Jardines infantiles particulares claman por ayuda del Estado
CRISIS. Por la pandemia no han podido abrir desde marzo, lo que ha llevado a cientos de ellos a la quiebra, dejando cerca de 3 mil cesantes a nivel nacional.
Una dramática situación están viviendo los jardines infantiles particulares, ya que debido a la pandemia no han podido abrir desde marzo, lo que ha traído consigo una serie de cierres definitivos y los consiguientes despidos, por lo que claman por un apoyo del Estado que, afirman, aún no ha llegado.
La coordinadora nacional de la Federación Nacional de Salas Cunas y Jardines Infantiles Particulares, Ana Ramírez, detalló que "el 98% de los sostenedores de jardines particulares somos mujeres, hay muchas que quedaron en el camino, algunos jardines emblemáticos, de más de 20 años de funcionamiento. No hemos recibido apoyo por parte del Gobierno, salvo el ofrecimiento de créditos Fogape y de Sercotec, en cuyo fondo Reactívate ninguna de nuestras sostenedoras quedó seleccionada. mientras que a la gran mayoría el banco le rechazó el crédito Fogape, y las que pudieron tomarlo, hoy están arrepentidas, porque el tiempo de gracia de seis meses ya se acaba y tienen que comenzar a pagarlo. Sin funcionar, ¿cómo lo pagan?".
Precisó que a nivel nacional tienen 440 jardines afiliados a la Federación, 250 de los cuales ya han cerrado, dejando a alrededor de 3 mil cesantes. Y los que aún sobreviven "necesitamos el apoyo, porque si no, no nos queda mucho tiempo", advirtió, agregando que "son aproximadamente 115 mil niños que van a quedar sin jardín".
90% de merma
En tanto, la coordinadora regional de la Federación, Mildred Jaramillo, quien es sostenedora del jardín infantil Florentina, ubicado en 2 Norte, Viña del Mar, y que corre el riesgo de cerrar luego de 34 años de existencia, expuso que "los jardines particulares han visto mermados sus ingresos en casi un 90%, mientras la Superintendencia de Educación y la Subsecretaría de Educación Parvularia nos exigen hacer grandes inversiones para tener el reconocimiento oficial y autorización de funcionamiento, por el cambio de ley, entonces el escenario se ha ido complejizando mes a mes".
Frente a ello, agregó, "en abril pedimos apoyo del Estado, el cual pasó por ambas cámaras del Congreso y se aprobó un proyecto de resolución para subsidio de emergencia, pero el Ejecutivo lo dejó ahí, sin visarlo".
Por su parte, Tamara Harb, sostenedora del jardín infantil Hopipola, ubicado en Agua Santa, Viña del Mar, expuso que "los jardines infantiles particulares estamos en una crisis súper grande por la pandemia, en marzo la mayoría de los alumnos se fueron, los papás dejaron de pagar, y para jardines no hay ninguna subvención, ningún subsidio, no hay nada, y las supuestas soluciones que ha ofrecido el Gobierno no han servido de nada, como el crédito Fogape, donde el Banco Estado negó casi todos los créditos, o daba un cuarto de lo que uno pedía, porque a los jardines infantiles, como política de banco, no les prestan plata".
Frente a esa situación, advirtió que "la mayoría está a punto de cerrar, me incluyo, y varios ya han cerrado, y además hemos tenido que meter a todo el personal a la Ley de Protección al Empleo, pero ya a estas alturas, seis meses después, les están pagando una porquería, como a la directora, que ganaba un millón de pesos y ahora recibe $200 mil, entonces la gente ya no puede vivir con eso, se han empezado a buscar otros trabajos, como la directora, que ahora está cuidando niños en casas, porque no tiene otra forma de ganarse la vida; otra se puso a hacer pasteles".
Harb, quien tuvo que despedir a cuatro personas y tiene a otras tres en la Ley de Protección al Empleo, lamentó que "el despido de gente que hemos tenido a nivel de jardines particulares es brutal, entre 300 y 400 mujeres, en general, ha sido espantoso, y hay cero apoyo del Gobierno, que incluso se ha puesto a fiscalizar en cuarentena, fiscalizaciones que este año cambiaron y son brutales, te piden que inviertas en infraestructura y una serie de otras cosas, pero apoyo a nivel ministerial o gubernamental, ninguno, así que la crisis es fuerte, casi todos los jardines que aún no hemos cerrado, ya estamos a punto de hacerlo, no hay ninguno que esté bien".
Caravana y carta
El complejo escenario las llevó a organizar este miércoles una caravana desde 1 Norte, en Viña del Mar, hasta el Congreso, en Valparaíso, donde le entregaron una carta al presidente de la Comisión de Educación del Senado, Jaime Quintana, en la que le exponen que "a nivel nacional, a julio de 2020, el 74% de los recintos particulares no estaba recibiendo mensualidades y un 73% de las familias había retirado a los niños y niñas del sistema. A la fecha, nos atrevemos a señalar que dichas cifras se acercan al 95%".
En la misiva plantean que es "de vital importancia se nos otorgue de forma urgente un subsidio directo a nuestras salas cunas y jardines infantiles, para efectos de inyectar con la mayor celeridad posible recursos a nuestra instituciones".
En ese contexto, Harb puso como ejemplo que "yo, como jardín particular, tenía alrededor de $20 millones de ahorro, y hoy día le debo $6 millones al banco, ya que todo lo he tenido que gastar en mantener el jardín, el arriendo, las cuentas y algunos profesionales que tuve que mantener".
"El 98% de los sostenedores de jardines particulares somos mujeres y muchas quedaron en el camino".
Ana Ramírez, Coordinadora nacional Federación Jardines Particulares
"El Congreso aprobó un proyecto de resolución para un subsidio de emergencia, pero el Ejecutivo lo dejó ahí".
Mildred Jaramilo, Coordinadora regional Federación Jardines Particulares
"La mayoría está a punto de cerrar, me incluyo, y varios ya han cerrado. (...) No hay ninguno que esté bien".
Tamara Harb, Sostenedora del, jardín infantil Hopipola