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Rector de la PUCV fustiga los ataques incendiarios a iglesias

PROTESTAS. Claudio Elórtegui condenó el siniestro intencional de parroquia en Santiago, pues "afecta las creencias de una parte importante de los chilenos".
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Cristián Rojas M.

Una enérgica condena a las expresiones de violencia que se han visto en los últimos días hizo el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Claudio Elórtegui, quien lamentó especialmente el incendio a una iglesia en Santiago, señalando que afecta las creencias de quienes profesan la religión católica en el país.

Elórtegui quiso expresar "en primer lugar, un rechazo a toda forma de violencia, toda acción que signifique vulnerar la dignidad de las personas, los derechos humanos, evidentemente, pero también, con mucha fuerza, expresiones violentas tan brutales como las que vimos el día domingo, y en días posteriores también, que se han traducido en incendios que afectaron también a iglesias".

Aclaró que "no se trata de condenar solo los incendios de iglesias, sino también señalar lo grave que son estas manifestaciones, porque afectan las creencias de una parte importante de los chilenos. Ahora, eso se aplica, evidentemente, a cualquier manifestación de violencia que vulnere, que impida, por ejemplo, la libertad religiosa, de cualquier religión, en este caso la religión católica, y en mi caso, como rector de una Universidad Católica, no puedo menos que expresar el dolor y el rechazo frente a esta manifestación".

Eliminar el odio

En ese contexto, Elórtegui recordó "expresiones del cardenal Raúl Silva Henríquez en los años 70, en que él manifestaba que 'matemos el odio antes que el odio mate el alma de Chile'. Yo creo que esas expresiones de un hombre, para mí, muy admirado, se aplican a lo que está pasando".

En tal sentido, planteó que "muchos en Chile sentimos dolor, no solamente por el incendio de la iglesia, sino también por las manifestaciones de alegría, por ejemplo, cuando cae la torre de la Parroquia de la Asunción. Yo creo que eso es muy preocupante".

Consultado sobre su parecer respecto a que un cabo de la Armada -ya dado de baja- haya sido detenido en una barricada cercana a ese incendio, el rector de la PUCV sostuvo que "es especialmente condenable que funcionarios públicos, y en esta caso quienes tienen a su cargo la defensa del país, de la infraestructura, estén implicados allí, así que me parece muy bien que se tomen medidas como las que se están tomando en términos de sancionar ese tipo de conducta".

Rol en dictadura

En cuanto a las versiones que han circulado en redes sociales señalando que la iglesia incendiada habría sido ocupada en dictadura como centro de detención, Elórtegui dijo desconocer aquello y, por el contrario, destacó que "toda la información que yo tengo es que la Iglesia Católica cumplió un rol ejemplar en la dictadura, en defensa de los derechos humanos. Si hubiera algo de eso que circula en redes sociales, igualmente parece una muy mala justificación, cuando además han pasado 30 años desde que terminó la dictadura".

En ese sentido, recordó que instituciones de la Iglesia Católica como la Vicaría de la Solidaridad acompañaron a víctimas de la dictadura en "momentos muy duros, muy difíciles, por las vulneraciones a los derechos de las personas que hemos conocido, así que no podemos olvidar a este respecto el rol que jugó en defensa de los derechos humanos, y siendo en ese momento la voz de los que no tenían voz".

"Violencia es enemiga de la democracia"

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Consultado sobre si teme que estos hechos puedan generar temor en parte de la población y eso atente contra una participación masiva en el plebiscito, Claudio Elórtegui planteó que "en una instancia tan fundamental como este plebiscito se requiere la mayor asistencia de todos los ciudadanos a hacer uso del derecho que tienen a expresarse, en este caso a través de una herramienta tan propia de la democracia como es el voto". En tal sentido, hizo hincapié en que "la violencia es enemiga de la democracia, por eso hay que cuidarla, y esa es una razón adicional para condenar la violencia. No hay alternativa a la democracia, con todos los defectos que esta pueda tener, y la violencia es la principal amenaza al régimen democrático".

Mientras se encienden las iglesias, no se puede apagar nuestra voz

Francisco AvelloAutor del libro HDiosO "La Fórmula de la Vida Eterna" Padre Enrique OpasoDiócesis de Valparaíso
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No cabe duda de que los acontecimientos transcurridos en los últimos días, en el marco del primer aniversario del inicio del estallido social, son el fiel reflejo de lo que no queremos como sociedad. La falta de tolerancia, la falta de ideas y la resistencia al diálogo, fueron expresadas a través de la violencia y el terror que hoy nos golpea. Resulta paradójico que a plena luz del día sea incendiada la casa de, justamente, aquellos que en ella buscan paz.

Un grafiti en una de las iglesias incineradas decía: "El nazareno tiene que morir". Como de costumbre, los enemigos de la Iglesia son ambivalentes, no creen en un Jesucristo vivo, muerto y resucitado, pero creen que debe morir, es decir, aceptan que ¡Jesús está vivo!, e intentan asesinarlo quemando los templos como si estos fueran la Iglesia.

Con distancia se puede evidenciar que no tienen ni idea de lo que hacen y que esas manifestaciones son, simplemente, actos de terror y vandalismo que buscan únicamente generar miedo e imponer una posición. Si estos manifestantes quieren acabar con la Iglesia, deberían quemar la fe de los creyentes, puesto que la Iglesia somos todos quienes pertenecemos a ella y, en ésta, siempre brillará la luz de la esperanza de Quién ha vencido a la muerte.

El mundo moderno está pasando por un momento de incertidumbre, desolación y oscuridad, empujado por un sector radical de la sociedad que busca apagar las voces de quienes piensan distinto y lo hacen incitando al odio, la violencia y la intolerancia a través de estos actos de terror alegando defender la justicia por sus propias manos.

Seríamos ciegos si no fuéramos capaces de ver con claridad la desigualdad, la falta de equidad y las brechas sociales que existen en nuestro país, pero no podemos permitir que las legítimas demandas sociales sean instrumentalizadas por las vías de hecho, justificando la violencia y el terrorismo.

Tenemos la convicción plena que el pueblo chileno quiere construir un país equitativo en donde la justicia y el bienestar social esté garantizado para todos, trabajando unidos en lo fundamental, respetando la libertad y el derecho a pensar diferente.

Como cristianos, en estos momentos de inseguridad, angustia y dolor, tenemos un desafío mayor que es el de hacer brillar la luz que Dios ha puesto en nuestros corazones anunciando el mensaje un amor, esperanza y reconciliación que nos permita superar estos momentos de dificultad e injusticias, tal como lo señala el Evangelio.

"Ustedes son la luz del mundo: ¿cómo se puede esconder una ciudad asentada sobre un monte? Nadie enciende una lámpara para taparla con un cajón; la ponen más bien sobre un candelero, y alumbra a todos los que están en la casa. Hagan, pues, que brille su luz ante los hombres; que vean estas buenas obras, y por ello den gloria al Padre de ustedes que está en los Cielos". Mateo 5, 14-16

Finalmente, no podemos tener miedo y quedarnos callados como sociedad en medio del caos y el terror que nos pretenden imponer a la fuerza. Todos los sectores de la sociedad debemos condenar estas expresiones, ya que de otra forma el silencio nos hará cómplices. Por tanto, el llamado es, aún en medio de la confusión que intentan imponernos unos pocos, a que mientras se encienden las iglesias, no se puede apagar nuestra voz.

Hombre muere tras caer desde octavo piso al intentar escapar de Carabineros

VIÑA DEL MAR. Su pareja lo había denunciado por violencia intrafamiliar.
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Conmoción había ayer entre los residentes del edificio Hanga Roa, en Viña del Mar, tras presenciar la trágica muerte de uno de sus vecinos, tras caer desde un octavo piso al intentar escapar de Carabineros en un procedimiento de violencia intrafamiliar (VIF).

Momentos antes, la pareja del fallecido lo había denunciado de una supuesta agresión, motivo por el cual llegaron hasta el recinto, emplazado en plena avenida San Martín, motoristas de la Primera Comisaría.

Mientras adoptaban el procedimiento, el imputado intentó escapar colgándose desde una baranda interior, precipitándose al vacío en medio del impacto de quienes presenciaron el dramático hecho.

La fiscal Carolina Monsalve detalló que "estando Carabineros en el inmueble, por el procedimiento por VIF, el imputado cayó desde un octavo piso, resultado con lesiones graves que le ocasionaron la muerte, momentos más tardes, en el Hospital Gustavo Fricke".

La BH de la PDI realiza diligencias para esclarecer las circunstancias en que ocurrieron los hechos.