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Cuando Valparaíso fue declarado Patrimonio de la Humanidad, se comprometieron cosas que no se han cumplido, han pasado pocas y algunas partes de la periferia de lo patrimonial están peor. Entonces, hay una responsabilidad que es de la ciudad, pero también de Chile".

Afortunadamente está la vacuna, pero será un proceso largo y difícil, con una normalización muy lenta. Los problemas de desigualdad que se habían generado por una economía desregulada, la crisis de la democracia, siguen existiendo. Hay una degradación política en América y no estamos ajenos al entorno, hemos retrocedido prácticamente en todos los terrenos. Aún somos un país que tiene los mejores indicadores en la región, pero eso es porque los otros han retrocedido más. Por lo tanto, la situación que enfrentamos en 2021 es difícil, compleja, con un Gobierno con muy poco apoyo, con una oposición múltiple, una de las cuales tiene una posición muy radical y antisistema, y una situación de fractura social y fragmentación. Requerimos un sistema de vacunación que nos haga ver el final del túnel, recuperación económica -sobre todo en el empleo formal y de buena calidad- y un proceso constituyente bien llevado, que genere un texto donde quepamos todos, donde se consignen las libertades individuales, y también los derechos sociales, de modo de tener una constitución moderna y pluralista. Son esperanzas modestas, pero no hay condiciones para un salto adelante, sino para recuperar lo perdido y avanzar de manera más equitativa.

- Si, pandemia aparte, las crisis derivan en forma importante del capitalismo desregulado y la revolución de las comunicaciones, que facilita el torpedeo del sistema y sus instituciones, ¿por dónde va la salida?

- Lograr que el sistema político sea capaz de moverse en el escenario de los cambios en la forma de vida de los seres humanos, asegurando libertades individuales y una sociedad más igualitaria, es el gran desafío de la democracia moderna. La revolución de las comunicaciones se va a seguir desarrollando en el futuro y va a ser parte de la plataforma tecnológica y científica que existirá, de manera más compleja, porque hay que agregarle el manejo de la inteligencia artificial, la robótica. Hay que prepararse para grandes modificaciones en el desarrollo de la actividad económica, social, política y en la convivencia democrática.

- Una democracia debilitada y fuertemente polarizada -en la neblina, como dice el título de su libro-, ¿soportará los embates que pueden venir? ¿De qué depende, cree usted?

- Depende de nosotros. La democracia depende de los ciudadanos. Esa polarización no está sólo en Chile. Basta ver lo ocurrido en Estados Unidos, pero afortunadamente ganó Biden, por lo que puede haber una cierta corrección del rumbo del país. En Europa también han surgido elementos de autoritarismo, por ejemplo, en Hungría y Polonia. Este problema no es sólo de Chile, pero acá es necesario recomponer una cohesión social que está perdida, y para hacerlo será necesario un cambio en el ritmo que llevamos. Tuvimos 20 años de avance económico muy fuerte y después nos mantuvimos con el vuelo, entonces tendrá que haber creación de riqueza, pero acompañada con un conjunto de transformaciones sociales que hagan de Chile no sólo un país donde baje la pobreza, sino más igualitario en su oportunidades y en los recursos de vida de las personas.

Economía de mercado y neoliberalismo

- Agustín Squella plantea que la democracia siempre ha estado en crisis porque se trata de una forma de gobierno tan deseable como vulnerable.

- Comparto lo señalado por quien será un constituyente de lujo, y lo desarrollo largamente en mi libro. La democracia siempre es una promesa incumplida. Es el régimen de los relativos, donde nadie tiene la verdad absoluta, donde el que gana no lo gana todo y el que pierde no pierde para siempre. No hay quienes tengan toda la razón y quienes vivan siempre en el error. Entonces, no es un sistema amigo de los cambios bruscos, sino de los graduales, que requiere a la vez búsqueda de acuerdos, adversariedad -porque en las sociedades hay posiciones diferentes- y solución pacífica de las discrepancias. La violencia es inaceptable en una democracia, que es un bien precioso pero frágil, porque no puede defenderse pasando a llevar sus principios. No se trata sólo de democracia electoral. Hitler, Mussolini y Chávez también ganaron las elecciones, pero después vaciaron la democracia de sus contenidos esenciales y generaron dictaduras.

- El apoyo a la democracia, y lo estamos viendo en el fenómeno de la desafección que se nota en Chile y América Latina, pasa también por los rendimientos del sistema. ¿Cuáles cree que son los rendimientos exigibles?

- Aquellos que hagan que nadie viva bajo un minimo civilizatorio de dignidad humana. En mi libro digo que nosotros quizás tenemos una impresión demasiado positiva del ser humano. Pensamos que somos demócratas porque los principios de la democracia son los que se ajustan a nuestro pensamiento, pero en la realidad la democracia tiene más apoyo cuando funciona, cuando da resultados, cuando hay prosperidad. Y funciona peor cuando eso no ocurre, y entonces surge la tentación del simplismo, que es un tipo de salida populista o autoritaria.

- En su libro priman las modestas esperanzas cuando dice que "no estamos condenados a seguir en la neblina. Podemos hacer los cambios necesarios para adecuar la democracia a los nuevos tiempos, sin esperar soluciones mágicas y sueños que terminan en pesadillas".

- Sí, claro. Lo que yo planteo es que estamos en una crisis, pero no creo que vayamos hacia una situación sin salida, donde la democracia deje de existir. Pienso, sí, que debe ponerse al día con la realidad que vivimos, con los desafíos que tiene actualmente y para eso necesita adecuarse a esta serie de transformaciones. Creo que tiene que haber cambios en el tipo de economía, por ejemplo. Yo percibo una gran confusión entre neoliberalismo y economía de mercado, porque se le dice neoliberalismo a todo. Y eso no es así, el neoliberalismo es una determinada mirada de la economía de mercado, en los países nórdicos no predomina el pensamiento neoliberal, como tampoco en Europa continental. La economía de mercado es muy diferente en China, en Asia, en Europa, en los países nórdicos y en América Latina.

- Pinochet hablaba de proteger la democracia. El Frente Amplio de profundizar la democracia. ¿Cómo se protege y profundiza sin vulnerar sus principios esenciales?

- La democracia tiene dos aspectos, el de los procedimientos y el de los contenidos . En el primero, un sistema que no respete las instituciones democráticas, que no funcione a través de las reglas conocidas, deja de ser una democracia aunque tenga un origen electoral. Y desde el punto de vista de los contenidos, la democracia debe hacer realidad determinados niveles de igualdad. No hablo de igualitarismo o de uniformidad, pero debe haber niveles de igualdad para que pueda ser un régimen en que las libertades sean efectivas. Mucho se habla de democracia, pero el problema es que en buena parte del mundo los principios democráticos no se respetan. Yo no sé cuál es la concepción que tienen en verdad el Frente Amplio o la extrema derecha, pero la democracia no es cualquier cosa a la que se denomine con ese nombre, sino un sistema con un conjunto de reglas y contenidos.

Al rescate de valparaíso y su patrimonio

- A usted como porteño le duele especialmente la pobreza y el deterioro de la ciudad. Esto no lo resuelve ningún gobierno comunal, ¿no?

- Ojalá existiera también un buen gobierno comunal, pero Valparaíso es una ciudad muy martirizada, que ha llegado a un punto tal de caída, de decadencia, de ausencia de motores de desarrollo, que no puede salir sola de esa situación. Tiene que ser una tarea de Chile. La última experiencia que se realizó con eso fue en el periodo del año 2000, donde hubo un esfuerzo nacional para sacar a Valparaíso de su decadencia, pero posteriormente no siguió produciéndose, perdió fuerza y velocidad. Y entre la pandemia y la crisis social, la situación es muy grave. Creo que Valparaíso tiene que salir adelante con el esfuerzo de los porteños y su recuperación debe ser además una tarea y un esfuerzo nacional. Valparaíso es más que una ciudad, es un lugar con una importancia no sólo patrimonial, sino que muy relevante en la historia del país, por lo que es única.

- Hay un gran debate respecto de que el informe de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural a la Unesco sobre el estado de Valparaíso fue suavizado y tiene omisiones. ¿Hay que mostrar la cruda realidad aunque duela?

- La cruda realidad se ve, basta que venga un observador y verá lo que hay. O sea, eso de mandar reportes suaves y aterciopelados no tiene mayor impacto, porque basta ver la ciudad para constatar que la responsabilidad patrimonial está mal cuidada.

- ¿Habría que admitir que Valparaíso podría integrar la lista de los sitios del Patrimonio Mundial en riesgo, como de hecho se ha discutido en el concejo?

- Creo que hay un riesgo muy grande, pero también una irresponsabilidad muy grande. Cuando Valparaíso fue declarado Patrimonio, se comprometieron cosas que no se han cumplido, han pasado pocas y algunas partes de la periferia de lo patrimonial están peor. Entonces, hay una responsabilidad que es de la ciudad, pero también de Chile. Yo espero que la Unesco tenga una gran comprensión frente a esto, pero habrá que dar un golpe de timón en lo patrimonial, habrá que hacerlo.

- Cuénteme sobre su próximo libro. ¿En qué se enfoca?

- La democracia en la neblina es hijo de la cuarentena e incorpora temas que vengo pensando desde hace mucho tiempo. Me convencí de hacer un libro que, junto con ser serio y documentado, fuera corto, escrito de manera ensayística, entretenido y que pudiera llegar a un público general que esté interesado más que a los expertos. El libro sobre Valparaíso espero que pueda salir a mediados de año o en el segundo semestre. Va a completar la trilogía de El Viaje Rojo. Un ejercicio de memoria y El segundo piso. Se va a llamar algo así como el Viejo Puerto y no toma sólo el Valparaíso de los últimos años, sino toda su historia y mi infancia infancia allí. Va a ser algo divertido y muy porteño también. 2

Trump es un hombre sin valores démocraticos que le ha hecho un daño inmenso a la democracia en los Estados Unidos. En su psicopatía mesiánica ha hecho correr sangre en el momento clave de la democracia, la entrega pacífica del mando obedeciendo la voluntad ciudadana".

Requerimos un sistema de vacunación que nos haga ver el final del túnel; recuperación económica, sobre todo en el empleo formal, y un proceso constituyente bien llevado, que genere un texto donde quepamos todos, donde se consignen las libertades individuales y los derechos sociales".

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La semana de wanderers y las dos goleadas: "nacimos para sufrir"

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-Como wanderino debe haber disfrutado las tapadas de Viana en el partido con la UC, sufrido la goleada con La Calera y recobrado la alegría con el triunfo ante Colo Colo. - La goleada en La Calera fue inesperada en el sentido de que el equipo estaba mostrando eso que nos gusta a los wanderinos, que es la garra, mojar la camiseta, Viana que corre peligros, que se arroja, la entrega de Ubilla. Quizá en ese encuentro los cambios se hicieron porque se está jugando muy seguido, y desgraciadamente el plantel de Wanderers es relativamente corto. Pero con la goleada que se le propinó a Colo Colo el miércoles se puso al día, jugó ordenado, aplicado y con garra. Ya es hora de que Wanderers pase a disputar los primeros puestos de la tabla, como fue antaño su tradición. - El debate del lunes 4 en Valparaíso fue haberle entregado la capitanía a Cerezo el domingo. ¿También estuvo entre los que cuestionaron la decisión de "Cheíto"? - No sé los detalles, pero vi el partido y quedé muy amargado. Cuando vi el equipo que había en la cancha, me dio susto. "Esto no va a funcionar", me dije. Eso de realizar muchos cambios, lo pueden hacer equipos con planteles grandes, donde la calidad es más o menos la misma. Acá no lo es, entonces, claro, era un equipo perdido en la cancha. Pero el miércoles se recuperó. Como digo siempre, "nacimos para sufrir", que era el dicho de los hinchas napolitanos, que también perdían a menudo. Tenían ese cartel en el estadio: "siamo nati per soffrire". Pero hay que sufrir porque estamos disputando los primeros puestos. 2