administrativos, el estado en que se encuentra el Puerto y su no condena a la violencia.

En estos últimos, se encuentra el director ejecutivo de Fundación Piensa, Juan Pablo Rodríguez. "Recién elegido, en un bochornoso ataque de megalomanía, afirmó que, con su victoria, en Valparaíso 'se acababa el duopolio, se acababa la corrupción, se acababa la injusticia y se acababan las malas prácticas'. Por si el desafío fuera poco, lo prometió no sólo para Valparaíso sino que para el país entero", sostiene.

En la misma línea, Rodríguez afirma que "Valparaíso en todos esos aspectos está igual o peor que cuando él (Sharp) lo recibió". En esas aristas, el directivo apunta que "el olor a de corrupción y malas prácticas lejos de irse se ha intensificado", ejemplificando que "el corolario de una gestión plagada de escándalos es el reciente juicio de cuentas iniciado por la Contraloría, que pretende recuperar $931 millones desde la Cormuval, aparentemente desviados de los fondos destinados a mejorar la educación de los niños más desfavorecidos. Si Jorge Sharp se aplicara la vara que él usa para el resto, debería renunciar".

Rodríguez también dice que junto con "contribuir a la depresión del comercio y la huida de la inversión, esta administración carece de mayores obras públicas o de infraestructura de las cuales pueda dar cuenta. Así las cosas, pareciera que el principal mérito del alcalde ha sido construir un Valparaíso de fantasía que los porteños desconocen, pero que los santiaguinos admiran a través de la prensa nacional. Un holograma que muestra la decadencia del puerto principal como algo 'pintoresco'. Una venta de pomada tan buena que hasta hay quienes lo ven como candidato presidencial".

"Además, en los momentos más álgidos de la violencia callejera en Valparaíso, Sharp cumplió un rol más de agitador social que de alcalde, siendo obsecuente con la violencia y avivándola en la medida que fuera funcional al propósito de refundar nuestro país. El orden público no es patrimonio ni de la derecha ni de la izquierda, es una condición necesaria para el desarrollo de nuestra democracia. Quien contribuye a su erosión colabora con la destrucción de nuestra democracia", remarca.

SHARP DESTACÓ AVANCES DE SU ADMINISTRACIÓN COMO LA CERCANÍA CON LA COMUNIDAD -AVALADO POR ALGUNOS ACTORES LOCALE-, PERO OTROS LE ENROSTRAN ESCÁNDALOS ADMINISTRATIVOS DE SU GESTIÓN.

Nicolás Reyes Acevedo

reportajes@mercurio valpo.cl