"Condiciones extremas deben estar consideradas en PGE y T2"
Una de las múltiples consecuencias derivadas del cambio climático apunta a la actividad portuaria y en la zona central se ha sentido con fuerza. Y así lo reflejan claramente las cifras que muestra una evolución al alza en cuanto a los días que los terminales no pueden operar debido a las marejadas.
Así lo consigna también un estudio dirigido por el académico de la Escuela de Ingeniería Civil Oceánica de la Universidad de Valparaíso (UV), Patricio Winckler, en el cual se hace un diagnóstico de la situación actual que enfrentan los principales enclaves del país, incluyendo los de la región, que son los que mueven la mayor cantidad de carga, siendo claves para el comercio exterior de Chile.
Pata tener una magnitud del problema que esto representa, solo durante este año el puerto de San Antonio ha debido realizar cerca de cuarenta cierres de puerto, lo cual provoca trastornos importantes pues "muchos de esos buques se han debido desviar a Valparaíso, causando complicaciones en la operación logística y costos adicionales en la transferencia de carga".
"El problema es que en la zona central hay pocas bahías abrigadas en forma natural y los puertos de Quintero, Valparaíso y San Antonio tienen un grado de abrigo parcial ante las marejadas generadas frente a la zona central de Chile", subrayó.
Impacto económico
"Los cierres de puertos generan un impacto económico altísimo a los armadores de las naves, concesionarios, empresas que conforman la cadena logística y, a fin de cuenta, a quienes compramos los productos", comentó el académico, que también considera que estas variables deben ser consideradas a la hora de la evaluación de las iniciativas.
Instrumentos de regulación como el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental debieran incorporar explícitamente la evaluación de los impactos asociados a cambios en las marejadas y nivel del mar, además de los potenciales efectos de erosión costera y aquellos sobre la dinámica del litoral", explica.
- En el caso de los puertos de la zona central, en los últimos años se han dado muchos desvíos de naves hacia Valparaíso por este tema.
- Valparaíso tiene condiciones naturales de abrigo proporcionadas por la Punta Ángeles, que reducen bastante el oleaje en las zonas de fondeo de las naves cuando el oleaje viene del suroeste. Adicionalmente, el molo de abrigo protege la dársena portuaria y los sitios de atraque, lo que en conjunto hace que sea un buen emplazamiento portuario, salvo cuando las marejadas vienen del noroeste. San Antonio también tiene un rompeolas de abrigo pero la zona de fondeo y el sitio de embarque de los prácticos está expuesto al oleaje de todas las direcciones, lo que reduce su disponibilidad.
-¿Es indispensable que futuros desarrollos como el PGE y el Terminal 2 (T2) consideren estas variables en sus construcciones para mantener la operatividad en sus servicios?
-Absolutamente. El diseño portuario debe garantizar la seguridad de la nave, los tripulantes y la carga desde que la nave se aproxima al puerto hasta que zarpa a su próximo destino. De seguro las condiciones extremas de oleaje están consideradas en el PGE y el Terminal 2, pero desconozco si dichas variables se han proyectado durante la vida útil de ambas, en el contexto de un clima cambiante.
Tomar medidas
- Mientras esto ocurre, ¿se pueden disminuir de alguna forma la cantidad de días que los puertos permanecen cerrados?
- Los cierres de puerto pueden reducirse mediante un conjunto de medidas de corto plazo, como la generación de pronósticos y registro de las variables ambientales en las zonas portuarias, la optimización de los procedimiento de asistencia a las naves durante las maniobras de atraque y el uso de sistemas dinámicos de amarre una vez que la nave está atracada, entre otros. A largo plazo, es posible hacerlo mediante mejoras en la infraestructura a costos, no obstante, bastante elevados.
- ¿Piensa que los puertos chilenos, por la escasez de abrigo, pueden verse más afectados que otros puertos de la costa oeste de Sudamérica?
- Por el lado Pacífico, los puertos de Chile son relativamente cercanos a las zonas de generación de oleaje. Eso, sumado al hecho del escaso abrigo que ofrece una costa abierta producto de la tectónica que la modela, explican la alta exposición de nuestros puertos a las marejadas. Perú, Ecuador y Colombia tienen climas de oleaje bastante más moderados que el nuestro.
"El diseño portuario debe garantizar la seguridad de la nave, los tripulantes y la carga desde que la nave se aproxima al puerto hasta que zarpa a su próximo destino".
"Los cierres de puerto pueden reducirse mediante un conjunto de medidas de corto plazo, como la generación de pronósticos".