Andrea, la oferta de un "corazón social"
María José Hoffmann, la flamante secretaria general de la UDI, califica a la candidata oficialista como una carta "imbatible". Separando aguas de la administración Reginato, para la dirigente gremialista lo importante es evitar una debacle y mantener el sillón de la casa consistorial de calle Arlegui, llena de goteras, con cobradores golpeando a la puerta y en la mira de la Contraloría.
Con una foto en el mirador de la avenida Padre Hurtado como prueba documental de unidad se selló el nombramiento de Andrea Molina como la candidata de Chile Vamos para la codiciada alcaldía de Viña del Mar. Posaron allí la candidata junto a parlamentarios locales de RN, UDI y el diputado Pablo Kast, del esquivo Evópoli, partido que, finalmente, dio el sí a Andrea. Estuvo presente, además, Virginia Reginato, alcaldesa saliente.
El acuerdo no fue fácil y dejó en el camino a figuras locales como Macarena Urenda y Jaime Varas, pero el oficialismo, luego de cálculos y sin esas primarias que dejan muertos y heridos, optó por Andrea Molina.
Para María José Hoffmann, diputada y nueva secretaría general del gremialismo, "Andrea tiene un corazón social que Viña necesita. Y haber logrado que todo Chile Vamos se ponga detrás de ella tiene que ver con que un 'sharpazo' en Viña podría ser un desastre". Insiste en la experiencia de Andrea en la Región, fue diputada, y en su vocación social, concluyendo en que es "una candidata imbatible". Pensando en los sectores medios, votos clave en Viña del Mar, afirma la dirigente UDI que "Andrea es una persona de origen sencillo, es hija de profesores y esa empatía es la que la va a convertir en alcaldesa, sin ninguna duda".
Con estas declaraciones y otras de la misma Andrea Molina, la UDI, con elegante frialdad, se separa de la administración Reginato. ¿Acaso la "tía Coty" no tuvo el corazón social que late en Andrea?
Bueno, así es la política y para María José Hoffmann lo importante es evitar una debacle y mantener el sillón de la casa consistorial de calle Arlegui, llena de goteras, con cobradores golpeando continuamente a la puerta y en la mira de la Contraloría.
Pero una cosa es la unidad cocinada a fuego lento y otra es saber quién será el adversario en las urnas. El capital conocido de la UDI corresponde a la elección municipal de 2016, en que triunfó nuevamente Virginia Reginato con 44.299 votos, 59,93%, superando al DC René Lues que logró 24.155, un 32,31%.
¿Podrá Chile Vamos mantener esa categórica supremacía con una candidata que, más allá de sus méritos, juega "de visita", como escribe en una columna en este Diario el doctor en historia Gonzalo Serrano? Además, el columnista tiene el mal gusto de recordar la elección de 2009, en que el UDI Joaquín Lavín, con todos sus pergaminos, perdió la senatorial postulando por Valparaíso, siendo barrido por el local Francisco Chahuán, quien ahora posó generosamente en la proclamación fotográfica de Andrea Molina.
Las dudas comenzarán a despejarse el próximo mes, cuando deban estar inscritos todos los candidatos para las elecciones del 11 de abril de alcaldes, concejales, gobernadores regionales y constituyentes, donde el voto cruzado puede ser factor dominante.