Tecnologías para la actividad económica en la Región de Valparaíso: ¿estamos preparados?
La pandemia de covid-19 que nos afecta ha modificado hábitos y costumbres, pero también ha generado una redefinición en los roles laborales y de productividad.
El principal conflicto producido tras la explosión de la pandemia ha sido las consecuencias del confinamiento, y es que las restricciones de circulación como método para evitar la propagación del virus han provocado una serie de modificaciones en los hábitos y costumbres de todas las personas. Esta situación nunca vista nos obligó a buscar rápidamente una solución que ayudara a sobrellevar el encierro y sus consecuencias, para no descuidar nuestras rutinas de socialización, estudios, trabajo y comercio.
En este sentido, durante mucho tiempo existió la oposición al uso de la tecnología por ser una manera de reemplazar la labor de las personas y también por eliminar ciertos elementos del trabajo tradicional. Fue vista como un arma de doble filo, porque si bien nos ofrece mayor productividad y menos costos, también disminuye los puestos de trabajo e incrementa los números en cuanto al desempleo. No obstante, nos vimos obligados a dejar esta resistencia al cambio y acelerar el proceso de adaptación, y es que frente a una pandemia de estas envergaduras la tecnología nos ha abierto una ventana para mantener la estabilidad y establecer una forma de llevar a cabo el comercio y los negocios, así como también ofrecer nuevas experiencias y aprendizajes a las personas.
¿Pero cómo reaccionamos en la región? ¿Estábamos preparado para la tecnologización de nuestros procesos productivos? Recordemos que somos la segunda región con más alta densidad poblacional, siguiendo a la Región Metropolitana. Según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), las cifras para la tasa de desocupación regional en el trimestre móvil mayo-julio 2020 fue 13,8%, registrando un aumento de 5,2 puntos porcentuales respecto a igual periodo del año anterior. Los ocupados retrocedieron 22,4% en 12 meses, equivalente a 195.096 personas menos. En el descenso de los ocupados, entre las principales incidencias se encuentran los sectores de alojamiento y servicios de comida (-50,9%), construcción (-32,1%) y comercio (-26,3%).
Esta baja en el desempleo se debe obviamente a la crisis sanitaria, pero además se suma el hecho que los sectores productivos principales de la región no estaban preparados para la inclusión total de tecnología en reemplazo de labores presenciales. Tal como lo evidencia el Observatorio Laboral de Valparaíso (www.olv.cl), las principales ocupaciones laborales en la región son personal doméstico, vendedores y vendedoras de tiendas y almacenes, obreros y obreras, en otros.
Si analizamos los componentes de tecnologización en las actividades productivas de la región, podemos darnos cuenta de que, salvo el comercio y la educación superior, el resto de las ocupaciones no pudo operar a un porcentaje que permitiera impactar tan fuertemente la economía local.
Frente a lo anterior, un estudio del año 2017 de la consultora internacional McKynsey Global Institute, indicó que para el caso chileno se esperaba un reemplazo de 3,2 millones de empleos por sistemas automatizados en los próximos 20 a 40 años, proyecciones que claramente se modifican con nuestra realidad impuesta por el covid-19, lo que ha implicado acelerar los procesos de cambio y, como mencionábamos previamente, la resistencia a ellos ha ido en una baja natural producto de la emergencia.
Sin embargo, no es desalentador este panorama, pues si bien es cierto que hay un reemplazo de la mano de obra tradicional por la tecnología, estudios previos han demostrado que aumenta la productividad. Es decir, no hay un reemplazo total de la mano de obra, sino más bien una redefinición de los roles en las personas y, por ello, se plantea que es positivo en los ámbitos económicos, ya que se transforma en una oportunidad para la sociedad y el país al colocarnos en la delantera de estos procesos revolucionarios que ocurren pocas veces en la historia de la humanidad.
"La tecnología nos ha abierto una ventana para mantener la estabilidad y establecer una forma de llevar a cabo el comercio y los negocios, así como también ofrecer nuevas experiencias y aprendizajes".