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Transformación digital del Estado: tareas pendientes

En un contexto de pandemia y restricciones de movilidad en distintos sectores del país, el Gobierno se pone en marcha para traspasar sus servicios y comunicaciones a un entorno digital, afrontando posibles ataques cibernéticos. Los desafíos son mayúsculos.
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Los recursos han sido la piedra de tope en el ritmo de avance de la transformación digital del Estado, que debería concluir el año 2024, pero al cual se le han destinado insuficientes fondos, en circunstancias que a causa del teletrabajo generalizado impuesto por la pandemia el cambio cultural que demanda ese proceso se adelantó en una década.

Así lo estima el senador por la Región de Valparaíso Kenneth Pugh (Ind/RN), quien indica que "la inversión en transformación digital del Estado es bajísima", puesto que según una proyección inicial "se debiera invertir al menos unas mil veces más que lo que se señala. Así, si se provisionaron cuatro millones de dólares, al menos se requieren 4.000 millones" para lograr la meta dentro del plazo.

La iniciativa radica en traspasar los servicios públicos a plataformas digitales con el fin de agilizar los trámites de la ciudadanía, así como de prevenir el uso del papel. El traslado tendría inicio el próximo mes de mayo con la administración central del Estado, la Contraloría, las Fuerzas Armadas, los gobiernos regionales y las municipalidades siendo los primeros organismos en recibir los cambios.

El proyecto, no obstante, no se limita a sólo esto. Además, contempla un cambio en las comunicaciones internas entre organismos, con la creación de la plataforma DocDigital. Según la Dirección de Gobierno Digital del Ministerio Secretaria General de la Presidencia (Segpres), dicha transición a la plataforma deberá ser completada a finales del próximo año, con la interoperabilidad entre instituciones completamente operacional el año 2024.

Sin embargo, no es una medida que ha emergido en el corto plazo, es más, es algo que se ha quedado en el tintero desde enero del 2019, con el anuncio del Instructivo de Transformación Digital, el cual planificaría el traspaso. El presidente Sebastián Piñera comunicó en ese momento que "estamos absolutamente comprometidos con dar una lucha frontal para que el Estado de Chile sea un Estado moderno, eficiente, transparente (...). Queremos hacer la vida más simple para los ciudadanos, y a eso apunta la modernización del Estado en que estamos comprometidos".

Sistema robusto y seguro de interoperabilidad

El senador Kenneth Pugh, quien ha centrado su labor parlamentaria en esta área, se refiere a las dificultades que ha encontrado el Estado para poder concretar el traslado, haciendo notar que al ser una entidad con más de un millón de personas desplegadas en más de 700 subdivisiones, no tiene una cultura homogénea en lo relacionado con el mundo digital, con algunas unidades que aún utilizan el papel físico en la gran mayoría de sus operaciones, mientras otras ya han realizado el cambio.

"La dificultad mayor es establecer un sistema robusto y seguro de interoperabilidad entre todos estos organismos, no sólo a nivel técnico con una plataforma abierta que permita trazabilidad e integridad de la información y que garantice la "confianza digital", entendiéndola como aquella que permita dar certeza jurídica a los actos digitales del Estado, las personas (naturales y jurídicas) e incluso los dispositivos", señala.

Digitalización en lentas oleadas

Por su parte, Ricardo Seguel, profesor de la Facultad de Ingeniería y Ciencias, y director académico del Magíster en Ciberseguridad de la Universidad Adolfo Ibáñez, añade que el proceso ha sido en realidad mucho más extenso de lo que se podría imaginar, y que sus primeros pasos se remontan a hace cuatro décadas.

"La digitalización del Estado ha venido en olas bastante lentas: la primera en el período comprendido entre los años 80 hasta el 95 con la adopción de tecnología de apoyo a los procesos manuales, del 95 al 2010 con la adopción de las tecnologías web para ampliar los canales de atención y servicios del Estado a los ciudadanos, del 2010 al 2020 con la automatización de procesos para dar más rapidez a los servicios y canales de atención, y del 2020 en adelante la adopción del trabajo remoto", expone.

la diversidad es grande entre los organismos del estado, donde algunos servicios continúan utilizando papel y timbre para los trámites que concurren a realizar los usuarios

Diego Olguín Bustamante

reportajes@mercurio valpo.cl