Sería una señal extrañísima para las personas más afectadas
"No soy partidaria del proyecto de ley de amnistía. Creo que los chilenos estamos aburridos de la violencia y el vandalismo, la inmensa mayoría condenamos la destrucción. Si bien entendemos y apoyamos las manifestaciones pacíficas, no podemos permitir que los actos de violencia destruyan nuestra democracia. Son los Tribunales de Justicia los que tienen que resolver, con pruebas, con un debido proceso, y con todas las garantías que les franquea la ley a las personas detenidas. El Poder Ejecutivo solo podría intervenir a través de un indulto, lo que sería una señal extrañísima, por ejemplo, para los pequeños comerciantes que perdieron sus negocios y emprendimientos y también para la gente que quedó sin trabajo, no me imagino al Gobierno facilitándole el vandalismo a los violentistas, sería como premiar la violación de la ley para promover el caos. Respecto a la diferencia entre desórdenes y daños graves o incendios, esa distinción la hace la ley y las penas son muy distintas. Hay que considerar que los desórdenes en que se cortan calles y se impide la circulación de las personas son el caldo de cultivo perfecto para el vandalismo. Creo que serían más disuasivas condenas a trabajos comunitarios que a penas bajas por las que en la práctica ahora están dejando en libertad a los vándalos. Eso le deja a la ciudadanía una tremenda sensación de impunidad para los violentistas, y de desamparo en quienes sufren los efectos de la violencia.
En lo que respecta al proyecto sobre negacionismo, creo que la libertad de expresión debe respetarse siempre, sin ambigüedades. Todos tenemos derecho a opinar distinto, a tener opiniones y visiones que para otros pueden ser equivocadas, y esa discusión abierta es parte de la democracia y del estudio de la historia. Además, la ley ya establece mecanismos para sancionar los abusos de la libertad de expresión, como la obligación de indemnizar e incluso penas de cárcel.
Lo que debemos enseñarle a los jóvenes es a opinar libremente, con respeto, y a hacerse responsables de sus dichos, pero hacerlos callar sobre ciertos temas a priori no es parte de nuestra tradición democrática. Respaldo la resolución del Tribunal Constitucional que acogió el requerimiento de un grupo de legisladores, porque su deber es fallar en base a argumentos jurídicos, con un espíritu republicano y no político. En los países en los que no se puede opinar libremente se va imponiendo una verdad oficial que es manipulada por las autoridades de turno, primero pierden el debate democrático y luego la democracia misma. Los chilenos queremos cambios para mejorar nuestro sistema democrático, no para reemplazarlo por sistemas más autoritarios, que imponen lo que se puede decir o pensar". 2
En los países donde no se puede opinar libremente (..), primero pierden el debate democrático y luego la democracia misma".
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